Me dieron ganas de hacer la segunda "parte" donde tienen los 13 años, disfruten.
Pd: Estoy medio inactiva en mis historias por la facultad, espero pronto volver a reactivarme porque la imaginación se me acaba.
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Sus ojos se abrieron perezosamente, sentía su cuerpo entumecido y con un peso encima suyo, jadeó en busca de movilidad pero solo pudo sentir que el peso se hacia mayor. Con su mirada recorrió la habitación, hasta donde podía, cuando logró moverse apenas para tomar su dispositivo celular (robado pero eficaz) para fijarse la hora, sus ojos fueron cegados enseguida por la luz proveniente de la pantalla del artefacto, se quejó en voz baja dejando el celular bocabajo.
Eran las malditas 4 de la madrugada.
Gimoteo de manera perezosa, logrando mirar a su alrededor de nuevo esta vez con un poco de su cabeza, la sutil luz de que comenzaba a asomarse tenuemente del sol se colaba muy poco por las ventanas cubiertas con cortinas rojas. Tenia la garganta seca y ganas de ir al baño.
Frotó sus ojos con su mano derecha, la cual tenia más movilidad, nisiquiera queria moverse del lugar por lo cual dejo caer la parte superior de su cuerpo de nuevo en la cama. Eso provocó una leve exaltación en su pareja que estaba abrazado como un koala a un árbol a ella.
– ¿Para qué cosa de quién? – Murmuró con rapidez, mirando a su alrededor en busca de peligro. Cuando supo que no habia miro a la menor. – ¿Qué paso?
– Hm.. Murmuró.
Hobart alzó una ceja.
– ¿Por qué hiciste eso?
– Hmm.... Se notaba las pocas ganas de hablar, sus ojos cerrados perezosamente.
– Ay, dios, casi me da un infarto. Le dio un besito en el hombro descubierto que tenia, ya que tenia una camiseta suya de color negro.
– Quiero hacer pipí, quítate. Su voz fue medio ronca y lenta, el contrario se rio al escucharla dejándola ir.
(T/n) suspiró, sentándose lenta y dificultosamente; cuando logró levantarse estiró su cuerpo para comenzar a caminar hacia fuera del dormitorio. Hobie fue paciente, esperándola a que regresé, sin embargo, pronto escuchó un grito agudo sabiendo que era de ella.
Su cuerpo reaccionó antes que su cabeza, levantándose de un solo salto tomando el mástil de su guitarra y agarrándolo como si fuera un bate de béisbol.
– ¡¿Qué paso?! Estaba modo furioso en ese momento, relajo su postura cuando vio un cuerpo derrumbado contra el suelo.
Su mirada buscó a la menor, cuando la encontró se acercó pateando el cuerpo sin cuidado y se puso la guitarra en su espalda con ayuda de la correa que pasaba por su pecho. Sus manos enseguida se posaron en los brazos de la chica.
