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El viaje era tenebrosamente silencioso. Yunho no había dicho ni una palabra en todo el viaje. Jongho sabe que de por sí el hombre nunca había sido la persona más ruidosa pero a Yunho le gusta conversar con él. O eso recordaba.

Sus manos sudaban y sentía algunas gotas acumulándose alrededor del comienzo de su cabello.- Cálmate- Jongho cerró los ojos lentamente. Yunho siempre pareció saber lo que sentía. Eso o era una persona evidente.

- Quiero irme a casa- dijo bajito. Tratando de disimular su ansiedad.

Yunho asintió sin dejar de ver el parabrisas.- Te irás una vez que hayamos resuelto esta pequeña mierda.

- ¡No hay nada qué resolver!- gritó fastidiado por todo lo que estaba sucediéndole. No era justo para él.- Bájame, ahora.

Yunho rió bajo y ronco erizando su piel siempre adoró esa risa. Escucharlo le ponía caliente, Jongho nunca supo por qué. Es el encanto Jeong, supone.

Sus ojos se pusieron alerta al sentir el coche detenerse. Miró por la ventanilla y observó un edificio pequeño en construcción, de ladrillos rojos de dos plantas. Se veía en reparación, Jongho frunció el seño pero no preguntó sobre nada. Quería salir corriendo de allí y ese era su plan cuando Yunho abrió la puerta para él.

Pateó al hombre grande en sus partes nobles antes de salir pitando fuera de la camioneta negra. Oyó un gruñido profundo y supo que estaba en peligro. No llegó muy lejos cuando dos brazos se enredaron en su cintura y tiraron de él con tanta fuerza que perdió el equilibrio. De nuevo, se vio cargado como un asqueroso saco de patatas.

- ¡Déjame, Yunho!- bramó golpeando la ancha espalda musculosa. Yunho golpeó su trasero haciéndole dar un brinco por la impresión- ¿Es en serio?

- Te has portado muy mal, Jongho.

Recitó él, como disfrutando que se haya comportado de esa manera. Aunque Jongho sabe que no es cierto. Enfadado consigo mismo por disfrutar del azote en su culo se grita a sí mismo interiormente. Yunho sube las escaleras de metal, posicionadas al lateral de la estancia hasta llegar a la segunda planta.

Su cuerpo cayó sobre un sofá. Jongho fulminó a Yunho con su aniñada mirada que prometía venganza. Yunho se rió antes de dejarse caer pesadamente sobre una silla, frente a frente.

- Es hora de hablar Jongho. Sólo tú y yo.

- Yo no quiero hablar- se negó a hacerlo.

- ¿Quieres beber algo?- Yunho cambió de tema. Él fue hasta la pequeña cocina y abrió la nevera sacando dos botellas de cerveza que su garganta gemía por beber. Sus nervios se tranquilizarían si hubiera un poco de alcohol en sus venas.

Yunho las abrió con un giró de su muñeca, humo helado salió flotando de la boquilla. Tragó saliva, ansioso, recibió la botella y bebió un largo trago observando cualquier cosa que no fuera el hombre sentado delante suyo.

- Bien, dime lo que tengas que decir para que pueda largarme- trató de sonar firme pero su voz vacilaba.

Yunho arrugó las esquinas de sus ojos y bebió lentamente de su botella. Jongho vio el movimiento de su garganta tragando. Cosa que le trajo deliciosos recuerdos, donde su polla era la que trabajaba en esa garganta. Sacudiendo su cabeza se dedicó a pensar en su rabia hacia Yunho.

Él sonrió. Se inclinó hacia adelante con sus codos descansando sobre sus rodillas y esa maldita sonrisa soberbia. Sabe que Jongho está pensando en él y eso le gusta.

De repente, Yunho borró su atractiva sonrisa y endureció los labios. Mirando duramente a Jongho.- ¿Por qué te fuiste de esa manera?

- ¿Importa?

Cry Baby [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora