Había llegado el día, el 15 de septiembre amaneció nublado, y Hyunjin sonrió con una caja blanca en sus manos de camino a su casa.Lo había conseguido, crear con sus manos su primer traje, y no podía sentirse más feliz al saber quien lo llevaría puesto.
La señora Yang le había ayudado muchísimo, no solo en la confección, sino en la idea de una fiesta para celebrar el supuesto final del verano, ningún noble le diría que no a una celebración en su casa.
Hyunjin se pasó el día caminando de un rincón a otro en su habitación, con los pelos de punta, esperando a que el reloj de la iglesia marcara las siete de la tarde, hora en la que los asistentes deberían empezar a llegar a casa de los Yang, momento que él aprovecharía para entrar por milésima vez a escondidas en la mansión de los Lee, en busca de ese chico que siempre se escondía en su soledad durante las celebraciones.
Cuando las campanadas anunciaron las seis y media salió de casa con la caja en sus manos y se dirigió ladera arriba.
Como era de esperar, la ventana de la biblioteca estaba entre abierta, el pensamiento de que Felix jamás llegaba a cerrarla esperando su llegada le apretó el pecho.La abrió completamente y dejó caer la caja en la alfombra antes de trepar para saltar dentro.
Cuando lo hizo se encontró a Felix con la caja ya en sus manos y una expresión melancólica en su rostro.
—Creí que nunca volverías…—Suspiró—¿Qué es esto?.
—¿Estás solo en casa cierto?.
—Si, todos se han ido a una celebración en el pueblo—Respondió pestañeando repetidas veces para borrar las lágrimas que habían trepado a sus ojos.
—Eso es un regalo para tí—Sonrió acercándose a él.
—¿Un regalo?—Su corazón tembló entre sus costillas, habían pasado trece años desde su último regalo.
—Hoy es tu cumpleaños y quise hacerte un regalo.
—No tenías que haberte molestado Hyunijn, para mí ya es un regalo que hayas vuelto junto a mí—Esta vez no pudo retener las lágrimas que gritaban por salir.
—Felix…¿Por qué lloras?—Le robó la caja de sus manos con cuidado y tras posarla en la mesa lo abrazó con fuerza.
—Tuve miedo de que tu también me abandonaras, ha pasado más de una semana desde que nos vimos por última vez, yo…Realmente creí que no volverías—Sollozó escondido en su hombro.
Hyunjin atacó el interior de su mejilla con rabia en los dientes, se había centrado tanto en su regalo que no pensó en que Felix no tenía ni idea de lo que estaba preparando y se había sentido solo.
—Lo siento mucho Felix, yo… Me centré todo este tiempo en hacerte un regalo y me olvidé de que lo que realmente necesitabas era compañía…Lo siento tanto…—Acarició su cabello con delicadeza.
—No te preocupes-Se separó de su pecho pero siguió rodeando su cuerpo con fuerza—¿Que es ese regalo del que hablas?.
—Está dentro de la caja. ¿Quieres verlo?-Preguntó acariciando sus mejillas levemente sonrosadas.
—Si quiero&Sonrió débilmente.
Se soltaron lentamente y Hyunjin tomó la caja en sus manos para que Felix pudiera sacar la tapa.
Sus ojos centellearon como bengalas cuando vio la chaqueta de traje doblada a la perfección.
—Hyunjin…
—Cógela—Sonrió ampliamente.
Felix sacó la prenda de ropa con sumo cuidado y la estiró ante sus ojos, era la primera vez que veía un traje blanco.
—¿Has hecho tú este traje?—Su mirada buscó la contraria.
—Lo hice para tí.
—Pero Hyunjin… Esto es… Demasiado…—Sus labios temblaron con emoción.
&Es demasiado poco quieres decir…Tienes razón, debí hacer un chaleco también—Bromeó—¿No vas a probártelo?.
—¿Aquí? ¿Ahora?—Sus mejillas se tiñeron de rojo carmín al instante.
—¡Pues claro! Quiero ver como te queda, vamos, puedes cambiarte detrás de esa estantería—Lo empujó suavemente animándolo.
Felix se dejó guiar hacia la sección de ciencia ficción y por su mente se pasó el pensamiento de que estaba en el lugar perfecto, porque lo que estaba ocurriendo no podía ser real.
—Cámbiate tranquilamente, yo te esperaré junto al escritorio, prometo no esconderme detrás de los libros a mirarte—Rió y Felix le copió la risa.
Empezó a sacarse la ropa con cuidado, sintiendo los nervios quemar en su estómago, sería la primera vez en llevar un traje, hecho solo para él por las manos que más amaba, y no podía evitar sentirse al borde de un acantilado a punto de saltar hacia la libertad.
Le llevó menos tiempo del que creía, porque la emoción que le recorría las venas hacía que sus movimientos fueran más rápidos que las órdenes de su cerebro.
En dos minutos se encontraba bañado en blanco marfil de pies a cabeza y sus ojos esta vez desbordados por la dicha.
Salió de su escondite y se escuchó un sonido sordo, cuando a Hyunjin se le cayó el libro que tenía en sus manos.
Sus ojos que hasta ahora habían estado en cuarto menguante, de pronto se convirtieron en dos lunas llenas, reflejando a la perfección el satélite brillante que tenía enfrente.
—Felix… Estás espectacular…—Estaba a nada de ponerse a hiperventilar solo por el hecho de verlo portando al fin un traje que combinaba a la perfección con su esencia.
—Hoy si has rozado el límite del atrevimiento Felix, no llevas a la luna en tu camisa, te has convertido literalmente en ella.
—Estás muy loco…
—Acércate a mí, te falta un toque muy importante.
Felix le hizo caso, expectante, sin saber muy bien cuantas más sorpresas le faltaban por recibir.
Hyunjin sacó de su bolsillo un cinturón color ceniza y rodeó su cuerpo con sus brazos, para terminar abrochándolo a la altura de su ombligo, haciendo que su delgada cintura cobrase protagonismo.
Ahora si era la luna en todo su esplendor, el gris intentando ganar terreno sobre el blanco…
—Mírate—Indicó hacia la ventana, ya era de noche y su reflejo se podía observar sobre el cristal.
Su corazón dio un vuelco, casi nunca se buscaba a sí mismo en ningún cristal, por miedo a que su reflejo también le reprochara su existencia, pero hoy por primera vez, verse a sí mismo no dolió, incluso llegó a pensar que el blanco era su color, que le pertenecía, a él, que nunca fue dueño de nada.
—¿Estás listo para que empiece nuestro baile?—Posó su barbilla sobre su hombro y se dejó embelesar por la bella imagen de los dos, juntos, reflejados en la oscuridad de una noche que auguraba tormenta.
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🌧️Cuando el cielo llore sin miedo🌧️ Hyunlix
FanficFelix era experto en cubrir sus cicatrices aún sin sanar con un velo de felicidad fingida, pero se había topado con Hyunjin, un especialista en leer lo que la gente no quería dejar por escrito. -¿Crees que alguien que siempre ha vivido bajo las indi...