•°•∆π[chico lindo]π∆•°•

◻🍥ansiedad🍥◻

|One-shot|

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En esa cancha de voleibol lo unico que se pudo escuchar fue el sonido de un balón cayendo al suelo; el azabache que anteriormente había gritado una orden solo pudo ver atónito como nadie estaba tras de si para recibir el balón.

Al escuchar unos murmullos a su costado volteo donde se originaban estos, observando como su equipo se alejaba de el mirandolo a la lejanía con un claro desprecio pintado en sus ojos; esas miradas de desprecio y odio solo eran dirigidas hacia su persona.

Solo, se había quedado completamente solo en esa desolada cancha.

Se supone que ese era su equipo, se supone que el era el capitan y debían de obedecer le, entonces por que no lo hacían, por que se alejaban de el; que fue lo que hizo mal para que lo abandonarán de esa forma tan cruel.

Ah, cierto; fue por sus actos, sus ordenes dignas de un tirano, que no hacían nada más que alejar a su equipo, a sus amigos.

De repente, sintió como un nudo en su garganta le impedia respirar, sentia como se empezaba a hogar apesar de no estar bajo el agua.
Intentaba recuperar el aliento, pero parecía como si el oxígeno nunca hubiera existido en esa cancha.

Sin previó aviso sus ojos se llenaron de lagrimas nublado por completo su vista; a pesar de que todo a su alrededor se veía considerablemente borroso, sabia perfectamente que aquellos que alguna vez fueron su equipo ahora solo dirigían miradas de desprecio hacia el.

No fue hasta que escuchó mejor esos murmullos que las lagrimas que intentaba con todas sus fuerzas retener cayeron rebosantes por sus mejillas hasta caer en el frio suelo.

¿Por que deberíamos hacerte caso?

No eres nadie

Solo eres un patético intento de setter

¿Y aun así quieres enorgullecer a tu abuelo?

Patético

Ha, el debe de estar muy decepcionado de que su nieto sea un patetico y estupido rey

¡Ha, si un rey!

Eso eres, solo un orgulloso y tirano rey

El Rey de la cancha

Rey de la cancha

Rey de la cancha

De repente sintio una punzada en su pecho, las voces no habían cesado solo se habían vuelto más crueles, pero no había sido eso lo que provocó que abriera sus ojos horrorizado, sino el echo de que esas voces ya no le pertenecían a sus antiguos compañeros sino que era las del equipo karasuno.

Sus compañeros de equipo, sus nuevos amigos lo veian con desprecio y odio, e incluso algunos con asco; todos y cada uno estaban frente suyo escupiendo con veneno aquellas palabras crueles.

...no... por favor... ellos no...

Sus piernas se sintieron débiles y de un momento a otro cayó de rodillas al frío suelo. Desesperado, intentaba dejar de escuchar esos horribles comentarios al taparse sus oídos con sus manos, pero de poco o nada sirvieron pues estos se hacían cada vez más y mas fuertes.