4: Almuerzo

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Joo Jaekyung pasó toda la semana con la mente llena de pensamientos sobre el Omega Herbívoro que había dejado una impresión tan profunda en él, a pesar de que no tenía tiempo para verlo ni pasar tiempo con él. Anhelaba inconscientemente verlo todos los días, pero solo tenía la oportunidad de hacerlo los viernes. Cada vez que terminaba sus ejercicios, se apresuraba a buscarlo en su salón de yoga, aunque nunca lograba verlo, ya que el lugar siempre estaba cerrado.

Sin embargo, ya era la tercera semana en la que no podía encontrarlo, y su mal humor lo acompañó durante todo ese tiempo.

─ ¿Kim Dan, el instructor de yoga? Cambió su horario. Ahora solo imparte clases los lunes y los martes por la mañana. Mi esposa asiste a sus lecciones. Parece que ha conseguido otro trabajo, a unas cuadras de aquí.

─ ¿Sabes dónde?

─ Bueno, no estoy seguro, pero creo que es en el bar nocturno "Zafiro Estrellado".

Jaekyung gruñó después de oír ese nombre que personalmente le resultaba estúpido. Ese bar en particular era un dolor de cabeza para él de vez en cuando, ya que siempre había peleas que resultaban en varios heridos. Solo el pensar que Dan estuviera trabajando en ese lugar tan peligroso lo ponía nervioso. Decidió visitar el bar esa noche después de su trabajo para asegurarse de que todo estuviera bien.

Sin embargo, a pesar de querer verlo esa misma noche en que lo supo, no pudo ir, ya que sus obligaciones no lo dejaron durante toda esa semana. Por lo tanto, trabajó toda la noche durante tres días seguidos para que tuviera el tiempo de ir al bar ese fin de semana.

Como no quería ser reconocido, vistió un atuendo discreto y se puso su gorra negra, aunque fuera de noche. Se sintió incómodo de inmediato en ese ambiente ruidoso y algo turbulento. Se instaló en una mesa del fondo y se mantuvo en la sombra, observando discretamente a su alrededor. Se sentó allí, esperando verlo aunque fuera solo unos minutos, con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

Los olores y las luces le hicieron doler la cabeza debido a sus constantes desvelos, y ya empezaba a aburrirse. Después de alejar a la tercera chica que se le acercó, decidió irse algo molesto. Miró la hora en su reloj y se dio cuenta de que solo habían pasado casi treinta minutos desde que se sentó allí.

Fue en ese preciso momento cuando lo encontró. Estaba serio y dedicado a su trabajo, atendiendo cerca del mostrador y ofreciendo una suave sonrisa cortés. Volvió a sentarse, observándolo trabajar con un mejor ánimo.

Después de que Dan estuvo ocupado haciendo los preparativos, ya que su turno estaba a punto de terminar cerca de la medianoche, Jaekyung esperó afuera del bar durante unos minutos, preocupado por su bienestar. Se repetía mentalmente que, como Alfa de la manada, tenía que velar por la seguridad de todos sus miembros. Sin embargo, después de esperar un tiempo, comenzó a pensar que quizás había exagerado sus preocupaciones, aunque decidió esperarlo de todos modos.

Cuando estaba a punto de volver a entrar, un suave aroma llegó a su nariz. Era el aroma de Dan, dulce y reconfortante. Jaekyung no pudo resistir la tentación de buscar su origen mientras respiraba profundamente, y sus ojos escudriñaron la multitud hasta que lo encontraron.

Dan estaba unas mesas más adelante, sirviendo platos a un grupo de clientes. Jaekyung notó de inmediato que algunos de los clientes se estaban comportando de manera inapropiada, propasándose con Dan y haciendo comentarios ofensivos. Su mandíbula se tensó de ira al ver a Dan en una situación incómoda.

Decidió acercarse a la mesa con determinación, su presencia imponente era palpable cuando se detuvo junto a Dan. Miró a los clientes que estaban causando problemas y dijo con voz firme, aunque tratando de mantener el control.

─ Creo que ha llegado el momento de que se comporten adecuadamente o se vayan.

Los clientes, dos betas, se sorprendieron ante la presencia del Alfa Joo y su tono autoritario los hizo temblar. Sin decir una palabra, se levantaron y abandonaron la mesa, murmurando disculpas a medias mientras se retiraban. Dan miró brevemente al Alfa Joo con gratitud en sus ojos, agradecido por su intervención, aunque a la vez evitando el contacto visual.

─ Muchas gracias por la ayuda, Alfa Joo.

Su voz suave y tímida hizo que Jaekyung temblara con un escalofrío en su espalda baja, una sensación que le gustó y le hizo sonreír.

─ No es nada.

Dan entonces levantó la cabeza y se apresuró a preguntar: ─ ¿Acaba de venir? Para llevarlo a su mesa.

─ ¿Cuándo acaba tu turno?

─ Den...dentro de quince minutos ─respondió confundido.

Jaekyung habló rápidamente─ Entonces te esperaré.

La leve sonrisa de Dan desapareció y volvió a bajar la cabeza. Jaekyung lo notó y le resultó extraño.

─ Muchas gracias, pero no es necesario.

Jaekyung frunció el ceño─ ¿Por qué?

─ E-es inapropiado, Alfa Joo.

Jaekyung se quedó en silencio y se dio la vuelta sin decir nada. Dan solo se quedó parado viéndolo alejarse y se castigaba mentalmente por haber ofendido al Alfa. Después de todo, él hizo todo lo posible para ayudarlo. Pero sabía que involucrarse con el Alfa de esta manada le traería más problemas de los que ya tenía. Dan cerró sus ojos con fuerza debido al cansancio y continuó con su trabajo.

Quince minutos después, Dan caminaba hacia su casa con pasos pesados, pero decidió pasar por el parque, ya que una inusual sensación de estar siendo seguido se apoderó de él nuevamente. Su corazón latía un poco más rápido y sus sentidos estaban alerta. Cada crujido de una hoja bajo su paso y cada gorjeo de un pájaro en la distancia parecían intensificar su sensación de que alguien lo observaba. Sin embargo, extrañamente, no sentía miedo ni ansiedad.

La sensación de ser perseguido se mezclaba con una extraña calma. Se dijo a sí mismo que debía ser su imaginación o, quizás, el efecto de estar rodeado de la escasa naturaleza que el parque tenía. Sus pasos continuaron, pero no se apresuraron; se movía con una seguridad relativa, como si estuviera convencido de que, incluso si alguien lo seguía, no estaba en peligro. Incluso podía respirar mejor.

Mientras avanzaba por el parque, Dan se dio cuenta de que estaba comenzando a disfrutar de la sensación de ser perseguido esta vez, como si la misma sensación lo estuviera protegiendo. La luz de los faroles que se filtraba a través de las hojas le acariciaba el rostro y el viento suave mecía su cabello.

Finalmente, llegó a la calle que conducía a su casa. Se detuvo un momento para observar el agua cristalina de la cuneta y a un gato beber de ella. Se sintió en paz consigo mismo después de mucho tiempo. Sabía que estaba solo en ese lugar, pero la sensación de ser perseguido, aunque aún persistente, ya no era una amenaza.

Con una sonrisa en el rostro, continuó caminando, dejando el gato atrás. Dan miró hacia arriba de la colina y vio su casa, tan pequeña. Su sonrisa se congeló en su rostro. Por alguna razón, no quería llegar, pero se sentía cansado y no tenía a dónde más ir ni planes a los que asistir.

Kim Dan había disfrutado de su caminata, a pesar de sentirse cansado. Sin embargo, cuando finalmente estaba a pocos metros de su casa, un oscuro presentimiento se apoderó de él, como una sombra que se cernía sobre su espalda, agobiando su estado de ánimo.

A medida que se acercaba a su hogar, cada paso parecía más pesado y el aire a su alrededor se volvía denso y ominoso. No podía evitar sentir que algo estaba terriblemente mal, como si estuviera a punto de enfrentar una amenaza desconocida.

Los latidos de su corazón resonaban en sus oídos, y una sensación de ansiedad lo atenazaba. Las sombras de los árboles cercanos parecían alargarse y cobrar vida, formando figuras fantasmagóricas que lo acechaban desde los rincones de su visión periférica. Esto hizo que se tomara las manos, nervioso.

Cada ruido, incluso los más sutiles, lo hacía saltar. El susurro del viento en las hojas y el chirriar de una rama en el bosque cercano parecían advertencias silenciosas. Sentía como si el mundo a su alrededor estuviera conspirando en su contra, como si algo malévolo estuviera a la espera de su regreso para atacarlo.

Cuando finalmente llegó a su puerta, Dan se quedó parado frente a ella, indeciso. Temía dar el siguiente paso, temía enfrentar lo que fuera que lo aguardaba al otro lado. Su mente se llenó de imágenes inquietantes y escenarios aterradores, y un escalofrío recorrió su espalda, dejándolo paralizado.

Incluso la seguridad de su propio hogar se había vuelto un lugar amenazante en ese momento. Las sombras en el interior de su casa parecían acecharlo, y el silencio era ensordecedor. La sensación de que algo malo iba a pasarle era abrumadora.

Dan vaciló un instante antes de finalmente decidir abrir la puerta y entrar en su casa, con el corazón en un puño. Se repetía mentalmente que tal vez estaba demasiado cansado y estaba imaginando cosas.

La puerta de su casa ya se encontraba abierta.

En el instante en que se percató de que la puerta de su casa ya estaba sin seguro, Kim Dan se volteó de inmediato para huir, pero un firme agarre en su camisa lo detuvo y lo arrastró hacia el interior de su hogar sin siquiera darle la oportunidad de emitir un solo quejido.

...

Joo Jaekyung se sintió levemente ofendido por las palabras de Kim Dan sobre esperarlo a la salida de su trabajo.

"Inapropiado... ¡Ja!", pensó. Después de haberlo esperado dos horas, solo en una mesa bebiendo agua, aún le decía que era inapropiado que su Alfa lo acompañara a su casa. Después de caminar dos cuadras, Jaekyung se detuvo, dio media vuelta y regresó al bar. Si no quería que lo acompañara a su casa, entonces lo observaría desde lejos. Las ansias de verlo y asegurarse de que llegara a casa a salvo eran enormes.

Persiguió a Dan por varias calles, y cuando llegaron a la calle que conducía a su casa, se quedó de pie observándolo alejarse. Ver a la pequeña figura alejarse con tranquilidad lo hizo sentir mejor. Entonces, dio la vuelta y se fue.

La siguiente semana se dio cuenta de que había una cafetería cerca del centro que necesitaba un mesero. Era un lugar tranquilo con horarios adecuados, además de que la paga era decente. Se dirigió al gimnasio esa mañana solo para hablar con el pequeño Omega sobre esto, ya que el ambiente en ese bar era pésimo para un Omega de su especie.

No quería que el próximo accidente en ese bar involucrara a uno de sus empleados sufriendo un paro cardíaco.

Entró al lugar y se dirigió directamente al salón de yoga. Vio a través de la ventanilla de la puerta a Dan de espaldas, lo que hizo que su corazón saltara, pero luego se hundió al notar la postura que tenía al caminar. Esto encendió las alarmas en su cabeza. Quería entrar y arrastrar a ese pequeño Omega hacia afuera del salón y exigir una explicación sobre su estado físico. Pero antes de que su mano tocara el pomo de la puerta, esta se abrió, dando paso a Dan, quien lo miraba de forma extraña.

