Jeon Jungkook es un chico virgo, y no sólo a lo que el signo zodiacal se refiere. Una noche, en un callejón a oscuras, lo aborda el hombre más increíblemente hermoso que jamás vio en la vida. Su belleza era fuera de este mundo y sus manos frías lo a...
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Levantarse al día siguiente de haber sido mordido por Jimin, no fue tan desastroso como Jungkook pensó. Estaba mareado y adolorido como recién salido de una secadora, pero todavía podía moverse en su propio cuerpo, y el ardor en su cuello sólo se sentía como un gran grano a punto de reventar. Era ligeramente más soportable que la primera y segunda vez.
Sobreviviría.
Se dio una ducha rápida y se acomodó el castaño cabello con los dedos, dejándolo decente. Pasó por la cocina y tomó una manzana, mordiéndola y sujetándola de ese modo con sus dientes, mientras sacaba más cosas; un botellín de leche de banana, una compota de frutas y una porción de kimbap envasado. Metió todo en su mochila y salió a la carrera.
En el exterior brillaba un radiante sol matutino, haciendo al chico suspirar y pensar en su chupasangre personal. Aun rondaban por su cabeza millones de preguntas al respecto. Deseaba fervientemente conocer más de él, corroborar qué tanto de la información que tenía era falsa, y si las películas les hacían justicia a los seres más increíbles sobre la faz de la tierra. O tal vez, sólo estaba totalmente deslumbrado por el vampiro y no podía sacarlo de sus pensamientos.
¿Podría Jimin tener sexo? Era la interrogante principal. ¿Lo destrozaría con su fuerza sobrehumana? La idea no le desagradaba tanto como debería a Jeon. Es decir, ¿qué mejor manera de morir, que esa?
Sonriendo para sus adentros, bajó del transporte, y caminó las cuadras restantes a su universidad, aun perdido totalmente en sus teorías y retorcidas cavilaciones.
Tal vez, la idea de que no puede ponerse erecto, no sea real tampoco, continuó desmenuzando los acontecimientos de esas últimas dos semanas; Jungkook recordaba a la perfección cómo el vampiro pinchó su propio dedo y sacó algo que parecía sangre. ¿Sería realmente eso? ¿Tendría una especie de sistema circulatorio? Porque, si lo tenía, entonces las erecciones eran posibles. Entonces, ¿por qué no se vio afectado cuando él se restregó contra su...?
— ¡Ahg! ¡Mierda! —Jungkook se estrelló contra algo o, más bien, contra alguien, y en un parpadeo estuvo en el suelo, con el culo adolorido.
— Joder... mi cabeza... —se quejó el otro, cubriendo su cara con ambas manos, también tirado en el piso.
— ¿Acaso no ves por dónde caminas? —masculló Jeon, sabiendo perfectamente que él era quien andaba con la cabeza en la luna.
—Lo siento —aun así, el chico frente a él se disculpó. —Iba corriendo, para llegar a mi clase y... no te vi —se enderezó, sentándose mientras acomodaba su cabello de un naranja espectacular, con una mano. Era un chico realmente guapo, con la mandíbula afilada, los labios bonitos y una sonrisa deslumbrante que apareció en cuanto sus ojos se encontraron.
—Wow... —susurró Jungkook, quien era fácil de impresionar. —Que lindo color de pelo... —señaló con un dedo. —Y... lo lamento, yo también iba algo distraído... no fue tu culpa —reconoció. El otro se puso de pie en un salto, consiguiendo que el castaño abriera los ojos en asombro. Éstos se desviaron luego a la mano que le tendía para ayudarlo. —Gracias.
