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— Si hubiera un premio para la persona más idiota sin duda yo me llevaría 3 de esos.— Se quejó Minji, mientras caminaba cabizbaja.

— Estoy de acuerdo.

— Haerin, mejor cállate.

— Es la verdad. ¿Cómo pudiste llegar hacia ella con esa actitud? Te juro que trato de entenderte pero la verdad no puedo.— Ahora quien se quejaba era Haerin. Minji rodó los ojos.

— Me haces sentirme peor. Culpable, de hecho.

— Perdón.

Minji tomaba una calada de su vape cada segundo jugando con el humo, pasandolo por su nariz y boca. Estaban yendo a la universidad muy temprano, así que podían caminar con tranquilidad.

— ¿Todavía respiras bien?— Se burló Haerin en tono de juego.

— Vete a la mierda.— Se quejó Minji, haciendo que Haerin se sobresaltara un poco.

— Últimamente estás diferente, eres muy seca y sería, además eres muy brusca y grosera, incluso ahora dices mierda cada 5 segundos.— Haerin suspiró, se veía decepcionada, el cambio brusco de Minji la estaba volviendo loca. — Eres bipolar.

— ¿Lo soy? ¿En serio cambié tanto?— Minji al fin guardó su vape en el bolsillo, al parecer no lo iba a usar más, por ahora.

— Minji, hablo en serio, no sé si sea por qué tú mamá está alejada de tí y te la pases sola la mayoría de tiempo, pero de verdad, te has cerrado tanto, ya casi no hablamos como antes y ahora estás mucho más adicta a el cigarrillo electrónico, antes ni lo usabas, estabas dejando tu adicción, estaba muy orgullosa de todo tu esfuerzo, pero veo que has vuelto a caer y me duele verte en este estado.

— ¿A qué te refieres con 'este estado'? — Minji comenzaba a tener un nudo en la garganta, su voz se cortaba cada vez más.

— Tus ojeras son más grandes de lo normal, tu cabello es un desastre, dejaste de maquillarte como siempre lo hacías, ya no te vistes colorido o con los estampados de osos y fresas que siempre usabas y ahora eres muy intimidante, antes eras más alegre y extrovertida, pero ahora no hablas con más nadie que conmigo. Minji, necesitas ayuda.— Haerin dejó de caminar para mirar fijamente a Minji a los ojos. Las dos estaban llorando.

— No necesito ayuda, desde pequeña pude defenderme sola, no necesito ayuda de nadie. Cuando mi papá murió pude con todo, salí adelante sin ayuda, con tan solo 15 años, ¿ahora que tengo casi 18 crees que necesito ayuda? Me parece algo estúpido, y sí, cambié mi estilo y algunas cosas, pero son parte de los cambios en mi vida, no es por nada más que eso.— Minji alzó la voz, estaba enojada, mientras que Haerin la miraba con tristeza mientras lágrimas corrían por sus mejillas.

— Es por Hanni, desde que ella volvió y se fué cambiaste mucho, además te alejaste de mí, lo sé, me estás cambiando por una chica que conociste hace poco, Minji, yo te conozco desde que nací literalmente, ¿Cómo puedes ser tan mala conmigo? ¿Cómo puedes cambiarme tan rápido?— Haerin empezaba a llorar más fuerte, estaba diciendo lo que sentía, le dolía mucho el hecho de que Minji prefería a una chica que conoció hace poco en vez de ella, quienes eran amigas desde muchísimo tiempo.

— No te estoy cambiando por Hanni, pero tampoco entenderás mis situación, no necesito ayuda, yo puedo sola, lo sé.

— Claro que no la entenderé. ¡Ya ni me cuentas sobre tu vida como siempre lo hacías! — Haerin apretaba los bordes de su suéter con fuerza, estaba sintiendo tantas emociones en este momento que se sentía abrumada.— ¿Sabes? No te molestes en explicarme nada, no me hables, hasta aquí llegamos Minji, haz de tu vida lo que quieras, quise ayudarte, pero veo que no aceptas mi ayuda porque te proclamas fuerte e independiente, está bien, hazlo, me alegro que tengas tanta confianza en ti misma, pero la verdad no sé si podré estar al lado de una persona que cambia constantemente y es inestable, me genera estrés.— Haerin no podía parar de derramar lágrimas, las limpiaba constantemente pero volvían a caer más y más.— Me iré sola a la universidad, no necesito tu compañía ni ahora ni nunca, adiós Kim Minji.

Haerin se fué caminando hacia la universidad a paso apresurado, dejando a Minji en la calle sola, con lágrimas recorriendo sus mejillas.

—♥—

Habían pasado dos semanas desde que Minji y Haerin habían discutido, las cosas se habían tornado tan diferentes que ahora Minji se encontraba en un hoyo sin salida.

Minji tenía llamadas perdidas y mensajes de Danielle, no hablaría con ella, ¿Que le diría? ¿Que hizo sentir mal a su novia y la hizo llorar? No.

Le estaba yendo mal en la universidad, no hablaba con su mamá desde hace tiempo, tenía problemas alimenticios y para el colmo, le habían diagnosticado depresión.

En cambio las cosas con Hanni seguían igual, solo intercambiaban miradas en la cafetería de la universidad y la más baja la volvía a ignorar todo el día.

— No sé qué hacer.

— Minji, tal vez deberías buscar algún deporte o algo que te guste para distraerte un poco.— Sugirió la Psicóloga Park.

— No tengo ganas de hacer nada, solo quiero que se acabe todo esto, ¿No merezco ser feliz? — Minji estaba mirando al suelo, con una cara inexpresiva.

— ¿A qué te refieres con que se acabe?

— Que se acabe mi vida, si es que se le puede llamar así, yo la llamaría infierno.— Explicó Minji, mientras que la Psicóloga Park la miraba con decepción y tristeza.

— ¿Alguna vez te has enamorado?— Preguntó la Psicóloga Park.

— Lastimosamente sí.

— Más bien diría yo que me alegra eso, ¿Sigues enamorada de esa persona?

La sala de la Psicóloga Park quedó en silencio, Minji no quería responder, o tal vez no sabía que responder.

— Minji...

— Psicóloga Park, no quiero hablar de esto.— Minji se cruzó de brazos como una niña pequeña.

— Llámame Jihyo si quieres, estamos en confianza.— Jihyo le brindó una sonrisa a Minji, esta no sonrió al verla. — Es necesario que lo hablemos, tal vez el amor es lo que necesitas para sanar.

— Una vez me enamoré...— Comenzó a contar Minji, Jihyo sonrió emocionada.— Y se jodió toda mi vida.

— Ah.— Suspiró Jihyo, su sonrisa desvaneció.— Es increible como es imposible hablar contigo sobre el tema, llevo una semana tratando de sacar el tema pero tú no cooperas.

— Si tan solo no me hubiese enamorado de Hanni esto no hubiera pasado, ni siquiera estuviera aquí.— Minji suspiró, hasta que se dió cuenta que sin querer dijo el nombre de la chica que la hacía sentir mariposas en el corazón a pesar de que no hablaran.

— Hanni? Quien es Hanni?— La Psicóloga Jihyo sonrió pícaramente.

Minji volteó a ver a otro lugar, un sonrojo comenzó a adornar sus mejillas. Hoy será un largo día con la Psicóloga Park.

♪ strawberries & cigarettes ♪ ; bbangsaz »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora