Capítulo 2

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Llamaste mi atención. Agarre la costumbre de observarte cada que podía en el salón. No te dabas cuenta, obvio, porque soy muy bueno ocultando todo. Pero había algo en ti que me llamaba tanto la atención.

Solías ayudar a las personas en todo lo que te pedían, nunca te negabas. Y lo hacías con tanta amabilidad que me sorprendía.

Y cuando estabas desocupada solías quedarte a leer en las gradas de la cancha. Con tus audífonos y una bolsa de gomitas.

Pensé en acercarme. Pero nunca lo hice, porque no sabía que decirte.



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