Anton odiaba a Wonbin, su vecino. No lo soportaba y no podía ni verlo, pero desgraciadamente tenía un flechazo por Seunghan, el hermano de Wonbin, y las cosas empezaron a ponerse complicadas.
¿Qué pasaría si Wonbin le ofreciera hacer un trato un tan...
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-¿Qué tal con tu novio? - Anton rodó los ojos.
- Sohee, sabes que no es mi novio de verdad.
-Pero te gusta pasar tiempo con el - dijo recostándose sobre la cama del pelinegro.
- Que me gustará el detalle del mariposario no significa nada.
- Vamos Anton, sabes que no es solo eso.. Lleváis toda esta semana haciendo cosas en pareja.
- Porque estoy obligado, aun queda una semana -concluyó terminando de peinarse
-¿Wonbin también te obligó ayer a montar el numerito de la cafetería? -un rubor bastante notorio empezó a subir por el rostro del menor mientras recordaba.
* flashback*
Anton caminaba por los pasillos con los libros de su última clase, Ciencias políticas. Le sorprendía tener una asignatura como esa pero realmente lo agradecía para poder aprender un poco de cultura general. A estas alturas del siglo XXI era algo que todo el mundo necesitaba. El pelinegro llevaba dos días bastante extraños.
Desde la cita en el mariposario las cosas habían cambiado para el, ya no sentía que odiaba a Wonbin, de hecho, el sentimiento había cambiado completamente. Ultimamente las emociones de Anton estaban a flor de piel, cualquier cosa la sentía demasiado, ya sea para bien o para mal, y el hecho de que Wonbin llevará dos días evitándolo era una de ellos.
¿Qué había pasado? ¿No se supone que teníamos un trato?, pensaba Anton. Pero.. ¿Desde cuándo le importaba eso al menor? ¿Desde cuando pensaba tanto en Wonbin? Anton era una persona cabezota, orgulloso y aunque el mismo supiera a ciencia cierta que estaba empezando a sentir cosas por el mayor, jamás lo admitiría, no si en su cerebro se había propuesto estar con Seunghan y según Anton... El siempre ganaba.
El menor llegó a la cafetería en busca de Sohee pero no había rastro de su amigo, sin embargo se encontró una situación un tanto sorprendente. Wonbin, que llevaba días sin hablar con Anton, estaba sentado junto a un chico que a los ojos del pelinegro era guapísimo. Jamás había visto a aquel chico, era una cara totalmente nueva y, sin saber muy buen por qué, a Anton le empezó a irritar ver a Wonbin reír y pasarlo bien con alguien que no fuera el.
¿Se supone que era su novio, no? ¿Y qué estaba haciendo con el? El menor no debería ser el ignorado.. Joder Anton, que no es tu novio de verdad, recuerdas? Es un juego, pensó el pelinegro intentando tranquilizarse a sí mismo. Aquel chico se acercó a Wonbin para susurrarle algo y el castaño empezó a reír. La mano del mayor se posó sobre su brazo y creo que aquello fue la gota que rebasó el vaso de Anton, que ya estaba más que rebosado.
Adiós paciencia. Adiós tranquilidad. Será... dijo en voz baja para sí mismo Sin pensarlo dos veces, Anton fue directo hacia la mesa donde ambos estaban sentados y se colocó justo en frente de los dos, dejando a Wonbin boquiabierto y al otro chico un tanto confuso
