Spiderman y sus amigas enojadas.

Capitulo 30.

Cientos de millas por encima del nivel del mar y sobre el océano Atlántico, Peter comenzó a volver a colocar todo el equipo de navegación que había arrancado antes de su escape de la torre de los vengadores.

Si los Vengadores aún no habían intentado detenerlo, entonces no lo iban a hacer en absoluto, y él iba a necesitar el GPS y los sistemas de detección de misiles. El Quinjet puede haber sido uno de los aviones más rápidos del planeta, pero todavía pasó una hora más o menos antes de que sobrevolara Europa.

Recargando sobre el asiento del piloto Peter respiraba pesadamente, talvez sus eridas más graves ya están por terminar de sanar, pero aún sentia un dolor por todo su cuerpo, la adrenalina de su escape se terminó amitad del océano, dejandolo como un manojo de carne magullada y huesos que se reacomodaban lentamente.... y para consternación de Peter eso no era lo peor.

Tenía jaqueca.

Siempre considero que su sentido arácnido era una ventaja, un regalo del universo, fue la carta desiciva que lo mantuvo vivo en estos años de columpiarce por los edificios, y era lo que le permitía exigirce al 100% cuando estaba contra las cuerdas... Pero también era su parte menos humana, era la parte de la araña que no se fuciono con la parte humana era solo instó de supervivencia....

Y para poca sorpresa de Peter el volar directamente hacia la guarida de un caballero del sódico malvado no era muy acordé con la palabra supervivencia. Aún haci su voluntad por salvar a las chicas era mayor, aunque temblaba de miedo.

Con su suspiro dirigió su mirada a la navegación. "Esperemos que haya tiempo suficiente para pensar en un plan"

Spiderman había logrado reunir  varias armas que estaban dentro del quinyet además de dispositivos que podrían darle una ventaja, puedes criticar muchas cosas de Tony pero era precavido.
Además de su propio y siempre confiable, chip sónico, también unos guanteletes absorbentes de Chi (aunque necesitaría contacto directo con la piel y no sabía cómo lograría hacerlo con el Dr. Doom usando ese traje de metal, a menos que lo pinchara en los ojos), unas esposas impulsadas con magia que se unirían y mantendrían a un prisionero con fuerza de nivel asgardiano, además de algunas granadas EMP que podrían apagar el dispositivo de transferencia de energía (con suerte antes de que Doom lo usara para ganar demasiado poder).

Después de un estudio de los esquemas del último ataque a la capital de Latverian.

El bastión de Doom se alzo en el horizonte y lo primero que noto fue que estaba fuertemente reforzado y protegido por un equipo militar intimidante.

Las posibilidades de que aterrizara el avión en una pieza eran mínimas o inexistentes, a menos que Doom decidiera que quería atraer a Spidey a una trampa.

Sin pensarlo mucho se puso un paracaídas, dispuesto a arriesgarse saltando en paracaídas en lugar de caer en una trampa tendida por posiblemente el supervillano más grande del planeta.

Antes de saltar las alarmas sonaron cuando se acercó al espacio aéreo de Latverian.

No hay advertencia de radio, solo misiles entrantes.

Spidey presionó el botón de bengalas para distraer a los misiles, pero pasaron las fuentes de calor y siguieron su camino hacia el Quinjet. Presa del pánico, Web Head lanzó el avión en una espiral descendente justo cuando los misiles estaban a punto de impactar.

Con el corazón acelerado, Spidey se sentó en cuclillas, usando sus pies para pegarse al asiento. Estaba acostumbrado a dar vueltas, pero no a cientos de kilómetros.

La alarma volvió a sonar cuando se acercaron más misiles. Una vez más, las bengalas fueron ineficaces, por lo que el Webslinger intentó otra evasión de último segundo, solo para encontrar que el avión tardó en responder. Demasiado tarde, notó la advertencia de que el giro a alta velocidad había dañado el timón de cola, reduciendo significativamente la movilidad. Una explosión sacudió el avión y comenzó a dar vueltas mientras se precipitaba rápidamente hacia el suelo. Con tres fuertes patadas, rompió el cristal de la cabina y calculó su salto cuando la parte delantera del avión estaba hacia arriba, de modo que estuviera por encima de los escombros en llamas.