3: Conexión Especial

571 64 4
                                    

Sus pasos resonaban en el pavimento de aquella calle concurrida. Era ya la hora en el que el cielo comenzaba a colorearse de tonos cálidos mostrando un hermoso paisaje para deleite de los ojos de quienes se tomaban el tiempo de apreciarlo.

Pero Dan era ignorante de dicho deleite. Su corazón latía tan rápido en su pecho que temía que tuviera un paro cardiaco antes de llegar al gimnasio. Un escalofrío recorrió su espalda y una sensación inquietante lo invadió, como si estuviera siendo observado desde las sombras. Apresuró el paso inconscientemente.

Las sombras alargadas de los edificios parecían acecharlo, y cada ruido repentino lo hacía girar bruscamente. La gente pasaba a su lado, ajenos a su creciente ansiedad. El corazón de Dan latía con fuerza en su pecho, un latido apresurado que parecía ahogar sus pensamientos. Sus ojos se movían de un lado a otro, escudriñando el entorno en busca de cualquier indicio de peligro. Sus manos apretadas en puños comenzaron a doler pero Dan ignoraba el dolor por el miedo.

A medida que avanzaba por la calle, su nerviosismo aumentaba. La idea de estar siendo perseguido se apoderaba de su mente, nublando su raciocinio. Cada sombra parecía ocultar algo, cada rincón oscuro parecía esconder una amenaza potencial. Su respiración se volvía más rápida y superficial, y sus manos temblaban ligeramente a su lado.

El miedo que lo abrazaba lo hacía tartamudear cuando intentaba hablar consigo mismo para calmarse.

─ S-solo es mi imaginación ─murmuró en voz baja.

Pero sus propias palabras parecían vacías e insuficientes para disipar su creciente temor. Trató de concentrarse en su ritmo cardíaco, en respirar profundamente para recobrar la calma, pero su mente seguía atrapada en una espiral de preocupación que lo hundía cada vez más.

Cada vez que alguien pasaba cerca de él, su corazón se aceleraba y sus músculos se tensaban. Los sonidos de la ciudad se mezclaban en un murmullo a su alrededor, pero parecían distantes y distorsionados por la ansiedad que lo envolvía. ¿Quién podría estar siguiéndolo? ¿Por qué alguien querría hacerlo? Las preguntas sin respuestas solo alimentaban su miedo.

Finalmente, llegó a su lugar de trabajo, su refugio habitual. Las puertas de cristal se abrieron y Dan entró en el gimnasio, buscando consuelo en el conocido entorno. A medida que el bullicio de la calle quedaba atrás, su corazón comenzó a desacelerarse lentamente. Aun así, la sensación de estar vigilado lo persiguió, dejando una sensación incómoda en su pecho. En un intento de despejar y distraer su mente, comenzó a saludar a los amigos que había hecho a lo largo de esos pocos meses. Hablar casualmente ayudó mucho a que su respiración volviera a la normalidad.

Entró a la sala de yoga y se apoyó contra la pared, cerrando los ojos y respirando profundamente para recobrar su calma. Intentó deshacerse de la tensión acumulada, pero sabía que esa sensación lo había afectado más profundamente de lo que estaba dispuesto a admitir. Hacía mucho que no se sentia asi. Mientras trataba de restablecer su compostura, una pregunta seguía resonando en su mente.

¿Había sido solo su imaginación, o alguien realmente lo estaba observando desde las sombras?

Abrió sus ojos y una sonrisa se instaló en sus labios de forma forzosa. Tenía que trabajar y dejar su problema para después.

Durante las horas siguientes, había logrado mejorar su humor. La sensación en su corazón se había ido en gran parte. Pero cuando la hora de terminar la sesión había llegado su espalda comenzó a sentirse fría y su corazón nuevamente inquieto.

Cuando estaba limpiando y cuando estaba cerrando no dejó de repetir en sus pensamientos que ya estaba a salvo. Se despidió de todos los que todavía se quedaban hasta tarde en el gimnasio y justo antes de salir los pensamientos se convirtieron en murmullos.

─ Estoy a salvo. Ya me encuentro a salvo...

Su cuerpo no sabía lo tenso que se encontraba antes de ese momento, pero cuando una profunda y fuerte fragancia llegó a sus fosas nasales hasta su humor cambió levemente.

Justo frente a él, al abrir las puertas, la alta figura del Alfa Joo se podía observar y Dan experimentó un alivio momentáneo al verlo.

Tanto fue el impacto por verlo que sus feromonas se descontrolaron y se liberaron sin querer justo bajo las narices de Jaekyung, quien solo pudo observar en silencio y dar un profundo respiro.

Ambos eran observados por algunas personas a su alrededor quienes pensaban que se verian lindos y estarían dispuestos a apoyarlos si surge algo entre ellos. Hubo murmullos que fueron ignorados por los dos, quienes se saludaban en una corta charla casual, se alejaban y ambos mostraban expresiones más tranquilas después de ese corto encuentro. Unos comenzaron a apostar de quién caía primero y hasta estaban planeando organizar momentos en los que ellos puedan estar solos para que tengan la oportunidad de conocerse más y profundizar su relación.

Otras personas no les gustó que un despreciable Omega Herbívoro se le quisiera enrollar a su Alfa Lider.

...

Después del inesperado encuentro en el gimnasio, tuvieron más ocasiones en las que Dan se encontraba al Alfa Joo.

Dan casi no hablaba con él más de algunos saludos casuales por que al parecer el Alfa Joo parecía más ocupado y solo podía asistir al gimnasio los viernes nuevamente. Pero no negaba que de vez en cuando le gustaría hablar más con él. Pero no se podía permitir ser cercano al Alfa de esta manada. Le gustaba mucho estar aquí y no quería ningún malentendido. Pero podría estar feliz solamente saludando de lejos.

─ Buenas tardes Alfa.

─ Buenas tardes. Hoy quiero hablar contigo en mi oficina, podemos irnos juntos... Si tu quieres. ¿O ya te vas?

Dan en ese momento no pudo hablar, pero su cabeza se movió de arriba a abajo.

Jaekyung sonrió, Dan tragó saliva.

─ Entonces espera un par de minutos a que termine algo aquí.

─ S-si.

Jaekyung ya no tuvo la oportunidad de asistir a las sesiones de yoga del pequeño Omega. Pero a veces lo veía de camino al gimnasio o cerca del edificio.

Pero no tenia algo mas importante que decirle o de algo que hablar con él que no sea sobre los cuatro sujetos y su hogar. Pero esta vez sí tenía que reunirse con él para hablar sobre que ya puede regresar a su casa.

Ver la pálida tez cuando lo vio salir del gimnasio movió algo en él.

Recordó lo que su amigo el cornudo le había dicho esa misma mañana que lo puso a pensar por unos cuantos minutos.

─ Ese hamster te agrada ¿no? ─Jeon Yosep preguntó de manera sorpresiva.

─¡Tks! ¿Por qué lo dices?

─ Tu mirada y tu aroma cambia cuando lo tienes cerca, es menos agresivo.

La expresión de concentración que tenía en ese momento se fue para ser reemplazada por una que mostraba lo ofendido que lo hizo sentir esa afirmación. Aun que pensándolo mejor es el único de sus amigos que se atreve a decirle algo así de serio a la cara, la mayoria solo bromea con temor a su reacción.

─ Él solo es un nuevo miembro que necesitaba ayuda y como su Alfa lo ayudé. Además, tienes a un perrito detrás de ti y tu no te has dado cuenta. No me reproches nada.

─ ¿Quién, Papa?

─ Ajá ─murmuró Jaekyung.

─ Yo solo soy amable con ese niño.

─ Ajam...

Su cabeza comenzó a doler en cuanto recordó eso. Pero la mirada alegre en ese pequeño Omega hizo que olvidara cualquier molestia. Quería seguir cerca de ese suave aroma que lograba tranquilizarlo en instantes.

...

Los minutos pasaron y Dan estaba esperando al Alfa Joo en las bancas frente a los vestidores. Esa tarde al parecer decidió no entrenar asi que podia esperarlo unos minutos.

Pensaba si le iba a informar sobre si ya podía volver a su casa. Aunque estar en las habitaciones era agradable no aguantaba en volver a dormir en su propia cama.

La puerta de la oficina del entrenador se abrió y Dan se puso de pie. Observó con atención al Alfa Joo antes que este se diera cuenta que estaba siendo observado y también lo buscara con la mirada.

Una mirada gris se encontró con una mirada café.

A Jaekyung le dolieron los dientes caninos. Quería morder algo. Tenía que morder algo.

El entrenador se despidió con tono alegre del Alfa─ Hasta la otra semana, Alfa.

─ Si,buenas noches.

Dan se acercó a Jaekyung con un par de pasos y esperó sin decir nada justo a su lado.

Jaekyung lo miró y se dio cuenta de lo chiquito que era ese Omega. Era más bajo que la altura de sus hombros. Dan tenía que levantar mucho la cabeza. Jaekyung tenía que recordar que su especie son muy pequeños. También tenía que recordar que los hamsters se asustan con facilidad, por lo que regular el sonido de su voz era algo que tenía que tomar en cuenta si iba a hablar con él.

─ Lamento que hayas tenido que esperar toda una hora, creí que solo me iba a tomar unos cuantos minutos.

─ No hay problema. No me sentí aburrido, estuve observando a los demás golpeando los sacos.

Jaekyung quería decirle que eso es aburrido si lo hacía alguien mas que no sea él.

Caminaron en silencio y esta vez Dan no se sentía asustado como lo estuvo en la tarde.

El sol ya se había puesto hace horas, es ese momento estaba un hermoso cielo estrellado sobre ellos. Kim Dan y Joo Jaekyung caminaron juntos por las tranquilas calles del vecindario. Cuando Jaekyung dobló una esquina, Dan se dio cuenta que esa era la dirección de su casa.

Murmuró con un nudo en la garganta, sus ojos brillando viéndolo fijamente─ Alfa Joo.

Ambos se detuvieron. El agradecimiento genuino mostrandose en lo ojos de Dan hizo a Jaekyung replantearse la palabras de Yosep.

Una afirmación gritó en la cabeza de Jaekyung. Queria conocer mas a ese pequeño Omega.

─ Ya estas seguro, me encargué de los abusadores y ahora estás a salvo. Como lo prometi...

La noche estaba tranquila y serena cuando Kim Dan y Joo Jaekyung se encontraban de pie uno frente al otro en esa esquina. En un momento, algo en el aire cambió, y Dan sintió una oleada de cariño y gratitud hacia al Alfa Joo que no pudo resistir.

Sin previo aviso, Dan en un acto impulsivo, extendió sus brazos alrededor de Jaekyung en un abrazo cálido. Fue un gesto repentino y lleno de gratitud, pero también un poco sorprendente para ambos.

Los brazos de Dan rodearon a Jaekyung, y el omega apretó con suavidad su cuerpo contra el de Jaekyung. Sin embargo, lo que siguió fue un momento de torpeza por parte de Jaekyung. No estaba acostumbrado a los abrazos, a pesar de su naturaleza protectora como Alfa. Sus brazos se movieron de forma incómoda, como si no estuviera seguro de cómo responder.

Uno de los brazos de Jaekyung se levantó incómodamente en un intento de devolver el abrazo, pero parecía indeciso. En ese momento, Jaekyung se sintió atrapado entre dos emociones, el deseo de corresponder al gesto cariñoso y repentino de Dan y la incertidumbre sobre cómo hacerlo. En ese instante tambien penso en apartarlo y ponerle un alto antes que el Omega crea que tiene una oportunidad con él. Los recuerdos de cierto Omega llegaron a su mente haciéndolo dudar.

─ ¡Gracias! ─dijo con un lloriqueo, su voz sonaba como si temblara.

─ ¿Estas llorando?

Dan, por su parte, notó la tensión en los brazos del Alfa Joo y sintió una oleada de preocupación. ¿Había sido demasiado impulsivo? ¿Se había cruzado de alguna manera?

─ Lo siento, Alfa Joo ─murmuró Dan en voz baja mientras aflojaba su abrazo y se separó casi como si el cuerpo de Jaekyung quemara─ No debería haberte sorprendido así. Es solo que me emociona mucho saber que ya puedo volver a casa. Alfa, Muchas gracias ─dijo Dan inclinándose en una pequeña reverencia.

Jaekyung, finalmente, bajó el brazo que había levantado de manera incómoda y se acomodó ligeramente la camisa. Su expresión era un poco extraña, sorpresa, incomodidad y vergüenza.

─ ¡Tks! No tienes porqué disculparte... Dan ─respondió Jaekyung con sinceridad─ Solo... no estoy acostumbrado a los abrazos, pero aprecio tu gesto.

Continuaron caminando. Las sombras se alargaban lentamente, pero esta vez, no había rastro de miedo en el rostro de Dan. La presencia reconfortante del Alfa Joo a su lado le proporcionaba una sensación de seguridad que había estado ausente durante su inquietante caminata anterior.

El ambiente estaba lleno de un silencio cómodo, roto solo por el suave murmullo de conversaciones distantes y el suave crujir de hojas secas bajo sus pies. Ambos caminaban en armonía, cada uno inmerso en sus propios pensamientos pero sintiéndose completamente a gusto con la presencia del otro.

Dan ocasionalmente alzaba la vista hacia el cielo, donde los tonos dorados de las luces de algunas casas se mezclaban con las luces de la calle y uno que otro gato sentado frente a algunas casas como si de un guardián se tratase. Era un espectáculo hermoso. Por alguna razon queria conocer mas sobre el Alfa Joo. Quería decir algo. Pero también se sentía a gusto caminar en silencio.

Jaekyung, por su parte, observaba a Dan de reojo, con una expresión suave en el rostro. Había notado el cambio en Dan, cómo el miedo que lo había atormentado antes ya no estaba presente. Era un alivio ver a su omega más relajado y tranquilo.

A medida que avanzaban en silencio, Jaekyung no pudo evitar sentirse extrañamente tranquilo por tener a Dan caminando a su lado. Se sentía protector, pero también reconfortado por la sensación que sentía al respirar su aroma. Aunque no estaban hablando, no necesitaban palabras para comunicarse en ese momento. Sus presencias se complementaban y se entendían mutuamente.

La casa de Dan se acercaba en el horizonte. La sensación de alegría que sentía Dan al volver a casa era como un abrazo cálido y reconfortante para su alma. Cuando finalmente llegaron a la puerta de entrada, Jaekyung se detuvo por un momento y miró a Dan.

La alegría se desbordaba en forma de lágrimas que Dan no pudo detener. También lo observó de vuelta y lo suaves labios del Omega se separaron.

─ Muchas gracias, Alfa.

El corazón de Jaekyung saltó en su pecho y no pudo pronunciar palabras. Tal vez su amigo cornudo tenía razón.

La Liberación del Instinto [Jinx/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora