Era un cálido sábado por la noche, el día ideal para que los jóvenes salgan de fiesta a divertirse con sus amigos; tal vez, a gozar del buen entorno en un antro o algo más casual en casa de alguien. Sin embargo, no era ese el caso de Jeon Jungkook, quien se masajeaba las sienes, sentado en el temperado suelo de su pequeño apartamento de un ambiente, intentando mantener la concentración en los apuntes frente a él, los que parecían burlarse de su falta de sueño y su cansancio en época de exámenes, mirándolo desde la mesa de café.
Su estómago rugió, negándose a soportar la larga noche en vela que le esperaba por delante, reclamándole algo de alimento.
El chico dejó salir un resoplido, tendiéndose de espaldas en el suelo, con sus brazos extendidos, imaginándose que se lanzaba de un acantilado para acabar con su tortura. ¿Quién dijo que la universidad sería más relajada que la escuela? Llevaba tres años y cada vez se ponía peor.
— ¡Agh! —gruñó, reprimiendo un bostezo, para, finalmente, ponerse de pie y rebuscar en la nevera. Él podía sobrevivir con poco, pero el electrodoméstico ni siquiera contenía un botellín de leche de banana, para usarlo de excusa y no tener que ir a la tienda. —Me cago en todo. —cerró la puerta con algo más de fuerza, torciendo el gesto.
Bien. Era inevitable.
De todos modos, la brisa nocturna y la caminata, sin duda, le serían de ayuda para aclarar su mente colapsada y quitarle momentáneamente el sueño de encima. Aquello le garantizaría tres horas más de lucidez, antes de desmayarse sobre la mesa en la que estudiaba.
Tomó una chaqueta delgada y su billetera, saliendo al recibidor, para ponerse un par de deportivas.
La tienda de conveniencia más cercana, quedaba a sólo tres cuadras de su edificio. Ni cerca, ni tan lejos. La distancia perfecta para su estado de ánimo.
En el exterior, se respiraba el aire templado de mayo. La primavera había cubierto los árboles de flores algo temprano ese año y el verano parecía estar a la vuelta de la esquina. Justo como la tienda. Entró, haciendo sonar la campanilla y recorrió los pasillos en busca de su botana nocturna. Le bastaba con que aguantara para el fin de semana. No contaba con una mensualidad o algún salario, pues no tenía trabajo. Sus padres, a pesar de no contar con una gran fortuna, le suministraban una estricta suma de dinero, semanalmente, basada en los gastos básico que necesitaba cubrir, para evitar que se fuera de fiesta o malgastara su tiempo. Ellos deseaban que consiguiera graduarse apropiadamente, sin imprevistos en el camino, y la manera de conseguirlo, era sostenerlo de la billetera, dándole una limosna que con suerte le alcanzaba para sobrevivir sin morir de hambre.
Quizá, si él siguiera al pie de la letra la dieta recomendada por su madre, y no comprara sólo ramen y leche de banana, el dinero le rendiría más. Pero, ¿quién podría vivir sólo de verduras? Le gustaban, pero su cuerpo también le pedía algo de comida basura y carbohidratos. Aún estaba en crecimiento, o bueno, eso quería creer él. Llegar al metro ochenta, era su ideal.
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Vampire Issues - JiKook
FanfictionJeon Jungkook es un chico virgo, y no sólo a lo que el signo zodiacal se refiere. Una noche, en un callejón a oscuras, lo aborda el hombre más increíblemente hermoso que jamás vio en la vida. Su belleza era fuera de este mundo y sus manos frías lo a...