Cronicas de una Victoria Anunciada

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El pitido fastidioso e intermitente del despertador resonaba por toda la desordenada habitación llena de arañazos y un par de marcas húmedas en las paredes que era mejor no examinar, segundos después, una mano escamosa con garras afiladas pero pequeñas aplastó el insufrible aparato para callarlo varias veces hasta convertirlo en un montón de piezas de plástico y metal, luego de hacer esto, la mano se retrajo hasta llegar a la frente de su molesto dueño que usaba su otra mano para frotarse el tabique de la nariz con delicadeza mientras que yacía acostado sobre el cómodo colchón de su cama por el que había pagado algunos miles de dolares americanos. Lentamente el pecoso se levantó y apreció el cuarto con detenimiento mientras que reía suavemente mostrando sus afilados dientes, fijando su mirada sobre su pareja de cabellos morados, azules y rosados que ahora dormía plácidamente abrazada como podía a su desnudo torso, pudiendo apreciarse varias marcas ensangrentadas de colmillos y garras  alrededor de lo que se podía ver de su cuerpo desnudo, todas ellas fácilmente rastreables a las afiladas uñas llenas de carne del pecoso, quien al ver sus manos se levantó de la cama dejando a su pareja con la mayor suavidad posible sobre el colchón

-Diablos.......no se si es peor el hecho de que ella siempre quede así o el que incluso con eso pida rondas dobles o triples- Dijo para si mismo el hombre de cabellos verdes mientras que iba hacia un estante ubicado a unos pasos de la cama y sacaba un envase cilindrico pequeño lleno con una crema de color rojo pastel que parecía brillar de manera tenue -Bueno, al menos gracias a ella tuve que crear "Neoskin" para tratar sus heridas- La crema en si era un potente agente curativo que hacia maravillas en la piel como rejuvenecerla, hacerla brillante y por sobre todo, reparar cualquier tipo de daño sin importar si era simple deshidratación o cortes profundos que no pasaran de la Dermis. Una vez tuvo la crema entre sus manos, este volvió hasta donde su esposa descansaba y untó una cantidad relativamente pequeña de la crema en sus manos, antes de empezar a pasarlas alrededor de todo el cuerpo de Kaina lentamente y ejerciendo una ligera presión para asegurarse de que la crema hiciera efecto, además de que poder hacer sentir bien a su mujer siempre seria un plus para él, terminando el masaje improvisado tras unos minutos y dando un beso entre los dos huesos trapecios de su mujer como despedida antes de salir definitivamente del cuarto

Una vez fuera, el enorme pecoso caminó por el penthouse preparando mentalmente una agenda para ese día en la que el evento más importante era la esperada reunión con Nezu y el más cercano era entrar al baño para cepillarse los dos pares de serruchos en su boca que llamaba dentadura, mojando su cara con una cantidad considerable de agua para terminar de despertar y limpiar sus ojos de las legañas acumuladas durante su sueño nocturno. Minutos después, este entró a la habitación de su hijo tras ir a su armario para tomar una camisa blanca y unos shorts azules que usaba desde hace años, yendo hasta la cuna para apreciar como el pequeño bebé se movía girando de izquierda a derecha en su cuna mientras que su cola golpeaba los barrotes de metal de la misma con su cola hecha de huesos reforzados -Me pregunto que pasará si...?- Tras decir esto, el pecoso subió su cola hasta la cuna del bebé y lo tocó con esta, sonriendo al ver como el bebé atrapaba su cola con la suya mientras que una sonrisa se formaba en su rostro, cosa que enterneció a su padre e hizo que tachara algo de su lista mental -Pese a que ya es capaz de regular su temperatura corporal, tal parece que su cuerpo todavía reacciona de manera instintiva- Dedujo este mientras recordaba las primeras noches con su hijo tras descubrir su problema genético, teniendo que darle calor corporal a causa de la sangre fría del niño, cosa que sumado al clima de Japón ponía en riesgo su vida

Tras abrazar su cola con fuerza, el bebé lentamente se movió como pudo en dirección al apéndice de su padre y la abrazó con sus cuatro extremidades humanas, fijándose con fuerza a la misma e incluso clavando la pequeñas garras de sus manos en las piel escamosa, cosa que le causó algo de dolor a su padre -Parece que me equivoqué, es una reacción afectiva biológica, supongo que tanto tiempo abrazado a mi le hizo capaz de reconocerme incluso sin verme- Dijo Izuku mientras que sentía como el agarre de la cola de su hijo en la suya no parecía flaquear, lo que le impediría irse de allí en un buen rato y como cereza del pastel, a su vejiga no se le ocurrió un mejor momento para tener la necesidad de liberar la orina que tenia contenido que en ese preciso momento -Bueno, si Kaina no me ve no puede castigarme o golpearme- Tras decir esto, la cola de Izuku empezó a alzarse lentamente junto con el bebé que no parecía querer soltarla, posteriormente moviéndose hasta quedar frente a los brazos de Izuku, quien empezó a caminar lentamente de vuelta al baño mientras que vigilaba que su hijo no se cayera

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