¿Haz probado la carne?

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Corría tan rápido como podía, abriéndome paso entre las ramas las cuales ni siquiera me preocupaba que me arañaran los brazos y las piernas sin embargo yo estaba sucumbiendo a mis desesperados pensamientos

<no, no, NO,esto no puede estar pasando, no otra vez>

Repetía desesperadamente en mi cabeza y con las lagrimas amenazando con derramarse.
Ahora no sabía bien que hacer solamente pensaba en como reaccionar como se lo explicaría a aquel niño todo lo que acababa de ver y lo que no podía explicar. Seguramente estaba tan confundido como yo. Todavía encerrada en mis pensamientos decidí detenerme,pues no podría seguir corriendo a este ritmo por mucho más tiempo.

Me escondí detras de un robusto roble y el niño me empezó a buscar, me sorprendió que hubiera podido alcanzarme con tanta facilidad, yo verdaderamente creí que lo había perdido hace mucho tiempo,pero no.

Empezo a llamarme y a preguntar si seguía ahí. Parecía bastante frustrado y se sento en un árbol hueco a descansar. Era claro que no tenía como volver a casa y algo en el me impedía poder dejarlo sin un gran peso en mi conciencia. Junte todo el valor que pude y, aún timida, deje la seguridad del roble detrás de mí.

Me acerqué a él sin saber bien que hacer. Quería hablar y decirle que todo estaba bien, pero simplemente no podía, tenía las palabras correctas pero por alguna razón simplemente no pude pronunciarlas, se quedaban atoradas en mi garganta. Se acercó a mí y di un par de pasos atras.

-Esta bien- me dijo el niño en un susurro tranquilizador.
-Soy Ballister y ya todo está bien, los guardias se fueron.

Me le quedé viendo un instante en silencio

-Tu no hablas mucho,¿cierto?-dijo con tono desanimado
-¿Tienes hambre?Ojala tuviera que ofrecerte, pero logre agarrar un par de tomates de una tienda cercana...-

-¿Haz probado la carne?-
Sí, esa fue la primera frase que le dije a un niño en más de 1000 años.

-¿Qué?- preguntó bastante sorprendido.

-Que si alguna vez haz probado la carne. De ciervo especificamente.-

Me miro bastante consternado, yo bien se que la carne es uno de los grandes privilegios de la sociedad media y alta, pero yo tenía una forma muy...interesante de obtenerla.

-¿Cómo consigues carne?-
preguntó Ballister con una curiosidad renovada.

No podía decirle que era en realidad, entonces se me ocurrió una idea.

-No puedo decirte, pero puedo llevarte a un lugar mientras la consigo-

Lo tome de la mano y lo guié a través del bosque hasta una pequeña torre en las afueras de la ciudad. Estaba un poco desgastada, pero me sirvió por mucho tiempo, aunque ya estaba pensando en dejarla, pues ya casi ningun animal pasa cerca y de todas formas ya había encontrado otra pequeña cabaña de madera que me serviría de refugio por más tiempo. Ballister se veía asombrado por el monumento y le dije que podía quedarse ahí si no tenía en donde. Sus ojos se llenaron de inmediato con una desbordante gratitud y energía.

-Espera aquí, ahora vuelvo-
Le dije mientras salía; no podía dejar que descubriera como conseguía la carne.



Este capítulo ya fue más largo, por favor sigan leyendo, no le pierdan la fe a esta historia.

DandelionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora