Jeongin corrió a su encuentro por el camino de piedras cuando vio al moreno atravesar la puerta de la entrada.—¡Hyunjin! Al fin vienes a hacerme una visita, no recuerdo cuándo fue la última vez—Le recrimina colgándose de su cuello.
—Si no tienes ropa que arreglar no puedo venir Jeongin, a veces se te olvida que un campesino no puede entrar en casa de un noble a hacer una visita—Bromea.
—¿Ah no? ¿Y a qué vienes hoy entonces? Porque sigo teniendo todos los pantalones intactos—Le reprende soltándose del abrazo.
—A pedirte un favor.
—Aandaaa… Los campesinos no pueden visitar a un noble pero sí pedirle un favor.
_Bueno…—Se rasca la cabeza avergonzado—Tu y yo somos amigos Jeongin.
—Menos mal que lo dices, creí que solo yo te tenía como amigo—Se cruza de brazos fingiendo molestia.
—¿Me ayudarás o no?.
_Como no tengo nada mejor que hacer, aceptaré ayudarte en eso que todavía no me cuentas.
—Vamos a tu habitación, mi favor no se puede hacer aquí—Miró a ambos lados antes de entrar en casa seguido por su amigo.
Diez minutos después Hyunjin le había explicado su plan con todo lujo de detalles al mediano de los Yang y este tenía la mandíbula rozando el suelo.
—¡Estás loco! No pienso desnudarme delante de ti y dejar que me midas el cuerpo!.
—Vamos Jeongin, las proporciones de tu cuerpo son muy parecidas a las de él…
—¡Pues ve y midelo a él!.
—¡Si lo mido a él la sorpresa dejará de ser sorpresa!.
_No me puedo creer que me estés pidiendo esto…-Murmuró dejándose convencer por su amigo.
—¡Gracias Innie! Te lo compensaré, lo prometo—Lo abrazó emocionado.
—No sé cómo harás para compensarme algo así…
—Buscaré la forma—Sonrió ampliamente, dejando que sus ojos se convirtieran en una fina línea.
Tomar las medidas a Jeongin era la parte más sencilla de su plan, lo difícil sería robar (mejor dicho tomar por prestada) la tela, un libro de patronaje mejor que el de su casa y ponerse manos a la obra.
[...]
Su profesor acababa de retirarse de la biblioteca después de sus clases particulares y Felix se desperezó en su silla.
Se levantó y se acercó a la estantería en la que Hyunjin siempre cogía libros, recordó que el moreno se había leído todos los libros de poesía que tenía en su casa, y la piel de su espalda se erizó ante el pensamiento de que todos esos libros habían sido tocados por él.
De pronto el recuerdo de su beso el día anterior aterrizó en su cabeza y empezó a sonreír como un bobo en la soledad de esas cuatro paredes.
Sus imperfecciones y sueños empezaban a ser menos pesados cuando recordaba que Hyunjin había prometido cuidarlos.
Tomó uno de los libros en la estantería con el dibujo de un bosque en la portada, se le hizo conocido, tal vez porque lo había visto algún día en sus manos.
Se sentó de nuevo en la mesa y abrió el libro por la última página, como siempre hacía, tenía como extraña costumbre leer la última frase de una historia que no conocía, solo si el final le llamaba la atención empezaba a leer el libro.
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🌧️Cuando el cielo llore sin miedo🌧️ Hyunlix
FanficFelix era experto en cubrir sus cicatrices aún sin sanar con un velo de felicidad fingida, pero se había topado con Hyunjin, un especialista en leer lo que la gente no quería dejar por escrito. -¿Crees que alguien que siempre ha vivido bajo las indi...