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Al día siguiente, todo parecía estar normal. ______ salió de su tienda de campaña y pensó en hacer lo mismo que el día anterior, pero vio a un montón de gente que formaba un círculo. Decidió acercarse y ver que era. Lo que vio fue nada más ni nada menos que el cuerpo sin vida de aquel Salvador con el que el día anterior habían tenido un conflicto. La joven se quedó boquiabierta. ¿Qué había pasado? Tenía una herida de bala en el pecho, es decir, que alguien lo había asesinado.
–Terminemos con esto de una vez– un antiguo Salvador se acercó a Gabriel para poder atacarlo, pero un hombre se le puso por delante para que no lo golpeara.
Las personas que no eran Salvadores se pusieron a la defensiva contra estos y comenzaron a evitar los golpes que les daban. ______ no quería pelear, pero un Salvador se acercó a ella y la tomó del hombro.
–Tú fuiste, ¿no es cierto?– el hombre la estaba acusando de ser la culpable de la muerte del otro Salvador.
–Yo no he hecho nada– respondió ella sin miedo alguno.
–No mientas, mocosa consentida– el hombre iba a golpear a ______, pero ella se agachó y le devolvió el golpe en el estómago.
Justo en ese momento, llegó Alden a parar las peleas que se habían formado en el campamento.
–¡Oigan! ¡Terminen con esto! ¡Basta! ¡Deténganse!– cuando la gente ya había dejado de pelear, habló otra vez– Vamos a descubrir quién lo hizo y nos aseguraremos de que no nos pase nunca más.
–¿"Nos"? Tú ya no eres uno de nosotros– le dijo un Salvador.
–"Nos" significa todos nosotros– corrigió Alden.
Seguido de las palabras del chico, el Salvador lo empujó, casi haciéndolo caer.
–Ve a decirle esa mentira a quien mató a Justin– iba a golpearlo, pero Carol lo detuvo mientras con su otra mano sostenía su arma. Lamentablemente, el Salvador se dio cuenta de esto y sonrió– Tú debías ser nuestra líder.
–Suficiente– Carol trató de calmarlo– Dense la vuelta. Todos.
–Olvídalo, Carol– siguió el hombre– ¿Por qué no desenfundas y me liquidas aquí mismo? Es mejor que preocuparme por que me disparen por la espalda.
Carol sacó su arma y otros más que no eran Salvadores, también lo hicieron. Los Salvadores se asustaron y miraron con confusión.
–No queremos esto– se acercó una Salvadora– Solo necesitamos protegernos.
–Nada de armas– se escuchó la voz de Daryl, quien estaba arriba de algo.
–¿Porque fuiste tú el que mató a Justin?– preguntó otro Salvador.
