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Jungkook estaba cansado.

Habían estado viviendo entre casas por casi dos meses, a veces él se quedaba en casa de los Park y a veces Jimin se quedaba en su casa para evitar que la distancia los abrumara en demasía.

La marca de Jimin había finalmente cicatrizado y el menor no podía estar más feliz cuando la miraba a través del espejo. El color no era tan único como hubiera querido, había cicatrizado de un brillante color plata con destellos rosados, pero no importaba porque estaba más que complacido por el causante de ella.

Su pensamiento podía ser un poco arcaico si lo veía desde un punto objetivo, pero se sentía demasiado feliz sabiendo que tenía un Alfa, un líder de la manada que habían empezado en el momento en el que los colmillos de Jungkook se enterraron en su cuello, que tenía un compañero de vida que la Diosa Luna le había mandado sólo para él. Era un Omega marcado y, si lo decía con palabras aún más crudas y directas, era un Omega con dueño.

Jungkook no lo era o al menos no actuaba como tal. Había cambiado y era sorprendente y casi imposible pensar en el Jungkook de meses atrás que pensaba que los Omegas hombres eran un defecto de la sociedad y aunque Jimin lo había perdonado hace bastante por todo aquello que pasaron, Jungkook seguía sintiéndose un completo idiota por haber tenido ese pensamiento tan retrógrado.

Jimin sonrió sintiéndose eufórico mientras le daba un trago a la taza de café que Jungkook le había dejado sobre la mesa de noche antes de irse a trabajar, pero no duró ni dos minutos con el café en su estómago cuando se levantó de prisa para ir directo al baño a vaciar todo lo que tenía en su estómago, era la tercera vez en la semana que vomitaba y empezaba a asustarse por ello. Al principio pensó que eran simples vómitos porque había estado comiendo demasiados dulces que Jungkook le llevaba cada noche, pero ya no estaba tan seguro.

Con manos temblorosas, tomó su celular del cajón de su mesita y marcó el número de Taehyung, su amigo debía poder ayudarlo. Respiró profundo antes de que el lazo le advirtiera a su Alfa que estaba entrando en pánico.

Dos pitidos después, Taehyung respondió.

— ¿Hola?

— Necesito tu ayuda.— fue lo primero y único que pudo decir antes de vomitar nuevamente.

[...]

— Tranquilo, no es nada del otro mundo.— le dijo su amigo sacando la gran bolsa de plástico de su mochila.

— Tengo miedo, ni siquiera hemos empezado los preparativos de la boda y si... Lo que sospecho es real tendremos que apresurar todo o posponerlo hasta después del parto porque me niego a tener fotos de boda con una enorme barriga.— Taehyung sonrió pasándole cinco pruebas de embarazo.

— Era bastante obvio que pasaría o al menos las posibilidades eran grandes, es decir... ¡Tuvieron sexo todos los días de tu celo! En ese momento eres aún más fértil.— Jimin lloriqueó mordiendo su labio.

No lo malentiendan, engendrar a los cachorros de Jungkook sonaba como una excelente idea y removía algo en su estómago tan sólo de pensarlo, pero era bastante joven y no estaba seguro de estar listo, ni él, ni Jungkook.

— No sé si estoy listo para que salga positivo.— murmuró saliendo del baño luego de hacer las pruebas.

— Bueno, siempre puedes hablar con Jungkook y decidir si tenerlo o no, es tu cuerpo y quien tiene la última palabra eres tú, pero Jungkook es tu Alfa y creo que al menos tiene derecho de saber.— Jimin asintió dándole la razón aunque tampoco estaba seguro de ser capaz de detener el embarazo si resultaba positivo.— Pero aún no sabemos si en realidad estás en cinta, no hay que adelantarnos.

El rizado respiró profundo en un inútil intento de tranquilizar su acelerado corazón. Si las pruebas salían positivo sólo tenía dos opciones y no estaba 100% conforme con ninguna. Aunque si los ponía en una balanza, la opción de tenerlo la inclinaba a más. Estaba de acuerdo con las y los Omegas que detenían sus embarazos, pero él no se veía capaz de ser de ese mínimo porciento que lo hacía.

La alarma sonó sacándolo de sus pensamientos, Taehyung tomó todas las pruebas y lo miró.

— ¿Quieres que las veamos juntos o las ves tú solo?

— Juntos, por favor.— el rubio asintió dejando las pruebas en la cama y tomando la mano de su amigo para finalmente mirarlas.

[...]

Jungkook cerró la puerta de la habitación mientras quitaba con una mano la corbata de su cuello, miró a la cama y sonrió al ver a su Omega durmiendo plácidamente. No esperaba que se mantuviera despierto hasta que él llegara de trabajar puesto que no tenía hora de llegada y no quería que Jimin se desvelara por su culpa.

Cuando tuvo su pijama puesta, se colocó en su lado de la cama, tomó las gafas de su mesa de noche y el libro que leía todas las noches antes de dormir.

Jimin se removió a su lado y abrió lentamente los ojos.

— No te escuché llegar.— le dijo con voz suave sentándose para alcanzar su boca y dejar un suave beso.

— Nunca lo haces en realidad, lo que me sorprende es que estés despierto ahora.

— Sí, es que... Yo quería... Yo quería hablar contigo de algo.— dijo en un susurro. Jungkook lo miró dejando su libro a un lado.

Jimin respiró profundo antes de volver a hablar.

— ¿Tú... Qué opinas de los cachorros?— Jungkook arqueó una ceja.

— ¿Los nuestros?

— ¿Q-qué? Me refiero a los cachorros en general.

— Soy un Alfa, Minnie. Quiero cachorros y formar una manada contigo, pero respondiendo a tu pregunta, los cachorros son lindos.

— ¿Entonces quieres formar una manada conmigo?— preguntó sin mirarlo a los ojos.— ¿Ahora o... En unos años?

Jungkook suspiró jalando al Omega con suavidad para sentarlo a horcajadas en su regazo.

— Ya sé que estás en cinta, Jimin.— susurró tomándolo del mentón.— Lo que significa que quiero formar una manada contigo desde que te conocí.

— ¿Lo sabías? ¿Desde cuándo? Porque yo me enteré hoy.

— Hace un par de semanas, tu olor es diferente ahora, tiene algo extra y hablando con mi madre me dijo qué podría ser. Hace unos días cuando empezaste con las náuseas lo confirmé.

— ¿Por qué no me dijiste?

— Creí que sabías por los cambios en tu cuerpo.

— ¡No lo sabía!

— Ahora lo sé. Pero no importa, ¿qué opinas tú de los cachorros?

— Son bonitos.

— ¿Pero...?

— No sé si estoy listo para tenerlos, tengo miedo de no estarlo y arruinar todo, no saber educarlos o que... No sean lo que tú esperas.

— ¿No quieres... Tenerlos? Porque he escuchado de aquellas clínicas que ayudan a no tenerlos y si tú... No los quieres ahora podemos buscar alguna.—murmuró sintiendo una opresión en su pecho.

— Tengo miedo.

— No somos expertos en el cuidado de cachorros y es claro que cometeremos errores con ellos, pero lo haremos bien y van a ser lobos muy fuertes y serán más de lo que los dos esperemos. Estaremos bien.

— No quiero casarme con una barriga.— Jungkook rió besando sus labios con suavidad.

— Entonces hay que casarnos pronto o hasta después del parto. No me importa si me caso contigo mañana o en diez años, porque yo sé que estaremos juntos toda la vida porque tú eres mío y yo soy tuyo.

El menor sonrió conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. Aún le costaba creer que el mismo Alfa que lo ignoraba y trataba con la suela del zapato fuera el mismo que estuviera diciéndole que estarían juntos toda la vida, pero estaba feliz y se sentía completo cuando el ojiazul estaba a su lado.

ONLY YOU.
Continuará.

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora