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Capítulo I:
Primera Lágrima

Yunho abrió la puerta y asomó la cabeza por el marco buscando a su pequeño novio. No lo halló en primera estancia, pero siguió en su búsqueda por el departamento escandalosamente brillante.

Recorrió la sala de estar y fue a las habitaciones. Nada. Limitándose a formar una mueca se dirigió a la cocina y ahí estaba la adoración de sus ojos.

Revolvía algo dentro de la olla mientras tarareaba esa canción que le gustaba tanto últimamente.

Su cuerpo se balanceaba de un lado a otro suavemente, distraído. Se acercó hasta él con una sonrisa surcando su boca. Después de un largo viaje siempre era bueno verlo, tenerlo cerca y amarlo.

Rodeando la isla, tiró de sus dedos que picaron por tocar su sedosa piel blanca. Las ganas de besarlo estaban asfixiándolo, con dos pasos llegó hasta su objetivo. Él gritó, sorprendido por la presencia invasora.

- Joder, Yun... me has dado un susto de muerte- gruñó con la mano en el corazón. Yunho se dio el beneficio de sonreír entre dientes antes de bajar hasta su radiante rostro y besar su boca.

- Hola a ti también, bebé- canturreó dando picos, el ceño fruncido desapareció siendo sustituido por una mueca.

Jongho volvió a girarse para cerciorarse de que las piezas de tocinos no se quemaran y su omelette francés estaba listo.

- Sabes, es de mala educación entrar sin tocar. Siempre te he dicho que lo hagas- se quejó, pero escondió una pequeña sonrisa tímida.

Habían pasado poco más de dos semanas desde que no se veían. Yunho era una persona muy ocupada y él lo sabía. Que lo viniera a visitar de improvisto le gustó tanto que su corazón se derretía por ese simple gesto. Dios, se estaba volviendo un imbécil enamorado.

Al fin estaba cayendo, luego de tres años de noviazgo podía mostrarse débil ante los detalles lindos.

Idiota. Pensó Jongho sirviendo el desayuno. Mientras comían, Yunho comentó lo mucho que le agradaba su comida. El sonrojo que tanto detestaba calentaba sus mejillas.

Me estoy volviendo patético.

Lo observó por unos segundos, se veía cansado. Esas bolsas negras bajos sus sonrientes ojos le incomodaban tanto como le preocupaban. Su cabello castaño caía en olas hacia abajo, rozando sus pestañas. Él le sonrió, provocando que su corazón se derritiera.

- ¿No has estado durmiendo bien?- preguntó. Yunho elevó los ojos de su plato hasta su rostro-. Deberías descansar, yo tomaré una ducha.

Yunho entrelazó su mano libre con la suya.- ¿Tienes que trabajar?

Sacudió la cabeza.- Es mí día libre.

Tenía un pequeño restaurante a pocas calles de su departamento, fue allí donde se conocieron. Una pequeña sonrisa nostálgica separa sus labios.

Yunho le robó un beso y acarició su cabello como siempre hacia.

- Entonces nos vemos en la habitación, amor.

Jongho sonrió al salir del cuarto de baño, con una toalla sobre sus hombros y usándola para secar su cabello. Rodó los ojos divertido al observar a Yunho esperando por él.

- Dije que descansaras.

Él le extendió las manos a modo de invitación. Se acercó y sintió como las grandes y cálidas manos cubrieron su desnuda cadera.

- De repente, no me siento tan cansado- Yunho lo obligó a arrodillarse entre el espacio que creó sus piernas.

- ¿Quieres ver una película? ¿Jugar un videojuego?- Él sacudió la cabeza.- ¿Qué quieres hacer?

Cry Baby [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora