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Miedo, lo denomina una emoción que ya reconozco fácilmente.

🌸🌸🌸

Sexto mes dentro de la Universidad y para las alfas parecía aún ser un juego molestarla, aunque ya no tanto. 

Agradecía que Samantha la defendiera, ya no tenía a las peores golpeándola. Solo los mismos empujones entre cada clase. Sus útiles tirados al basurero, cosas normales.

Sin olvidar que alguien había dejado su yogurt en su mochila, le había parecido muy gracioso dejarlo abierto para que todo se ensuciara.

 Y ella, ya estaba acostumbrada a gastar en más cosas. más cuadernos y más lapiceros. 

Ahora solo debía limpiar su suéter, que tenía tierra encima. ¿Por qué?, probablemente la tipa que le puso el pie en el campus sabía algo. 

—Solo quítate maldita mancha. —era un lindo suéter, tuvo que trabajar por dos meses para obtener su pago y comprar. —Diablos.

Y no se quitaba, entre más parecía preocuparse menos había una probabilidad de cumplir su petición.

 Había perdido ya una clase, una donde debía de aprender para el examen que se aplicaría en una semana. 

Negó, no quería llorar en ese momento. No planeaba hacerlo porque significaba que su aroma se esparciría y atraería a los demás.

 Con cuidado buscó entre sus cosas ya limpias y saco el pequeño bote junto al spray. 

Tomó una de las pastillas, miro detenidamente el bote pequeño.

—¿Y si mejor tomo dos? —negó, no era bueno alterar su cuerpo.

Tomó el spray y roció sobre su cuello para pasarlo por su pecho. Se detuvo, lo guardó y volvió a mirar su suéter.

-Ya no puedo hacer nada al respecto.....

No se sentía bien, tenía miedo. No era lindo seguir siendo molestada pero ahora en cada momento.

Con los ánimos bajos salió del sanitario, caminando por los pasillos y observando como la mayoría empezaba a salir detrás del ruido del fin de hora.

Intentó pasar por todos para que no se encontrara con los demás, no deseaba en realidad que la tomaran desprevenida y sin alguien a su lado.

—¡Abril! Pero que sorpresa. —el agarre firme de su mochila la provocó que cayera al suelo. —Estás sola, ahora esa alfa molesta no te cuida. ¿Sabes porque?, ya no le interesas.

Gateó hasta la pared, respirando con dificultad. Pasando sus manos por sus piernas evitando que estas tal vez sean golpeadas.

—No no, se acaba la diversión cuando intentas hacerte bolita.

Su cabello castaño fue jalado con fuerza, el quejido que salió de sus labios solo parte de la diversión. Mientras las sonrisas aparecían en las tres alfas.

—Una beta como tu ni siquiera debería ser así de linda. Tienes mejor cabello y ojos que nuestros Omegas, ¿y sabes que es molesto?, que tú no puedes ofrecer algo más. Solo ilusiones con tu aspecto.

—Sueltame, por favor. —ruega, no era de su agrado hacerlo. Pero no quería más golpes. -Por favor...

Sus ojos dejaron escapar el mar de lágrimas, sus manos tiritaron. No le gustaba eso, era malo

.—Dios, esta llorando. ¡Roció sueltala! Ella no llora por esto.

—Es demasiado, ya déjala. Se supone que era divertido pero cuando llora tiene un no sé que, no me gusta. —declaró su compañera.

Lo que menos esperó fue que su mayor apretara el agarre de su cabello y la arrojara hacia el suelo con fuerza. La acción que traería una consecuencia terrible.

El ruido resonó, el quejido fuerte fue audible cuando su espalda golpeo la pared y su cabeza también.

—Idiota, no tan fuerte. —una de los alfas se agachó observando como la sangre empezaba a escurrir de los oídos de la menor. —Rocío esta vez te pasaste.

—Por Dios, está bien. Abril levántate.

No hubo movimiento, no cuando su cabeza caía hacia un lado y sus ojos cerrados demostraban la inconsciencia de la chica.

—Abril deja de fingir y levántate. —Que haces al saber que heriste de más a alguien?, si eres cobarde solo huyes. —Vámonos.

—Quien de ustedes fue? 

Las tres retrocedieron, mientras parecían temblar de miedo.

—Les hice una pregunta. —el gruñido que soltó, su loba estaba furiosa. Era obvio el malestar ante los agresores.

—Rocío lo hizo. —dijeron ambas al unísono para retroceder y correr dejando ala mencionada sola.

Fue el momento, donde los ojos de Samantha perdieron el brillo y sus puños impactaron incontables veces en el rostro de la chica.

la misma que tal vez se quejaba y lloraba disculpándose. la misma que se arrepentía de haber hecho lo que hizo a una chica que ya estaba protegida por una alfa. 



No lo ultimas veces, o juro destrozarte.

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Lazo [ RIVARI ] •Adaptación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora