Recorrieron el bosque en busca de los Carroñeros, los cuales estaban ayudándolos con amenazas que podían presentarse.
Todos se bajaron de sus transportes para seguirlos y que les contaran todo lo que habían encontrado.–Despejábamos los caminos– hablaba uno de los Carroñeros– Vimos unas huellas que venían hasta aquí.
Les mostraron un lugar en el que parecía haber ocurrido algo porque todo estaba desordenado y habían cosas tiradas en el suelo.
Magna tomó algo del piso y habló.–Es de Hilltop– todos revisaron las cosas tiradas.
–No fueron los muertos– siguió hablando el Carroñero– Fue gente.
–¿Sabes de los locos de las pieles?– le preguntó Michonne. El hombre la miró.
–Nos informaron... Una época extraña, una forma extraña de enfrentarla. En fin... sí, eso supuse. De haber más personas por aquí, mis patrullas las habrían visto... Algo más. Se defendieron– les decía a todos el hombre.
–Oigan. Los arrastraron hacia aquí– llamó su atención Daryl.
–Vamos– dijo uno.
–No podemos ir a las apuradas– se negó el mayor de los Dixon.
–Aún podrían estar vivos– habló una mujer.
–Sí esos locos los siguieron desde la Cumbre, toda la comunidad está en peligro– habló otro de los que acompañaban.
–Dividámonos– ordenó Michonne.
–Michonne, ______ y yo iremos con Daryl. Los rastrearemos– habló Carol– Que el resto siga su camino a la Cumbre.
–Nosotros mantendremos nuestra patrulla alrededor del Reino, por si acaso– dijo el Carroñero– Claro, nos deberán un par de películas cuando esto haya terminado.
–Seguro podemos arreglarlo– respondió la mujer de cabello blanco.
Michonne les hizo una seña al grupo que Carol había formado.
Caminaron unos metros hasta que Yumiko se les acercó y les dijo que iría con ellos.(...)
Caminaron por horas en el bosque. La noche había llegado una vez más y no había rastro de ellos aún.
Hasta que Daryl encontró una rama ensangrentada en el suelo. Miró a las demás y ellas solo hicieron una mueca.
Ahora avanzaban con más sigilo y esperando a que ellos no los hayan puesto en alguna trampa.–No sé si encontremos un final feliz– habló Carol.
–El rastro... se divide en tres– dijo Daryl, quien iba adelante de todas.