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Grandes y largos.
Si. Esa era la palabra para describir las manos de su novio; grandes palmas y largos dedos. Eran medianamente callosas y ásperas que demostraba su ardúo trabajo al tocar la guitarra y algun otro instrumento de por medio, pero tenian esa hermosa bendición de que los dedos tuvieran una longitud que dejaba mucho que pensar y sobrepensar. A veces sus pensamientos intrusos ganaban y pensaba tanto en como se vería si metiera sus malditos y largos dedos dentro suyo, la manera en que él le sonreiría a ella por verla tan necesitada de él.
La sensación de pensamientos así era demasiado caluroso. Carraspeó su garganta, sus mejillas enrojecidas mientras se levantaba de su asiento. De nuevo pensaba en él... Jamás habían tenido relaciones sexuales, apenas iban unos 6 meses de noviazgo pero el pensar de que tan grande la tendr-
– Hey, Bubble. Esa voz la reconocía, se detuvo en seco y giró su cabeza para ver a su pareja acercarse y abrazarla por los hombros como si fuera uno de los amigos de él. – ¿Dondé vas?
– Ahh... ¿A un lugar donde no haya gente?
– Cool, voy contigo. Sonrió de manera relajada, comenzando a caminar junto con ella. Buddy suspiro un poco y camino con él.
Ambos llegaron a un lugar más apartado.
– Bien, Bubble, ¿por qué andas tan distraída, hm? La sonrisa relajada de Hobie le daba más comodidad a Buddy.
– Ah, no... No lo se. Solo me pierdo en la nebulosa y ya. – El mayor inclinó su cabeza hacia un costado, no muy convencido de su respuesta.
– ¿Te gusta alguien más, Buddy?
– No. Su respuesta fue sincera, inmediata y era claro que nisiquiera habia dudado. Eso dejo tranquilo a Hobie al ver su lenguaje corporal sereno y confiado en su respuesta.
– ¿Alguien te dijo algo? Si es de nuevo Kevin, voy a- Sus palabras fueron interrumpidas por la mano derecha ajena, quien tapó sus labios carnosos.
– No bebé, no. Solo.. son pensamientos de los que te hacen dudar de tu existencia, ¿sabes? Realmente.. no estoy de humor. – Sonrió levemente destapando los labios de él, este suspiró sujetando la cintura de su pareja con su gran mano derecha, sus largos y delgados dedos se aferraron a la cadera femenina, haciendo enrojecer sutilmente a Buddy.
– ¿Segura que no quieres hablarlo?
– Si.. solamente quiero irme a casa y ya. – Murmuró recostándose contra el pecho de su novio, él la sujeto teniendo una suave sonrisa en sus labios al verla tan cansada.
