Lo que nunca fue

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Recorriste con tus manos rincones inhóspitos de mi ser
y con tus labios otros tantos inexplorados,
hallaste una rara flor, especie casi extinta
y te hiciste con mi piel,
con mis caricias,
con mis besos.

Nos dejamos llevar por el deseo de dos almas
que nacieron para estar juntas,
nadie nos advirtió que
hay eternidades que duran apenas un instante.

¿Quién diría que tendríamos el tiempo contado?
Tuvimos el sueño de despertar juntos cada mañana,
pero los amaneceres solo fueron una cuenta regresiva
que súbitamente llegó a su fin.

Te llevaste todo lo que pudiste...
y un poco más.
Te convertiste en algo que solo podía alcanzar
cuando cerraba mis ojos.

Cómo duele el recuerdo de algo que nunca fue.

El recuerdo que más dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora