- ¿¡Cómo se te ocurre entregarme eso!? -le grité a Jong Dae llorando.
- Después de todo era para ti -lo escuché decir soltando una pequeña risita que me hizo llorar aún más.
- Si querías hacerme llorar lo hiciste bastante bien, dios Jong Dae quiero ir para allá solo a golpearte -chille pateando como una niña pequeña en mi cama.
- Pues ven pero te aseguró que no te dejare ir tan fácilmente.
Recordé la llamada que había tenido ayer con Jong Dae después de haber leído el diario y carta de mi madre, dios había llorado a moco tendido.
Baje del auto acomodandome las gafas de sol que llevaba puesta, parecía una propia muerta. Llevaba una gran sudadera qué cubría mi cabeza con el gorro de esta, unas gafas y unos jeans negros. Estoy segura que por las miradas que me dirigían las personas deben de pensar qué es por Jeon pero dejenme decirles que es por mi madre, solo por ella.
- ¡Chica! ¿Resaca o llanto? -preguntó Hwasa en cuánto me vio en medio del pasillo.
- Llanto pero no por el -dije alzando un poco las gafas y ella jadeo de sorpresa al ver mis ojos hinchados- mis estúpidos hermanos me hicieron llorar.
- ¿Los Choi? -preguntó, negué- ¿Los Kim? -asintí.
- Me entregaron una carta que era de mi madre y dios chille como nunca antes lo había dicho. También esto -le enseñe el collar que llevaba puesto, era una cadena de oro muy fina con un pequeño corazón de otro también. Ese era el regalo de Jong Deok que dijo que era también por parte de nuestra madre.
- Dios es hermoso -dijo y lo volví a esconder dentro de mi sudadera.
- Llore a moco tendido -le dije y ella sonrió abrazándome de costado para luego dejarme en mi salón.
Estoy pensando seriamente en comprar una bomba y lanzarla en esta escuela para que todos vuelen en pedacitos.
[...]
Me estiré en la mesa hasta quedar casi acostada en ella dejando mis brazos estirados junto a parte de mi torso encima de esta. Estaba en la cafetería junto a Hwasa, Namjoon y Beomgyu estaban conmigo.
Ya estábamos en la última hora de clases la cual ninguno de nosotros cuatro teníamos clases pero no podíamos irnos hasta qué nos dieran la hora de salida. También habían más estudiantes en diversas áreas, aquí solo habían unos 12 o más, incluyendo a Jeon quien estaba con una rubia extranjera en su regazo mientras hablaba con dos de sus compañeros de equipo los cuales podía darme cuenta que me miraban cada tanto al igual que los demás seguramente esperando un escándalo de celos de mi parte, el cual no llegaría.
- Todo es tan calmado cuándo no está Soobin -exclamó Nam con suavidad.
- No lo invoques -dije aún con mis ojos cerrados, tenía mucho sueño debido a tanto llanto.
- Eres tan mala hermana -escuché decir detrás de mi pero ni siquiera abrí mis ojos, sabía que era Soobin.
- Y tu eres tan fastidioso -dije aún sin moverme.
- Despierta, despierta, despierta -empezó a decir prácticamente encima de mi sacudiéndome con sus manos con fuerza.
- Soobin -chille fastidiada sin querer abrir los ojos.
- Deja de joder de una buena vez.
Pero el aún no se detuvo a pesar de qué quien lo reprendía era su hermano mayor, es más lo hacía con más fuerza.
- Debí de haberme quedado en Los Angeles -dije aferrandome a la mesa para no caer mientras los demás reían y Soobin seguía con su cometido a pesar los regaños de sus dos hermanos.
ESTÁS LEYENDO
•Mi Perdición• •Jeon Jungkook•
Acak¿Quién eres? ¿Quien demonios eres? ¿Cómo puedes hacer que mi cuerpo grite por estar al lado del tuyo solo con un roce de tus labios? Con un guiño de tu parte Sentir tus manos tocarme Con solo una mirada tuya haces que pierda el control ¿Que haces...