─ Buenos días, Alfa.

Jaekyung se quedó en silencio, notando una venda en el costado de su cuello y otra en su mejilla. Dan percibió la expresión de Jaekyung y giró su rostro avergonzado, encogiendo sus hombros tímidamente.

─ ¿Volviste a caer por las escaleras? ─preguntó molesto.

Esta pregunta hizo que Dan se asustara y cerrara la puerta tras de sí mientras su voz sonaba ronca y suave.

─ No, te lo aseguro, esta vez sí me caí.

─ ¿Contra qué...? Creo haberte dicho que puedes confiar en mí.

─ Alfa Joo ─Dan mordió sus labios, dudando si hablar. Pero en ese momento no notó la mano de Jaekyung que se acercó al cuello de su camisa y bajó la tela.

Unas oscuras marcas marcaban el delicado y suave cuello de Dan. Jaekyung respiró profundo, tratando de controlar las violentas olas de feromonas que amenazaban con salir de su cuerpo para evitar asustar a Dan. En cambio, trató de regular el tono de su voz, ya que notó la expresión de pánico que Dan mostró en esos pocos segundos.

Joo Jaekyung observó atentamente todas las microexpresiones de Kim Dan mientras le hablaba con seriedad. Quería expresar sus palabras de manera cuidadosa para el asustado hamster.

─ He estado pensando en tu trabajo en el bar nocturno. Sé que no te sientes del todo cómodo allí. Así que investigué un poco y encontré una oportunidad laboral que creo que sería mucho más adecuada para ti.

Tal vez, si dejaba de insistir sobre las marcas de dedos y los moretones, podría lograr que Kim Dan confiara un poco más en él antes de volver a preguntar.

Ante el silencio de Kim Dan, Jaekyung volvió a hablar─ Me enteré de una cafetería que está buscando un empleado. Sus horarios son negociables.

Kim Dan lo miró con sorpresa en sus ojos. ─ ¿Cafetería?

─ Sí, está en el centro. Vine a avisarte sobre eso... También vine por unos asuntos más.

Dan lo observó con una expresión perpleja, su corazón latiendo rápido en su pecho. Preguntó mostrando claro interés.

─ ¿Cu-cuál cafetería es?

Jaekyung trató de sonar desinteresado. ─ Puedo llevarte allí cuando termines tus sesiones.

Dan aceptó agradecido, asintiendo. Aunque la paga en ese bar era buena, no es como si le gustara trabajar allí.

Y así, Jaekyung esperó una hora sentado en el asiento que se encontraba en el pasillo. Extendió sus piernas frente a él, distrayéndose en el celular mientras Dan se apresuró a limpiar y recoger sus cosas para salir. Lo vio sentado, con expresión aburrida, y se apenó mucho por hacerlo esperar. Sumándole a eso, supo por su fuerte presencia que el Alfa Joo no se había movido de ahí durante todo ese tiempo.

─ Pudo ocuparse de sus otros asuntos mientras yo terminaba, Alfa Joo.

Jaekyung frunció el ceño y aclaró su garganta. Se puso de pie y se estiró. ─ ¿Listo?

─ Sí, Alfa Joo.

Por alguna razón, Jaekyung comenzaba a sentirse extraño al ser llamado todo el tiempo "Alfa Joo" por ese pequeño Omega. Pero no es como si pudiera decirle que lo llamara simplemente "Jaekyung" sin ninguna razón y sin ser cercanos.

Pero eso le dio una idea. Ser cercano a Kim Dan podría ser interesante.

La cafetería "Gift Coffee" era un remanso de paz en medio del bullicio de la ciudad. Al abrir la puerta de cristal, una agradable campana tintineaba, dando la bienvenida a los visitantes a este pequeño y acogedor refugio. El ambiente, bellamente diseñado con un estilo rústico y acogedor, evocaba una sensación de hogar desde el primer paso dentro. Dan sintió saltar su corazón al entrar al lugar.

