Falco, las drogas y la fiesta

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Al día siguiente, Falco se levantó temprano de la camilla para ducharse y esperar que lo busquen en estos momentos. Los doctores le entregaron su medicamento y a qué hora debe tomarlas. Y por último le regalaron un control en caso de que vuelva a tener otro accidente, presionase el botón.

—Bueno, señor Lombardi, aquí tienes el control. Cuando presiones el botón, inmediatamente estáremos ahí. Con permiso—.
Habla el Doctor Mario con una sonrisa mientras se retira.

—¡Ya llegué, Falco!—.
Anuncia Fox muy contento.

—¿Y ésa sorpresa de que no pateas una puerta?—.
Pregunta el faisán con una ceja levantada.

—Ah...—.  *Fox patea la puerta que recién se había instalado de nuevo*  —Cómo sea, ¿ya estás listo, Falco? Ya nos tenemos que ir—.

—Tienes razón, debo limpiar el desastre de mi casa—.

—No, Falco. Ahora nuestros criados, digo, los de Nintendo dicen que a partír de hoy vivíras con ellos; Wolf y yo también viviremos ahí. ¡El lado bueno es que ahora podrás tener una habitación mucho más grande!
¡Y ya hablé con Miyamoto para nuestro próximo videojuego! ¡Estámos de regreso, perras!—.

Los chicos salieron de hospital con la gigantesca sorpresa de que todos los fans estaban afuera esperando a su ídolo y futuro esposo. Fue para todos una alegría saber que su precioso azulino se encontraba muy bien.

—¡Señor Lombardi! ¿Tiene algo que declarar para las noticias?—.
Interrumpió un noticiero.

—¡Señor Lombardi, sonría para la cámara!—.

—Señor Lombardi, ¿qué fue lo qué le sucedió?—.

—¿Señor Lombardi, ¿podrémos tener sexo un día de estos?—.

—¡¡¡FALCO, TE CHUPO EL PENE!!!—.

—¡Falco, cásate conmigo!—.

Era un montón de gente acorrálandolo a su alrededor; mujeres, hombres, chicos, chicas, niños de preescolar, adultos, fans con un nivel de lujuria más alto de lo que se podría imáginar, ¡y hasta los animales!. Falco tenía un leve rubor en sus mejillas, no sabía qué responder. Preocupado, trató de evitar cualquier contacto visual, se veía muy tímido siendo raro de él mismo.

—¡Ya déjenlo en paz, carajo!—.  Grito Wolf.
—¿Qué no ven que recién salió del hospital y ahora tiene que tomar mucho descanso?. Él luego les responderá—.

—Wolf, qué bueno que viniste. Es hora de volver para seguir esclavizando niños chinos para nuestro próximo videojuego (y así luego convertirme en el rey de los videojuegos y gobernar el mundo para así crear mi imperio de la crueldad)—.
Comenta Fox golpeándole a un inkling que casualmente encontró en la empresa de Nintendo.

—Fox, Falco, suban en la limusina rosa fosforecente Barbie. ¡Ahora puedo conducir! Falco, a partir de ahora yo seré tú guardaespaldas, ¡mira el uniforme que llevo!.
Se ve genial—.

■ Un dato curioso, ¿se dieron cuenta que Wolf dejó su trabajo de Pole Dance para cuidar de Falco?. Bueno, el Pole Dance lo usa simplemente cuando está aburrido.

Nuestros chicos se subieron a la limusina rosa fosforecente Barbie cantando felizmente Love Talk mientras atropellaban a la gente que iba cruzando.

Ha pasado 2 semanas desde que Falco vivía en la poderosa empresa. Su rutina era la misma; tomándose fotos desnudo, ganando mucho dinero, mientras que Nintendo vivía cómodamente gracias a Falco. Ya que solo lo veían cómo un objeto que era solo para ganar más dinero.

—¡Y aquí es dónde yo haré mi famosa entrada triunfal cuando anuncién el Nintendo Direct!. Aparte, ustedes deben saber que todo el crédito será para mí. Y cómo sabrán, soy muy exígente con lo que quiero, les advierto que si se cola algún personaje o videojuego que no es de nuestra franquicia, ¡Los mataré a todos! ¿Les quedó claro?. ¡Oye, esclavo! ¡prepárame una limonada ahora mismo—.
Exclama Fox de forma sádica.

🐦 Falco y su nuevo trabajo 🐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora