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Ya estaba cansado y apenas habían llegado a la reunión que era más bien una fiesta de celebración por el cumpleaños del sobrino de Kim Dongwook.

La fuerte mano de Jungkook estaba aferrada a su cintura y no le molestaba en absolutamente nada pero sí lo hacía sentir incómodo por la forma en que todos lo estaban mirando, tal vez se debía a la marca violeta en su cuello que no era más que un moretón por el fuerte agarre que Jungkook había tenido pero, ellos tal vez pensaban que era una marca de la boca del Alfa.

Uff, ojalá lo fuera.

- Tu Omega es muy lindo, Jeon.- halagó un hombre de unos treinta y tanto años que formaba parte del Parlamento. Jimin sonrió sintiendo sus mejillas calientes y aguantó la respiración cuando la mano de Jungkook lo pegó más a su cuerpo.

- Sí, lo es.- respondió simplemente pero el tono de voz que usó desconcertó al Omega y sólo causó una pequeña risa en el otro Alfa.

Cuando el otro hombre se fue, Jimin se movió incómodo al sentir la mirada de Jungkook puesta en su cuello, el Alfa acercó su mano al cuelo del Omega y acarició la zona lastimada.

- De verdad lo lamento, Jimin.

- Está bien.- susurró el Omega sintiendo el dedo de Jungkook en su cuello.

Jungkook permaneció un par de minutos acariciando su cuello pero Jimin no lo miraba porque... Porque probablemente tenía las mejillas rojas e iba a sentirse muy avergonzado por estar sonrojado sólo por la mirada del Alfa.

No entendía nada, no sabía por qué sentía algo en su interior cada vez que estaba cerca del Alfa. Al principio sabía que era sólo atracción porque Jungkook era malditamente bello y era normal sentirse así, estaba seguro que no sólo él se sentía atraído por el Alfa pero cuando su atracción se intensificó y empezó a necesitarlo, y necesitaba verlo y sentirse cerca de él de alguna forma, se sintió un poco aterrado. No entendía qué era porque nunca había sentido algo así y eso lo estaba confundiendo. Jungkook no era amable con él, no le hablaba de buena manera y sería absolutamente estúpido pensar en que estaba enamorado del mayor porque se suponía que la gente se enamoraba de gente amable, no de Alfas malhumorados.

Era por eso que no podía mirarlo, estaba casi seguro que tenía las mejillas muy rojas y si sus miradas se cruzaban empezaría a pensar sobre lo lindo que son los ojos de Jungkook, pero aún así lo hizo, ni siquiera lo pensó, su cuello giró por cuenta propia y miró al Alfa.

Jungkook tenía una diminuta sonrisa en sus labios y lo miraba completamente ido, sus feromonas se sentían más pesadas y Jimin iba a enloquecer. Giró nuevamente su rostro y sin poder evitarlo sonrió estúpidamente.

Alzó la mirada a una de las mesas y vió a So-Hee, una de las chicas más populares de su instituto, mirarlo con recelo. Jimin pensó en que tal vez se debía a que a So-Hee le gustaba Jungkook, lo suponía por los tantos comentarios de la Omega en las fotos de Instagram de Jungkook.

La Omega se levantó de su silla y caminó directo a ellos con una sonrisa totalmente falsa. Jungkook lo soltó cuando el olor de So-Hee se sintió en el aire, Jimin mordió su labio y miró al Alfa pero ya no lo estaba mirando, su mirada estaba posada en la bonita Omega que caminaba hacia ellos moviendo sus caderas espectacularmente como si estuviera en una pasarela y ugh, a Jimin nunca le agradó.

- Hola, chicos.- saludó con su terrible voz chillona. Jimin rodó los ojos cuando Jungkook le sonrió de una forma... Única.

- Hola, So.

- ¿Podemos hablar?- le preguntó al Alfa.

- Claro.- respondió Jungkook y comenzó a caminar junto a la Omega sin mirar a Jimin.

Bien, estaba malditamente bien.

Jimin miró a su alrededor y nadie lo estaba mirando, sólo el pequeño sobrino de los Kim. Quiso sonreír pero no lo hizo, sólo corrió la mirada y caminó a la mesa donde estaban sus padres para esperar a que Jungkook regresara de hablar quiensabe qué con So-Hee.

- ¿Y Jungkook?- preguntó su madre.

- No lo sé.- se encogió de hombros y decidió ignorar a su madre cuando ella lo miró con una cara no tan amigable.

No estaba dispuesto a tener una discusión con su madre por no saber dónde estaba Jungkook, no era su dueño, él podía hacer lo que él quisiera.

|•|

S

o-Hee se detuvo en un rincón de la casa bastante alejado de todo el bullicio de la fiesta. Colocó sus manos en sus caderas y arqueó su perfecta ceja.

Estaba molesta. Jungkook había estado ignorándola por todos las redes sociales y no respondía sus llamadas, y no era estúpida, sabía que algo tenía que ver el Omega rizado con el que llegó a la fiesta y lo único que quería era que el Alfa le dijera en la cara que estaba saliendo con alguien más mientras aún estaba con ella.

- ¿Qué pasa?- preguntó el Alfa con una sonrisa coqueta. La Omega rodó los ojos y miró a otra parte.

Jungkook tenía algo que la hacia olvidar todo y si miraba su sonrisa, ella probablemente le creería cada maldita palabra.

- ¿Qué pasa?- lo miró con el ceño fruncido.- Pasa que has estado ignorándome y cuando vuelvo a verte estás con... Un Omega, un chico Omega, es... ¿Me cambiaste por un Omega? Es lo más denigrante que me han hecho, Jungkook. Eso es lo que está pasando.

- So-Hee, hay una razón...

- ¡Sí, la hay!- interrumpió.- ¡Y es que piensas con el pene!

- ¡No es así! Tú no sabes qué es lo que está pasando, So-Hee.

- ¡¿Ah no!? ¡Entonces cuéntame porque no estoy entendiendo!

Jungkook permaneció callado unos segundos. No podía decirle a So-Hee lo que realmente estaba pasando porque ella podría decirles a todos que su relación con Jimin era arreglada y podría afectar a toda su familia. Quería a So-Hee, pero quería más a su familia.

- No planeé enamorarme de él.- susurró. La Omega agachó la mirada unos segundos antes de alzarla de nuevo y dedicarle una sonrisa ladeada.

- Espero, de todo corazón, que él rompa tu maldito corazón.

ONLY YOU.

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora