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Capítulo O1: un mal sentimiento

Un elegante restaurante ubicado en lo mas bello de la ciudad de Seúl era visitado diariamente. Toda la estética del aquel lugar era tan perfecta como la comida que ofrecían y la música en vivo que proporcionaba, los grandes candelabros brillaban como diamantes, los adornos de oro de las paredes me tenía enamorado, solo la gente más importante internacionalmente hablando podía visitar este lugar. Las mujeres lucían tan bellas esos vestidos de seda, sus joyas caras y brillantes, la mayoría llegaban en compañía de sus millonarios esposos, hombres poderosos que transmitían todo lo lujoso del mundo.

Yo entraba por una puerta secreta lo primero que veo es a mi jefe y hago una reverencia para él, para después dirigirme al camerino, me ponía mi elegante traje, me acercó al espejo para acomodar mi cabello.

Ya cuando obtengo mi imagen preparada tomo el violín de mi maletín para ensayar un poco antes de presentarme ante el público, tocaba el violín lentamente con mis ojos cerrados, estaba bastante concentrado hasta que sentí un tacto sobre mis hombros.

— Beomgyu...¿te asuste? — Dijo Sana mi compañera de trabajo, mostrando preocupación.

— No, para nada, ¿tienes algo que decirme?

—Si, empezaremos la presentación en cinco minutos, por favor asegúrate de estar preparado.

— Claro no te preocupes, ya estoy listo —Dije con una sonrisa.

Me pare detrás del telón tratando de ver a la gente del restaurante, la vibra se sentía extraña, también me percaté de que el lugar estaba más vació de lo normal ¿llegue más temprano de lo habitual?, mire mi reloj para para confirmar mi teoría pero no era así, el restauran debe de estar en decadencia, que raro.

Mire a Sana venir hacía mi, ella sólo bajo su cabeza en señal de que debía de salir, y lo hice, me pare frente al escenario junto a ella e hice una reverencia frente al público, espere que estuviera lista en el piano para comenzar con la presentación.

La música comenzaba a sonar un sentimiento de adrenalina comenzó a salir de mi cuando los mire a ellos, aquellos hombres, todos ahí tenían su mirada fija en esas personas, lucían tan intimidantes, tan altos, lujosos trajes con un cuerpo lleno de tatuajes, pero no parecía nada fuera de lo normal pero notaba algo raro en ellos, seguía tocando el violín pero nunca antes me había sentido tan intimidado por el público como ahora, cerré mis ojos para evitar cometer errores, ya que no estaba tan concentrado.

De pronto sentí la mirada de Sana así que trate de mirarla esperando que me dijera algo. Observe todo el panorama para después volver a verla a ella, cuando le dirigí la mirada sólo hizo un gesto raro pero no entendí lo que quiso decir, ya no quise dejar de verla, ella podía sentirse incómoda y por eso me vio así. Aquella multitud de hombres parecía normal ¿me miro así por ellos? Traté de estar pendiente a mis alrededores, sobretodo en esas misteriosas personas, volví a sentir la mirada de mi compañera y ahí fue donde noté lo extraño, uno de ellos no dejaba de poner su intimidante mirada sobre ella sabía que se sentía incómoda ya que esa gente da un poco de miedo, no era como la mirada de cualquier otra persona.

Nuestra presentación por fin terminó, Sana se levantó y me puse a su derecha para hacer una reverencia final, los aplausos no tardaron y yo me sentí menos tenso, todo había terminado.

—Beom ¿conoces aquel chico de camisa roja? ¿notaste su mirada?

—No, pero noté lo mucho que te incomodó que te viera.

—Pues yo todo el tiempo sentí que al que realmente estaba mirando era a ti, por eso te pregunté si lo conocías.

—Nunca lo había visto, pero dudo de que me estuviera viendo a mi cuando luces tan linda.

—Beomie, como luzco no es importante, cuando te vayas a casa ten mucho cuidado, ¿esta bien?

—Claro eso haré, adiós.

Ni siquiera quise poner mi ropa común tengo muchas ganas de salir de la presión que el restaurante me dejo, tome mi maletín y me fui, incluso los meseros se miraban estresados, aunque no hay nada de que pueda sorprenderme, el ambiente simplemente se sentía extraño, creo que soy el único que se siente así.

Fui a despedirme del jefe y recibir mi dinero, apenas iba a dar un paso fuera de aquel lugar cuando sentí que alguien tomaba fuertemente de mi muñeca, aquel hombre era...

—¿Cuanto quieres por acostarte conmigo?

𝙫𝙞𝙤𝙡𝙞𝙣𝙞𝙨𝙩 | 𝙮𝙚𝙤𝙣𝙜𝙮𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora