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-¡Papi despierta, llegaremos tarde! -dijo el minino saltando sobre la cama del mayor quien no tardó en despertar.
Tal vez sé estén preguntando, ¿por qué tanta emoción?
Simple, Jungkook iría a su primer día de clases y su emoción no era fácil de disimular.
Los híbridos en los refugios se les enseña a leer, escribir y hablar para poder comunicarse con sus dueños, pero debían aprender matemáticas, ciencias y otras materias como lo haría un humano normal.
Habían escuelas especiales para híbridos en donde terminarían su aprendizaje, no eran costosas y además Taehyung tenía sus contactos que aceptaron a Jungkook sin pagar nada, la única regla es que no debía meterse en problemas y tener buenas calificaciones.
En un principio Jungkook se negaba a ir a ese lugar, pero el mayor al nombrar que Yoongi iba a una y que tendría nuevos amigos lo convenció casí al instante.
El día anterior habían ido a comprar los materiales escolares, cuadernos con pegatinas de adorables animalitos, lápices de varios colores, plumas y por último una hermosa mochila de gatito de un material de peluche.
Habían comprado su uniforme, el cual era de color azul cielo y negro, junto a unos zapatos y la corbata.
A ojos de Taehyung su pequeño príncipe lucia muy adorable con su nuevo uniforme.
¡Seria un día genial!
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Todo parecía bien, hasta que Jungkook se enteró de que estaría solo en la escuela mientras que papi trabajaba y además que Yoongi no estaría en su misma escuela.
La entrada fue muy dolorosa para los dos.
El menor tenía sus orejas bajas mientras sollozaba mirando como su papi se alejaba en el auto, sabía que regresaría por el en la tarde pero estaba muy acostumbrado a estar siempre con el desde que salió de la tienda de mascotas.
El castaño le dolía ver a su bebé llorando pero es por su bien, antes de despedirse le dió muchos cariñitos para que no se preocupara de nada.