El Omega notó como las paredes estaban revestidas de madera desgastada, pintadas en tonos cálidos y suaves que emanaban serenidad. Las luces colgantes, con tonos ámbar, proporcionaban una iluminación tenue y acogedora, evitando la intensidad abrumadora de las luces fluorescentes. El suelo estaba cubierto de tablones de madera envejecida, desgastada por el tiempo, que emitían un suave crujido reconfortante con cada paso. Pero lo increíble es que no perdía la esencia moderna pesar de eso.

Las mesas y sillas estaban dispuestas de manera estratégica para brindar privacidad y comodidad a los visitantes. Había rincones con sillas acolchadas donde uno podía hundirse y disfrutar de su bebida en completa tranquilidad. Algunas mesas estaban junto a las amplias ventanas que daban vista a la calle, permitiendo que la luz natural se filtre suavemente y creando un ambiente apacible y relajante.

Jaekyung observó cómo el pequeño Omega estaba fascinado con el lugar. Mientras Dan estaba observando con el rostro iluminado toda la cafetería y respirando el agradable aroma de esta.

El olor del café recién hecho y de la repostería recién horneada llenaba el aire, desde muffins esponjosos hasta pasteles exquisitamente decorados, la variedad era amplia y apetecible. Kim Dan no podía estar más fascinado por el establecimiento, pero después de unos segundos que parecieron minutos, se dio cuenta de los más atractivo del lugar.

El silencio reinaba, solo interrumpido por el murmullo suave de la música y el ocasional sonido de una taza colocada en su platillo. Aquí, las personas podían sumergirse en su propio mundo, disfrutar de la bebida caliente entre sus manos y perderse en la música que acariciaba sus oídos.

La burbuja en la que se había sumergido Kim Dan fue interrumpida por la ronca voz de Jaekyung.

─ Veo que te gusta el lugar, Kim Dan.

Un pequeño salto, que a Jaekyung le pareció gracioso y tierno, escapó de Dan al ser llamado de repente, poniéndolo en alerta, aunque se recompuso rápidamente.

─ Alfa Joo...

Sus miradas se cruzaron y nadie habló hasta que una mujer alta y bonita se acercó a ellos, interrumpiendo ese momento.

─ ¡Jaekyung! ─su voz cantarina, aunque ligeramente alta, no perturbó el ambiente hermosamente creado.

─ Celine.

Dan observó a esos altos y atractivos alfas saludarse. Por alguna razón, se sintió diminuto, aunque físicamente ya lo era. Esto lo hizo encogerse de hombros y quedarse al margen mientras los observaba en silencio.

─ Siempre tan escandalosa ─murmuró Jaekyung.

─ Y tú tan amargado. ¿Y bien? Vamos a la oficina, no podemos quedarnos en la entrada.

Kim Dan se dio cuenta de que ambos alfas comenzaron a caminar hacia dentro, así que los siguió inmediatamente en silencio con pasos apresurados.

Pasaron por una puerta y luego caminaron por un corto pasillo hasta la oficina. Ambos iban hablando, pero Dan solo pudo caminar con varios pasos de distancia. Cuando entraron, Celine se sentó detrás de un escritorio, dispuesta a escuchar.

Jaekyung centró su atención en el pequeño Omega a su lado, quien se había apartado lentamente dos pasos de él.

─ Celine, permíteme presentarte a nuestro nuevo miembro, Kim Dan.

Kim Dan, al ser presentado, se acercó y se inclinó─ Es un gusto, Alfa Celine.

─ Un gusto, Kim Dan. Por favor, solo llámame Celine. Es un gusto tenerte aquí. Jaekyung... ─bajó la voz y se inclinó. Inconscientemente, Kim Dan también lo hizo─ Este Alfa a tu lado me había hablado de ti, pero no me había dicho lo lindo que eres.

Kim Dan no supo si fue su imaginación, pero un gruñido a sus espaldas lo alertó. Al ser llamado "lindo" a pesar de sus vendajes, se sintió avergonzado e inconscientemente dio un paso atrás.

─ Gra... gracias. Alf- Celine.

─ Supe que estabas trabajando en ese horrendo bar. Imagínate. Eran las dos de la madrugada y Jaekyung me llama preguntando si tenía un puesto libre aquí para ti.

Jaekyung la interrumpió con los dientes apretados─ Cállate, niña.

─ Y pues... ─ella continuó─ Dime, Kim Dan. Háblame de ti.

En ese momento, Kim Dan no sabía qué decir, ya que no estaba preparado para una entrevista. Ni siquiera trajo sus documentos, y su experiencia estaba limitada a yoga, masajes y ser mesero.

─ No tengo experiencia en cosas relacionadas con la cocina más allá de lo básico, pero he trabajado como mesero en un bar ─dijo, intentando transmitir sus habilidades.

Celine se quedó en silencio, lo que hizo que Kim Dan comenzara a sentir pánico y buscara con la mirada a Jaekyung, quien también observaba en silencio.

─ Pero puedo aprender rápidamente otras actividades ─agregó, tratando de mostrar su disposición.

─ ¿Eres bueno con personas de la tercera edad? ─preguntó Celine.

─ Sí ─contestó rápidamente, aunque la pregunta le pareció un tanto extraña.

─ Debido al ambiente de nuestra cafetería, a menudo recibimos a clientes de la tercera edad. En muchas ocasiones, estamos llenos y ellos necesitan un poco de ayuda adicional para hacer sus pedidos. Me gustaría que te encargues especialmente de ellos ─explicó Celine.

Kim Dan sonrió sinceramente después de mucho tiempo.

Jaekyung, quien estaba atento a cada gesto del pequeño Omega, se sorprendió al ver esa sonrisa en su rostro. Sintió una emoción inesperada al presenciarla. Durante el tiempo que había conocido a Dan, sabía que era alguien serio y reservado, con una mirada profunda y enigmática que a menudo ocultaba sus emociones. Pero en ese instante, esa sonrisa sincera parecía iluminar toda la habitación, al menos para él.

Kim Dan y Celine continuaron hablando durante otros veinte minutos. Jaekyung esperaba a un lado de ambos, sentado en un sillón, hojeando desinteresadamente un par de revistas que estaban en una mesita. De vez en cuando, su vista viajaba al perfil de Kim Dan.

Dan rechazó su compañía la vez anterior, pero aún así decidió vigilarlo. Después de solo una semana sin verlo, lo encontró con vendajes en su rostro y cuello. Quería que esta vez se sintiera protegido por él y lo dejara acompañarlo.

─ Alfa Joo...

La suave voz de Kim Dan lo llamó, y Jaekyung volteó a verlo.

─ ¿Ya terminaste?

─ Celine se fue a atender una llamada, pero ya hemos terminado.

Jaekyung se levantó del pequeño sillón y se estiró.

─ Entonces, vámonos.

Cuando salieron del restaurante, Dan se quedó de pie mientras su mirada distraída se centraba en sus zapatos. Jaekyung notó esto unos pasos más adelante y se quedó esperando unos segundos antes de preguntar.

─ ¿Tienes libre toda la tarde?

Dan levantó la mirada, dándose cuenta de su llamado─ No, digo sí. Alfa Joo.

─ ¿Quieres acompañarme a almorzar?

Jaekyung se arrepintió inmediatamente de su pregunta, pues la respuesta silenciosa fue una expresión afligida por parte de Dan. Pero momentos después se sorprendió por las gruesas lagrimas se estaban derramando de los tiernos ojos de Dan.


.....


Nota de autora.
¿El fic ha tomado un rumbo aburrido?
¿Hay partes que no se comprenden?
Me ayudaria mucho una opinión al respecto.

La Liberación del Instinto [Jinx/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora