El soldado

384 47 4
                                    

Jeon Jungkook no quería entrar a la milicia. No era su sueño, ni tenía una meta al respecto; por eso no sabía ni siquiera las reglas básicas.

El sueño militar era de su padre, un General de Brigada reconocido, el cual había castigado a Jungkook por el simple hecho de ser gay. Lo habían atrapado besando a aquel chico de la escuela que tanto le gustaba, a cambio recibió golpes y una inscripción a la milicia.

Sin embargo, le pareció irónico ¿quién mandaba a un chico homosexual a un lugar lleno de hombres? Y más aún con un Sargento tan lindo como Jung Hoseok.

Había recibido tantos regaños, gritos, cumplido mil castigos durante toda esa primera semana... Pero no le molestaba porque a pesar de eso el Sargento Jung le explicaba lo que debía corregir.

Y lo que más le gustaba era el hecho de que seguramente solo él había escuchado aquella pequeña risa que se le salía a Hoseok por las noches.

A veces no sabía que tan correcto era abrazarlo al despedirse cuando estaban solos... Pero sobretodo, no sabía que tan bueno eran aquellas ganas enormes que le daban de darle un beso en la frente.

No sabía qué pero a pesar de que aquel hombre era unos cuantos años mayor y que era un Sargento reconocido de acuerdo a lo que había escuchado de sus compañeros, Hoseok le daba la sensación de que necesitaba ser protegido...

Siempre intentaba corregir todo, pero aún había muchas cosas que le fallaban y por eso nuevamente se encontraba con un maldito bloque durante la noche.

— ¿Cuantas veces vas a hacer que sigamos sin dormir bien, soldado? – preguntó el Sargento con una mueca.

— Podríamos dormir bien... Si no fuera tan estricto, Sargento – le volvió a recalcar Jungkook.

Hoseok bostezó nuevamente como aquella primera vez que se encontraron así.

— No puedo permitir eso... Sino estaría haciendo mal mi trabajo – repitió como varias veces.

—  Sargento, tengo una pregunta para usted señor. Si me lo permite, señor – decidió aventurarse un poco.

— Permiso concedido, soldado.

Jungkook sonrió al escuchar su aprobación.

— ¿Me dejaría señor... Besar su frente...?

Hoseok se quedó inmóvil un momento.

— ¿Como en los dramas? – preguntó un poco burlón.

— Sí, como en los dramas... – admitió avergonzado.

— De acuerdo, soldado. Lo dejaré hacerlo una vez – aceptó para sorpresa del más joven.

Jungkook bajó el bloque para acercarse a Hoseok lo suficiente, se sonrojó un poco al darse cuenta que era un poco más alto que el Sargento y besó tiernamente su frente.

Obtuvo una risita infantil como respuesta y lo siguiente que escuchó lo sorprendió bastante.

— ¿Cargas Seokie? – preguntó con la voz más linda que nunca pensó pudiera salir de Hoseok.

Volteó a todos lados, eran los únicos despiertos a aquella hora... Y aunque se le hacía raro y sus brazos dolían demasiado, decidió aceptar su petición.

Cargó a aquel chico con un poco de trabajo en lo que se acomodaban pero una vez logrado Hoseok se recargó en su hombro.

— Sueñito... – murmuró bostezando nuevamente.

— Duerme si quieres... Seokie... – pronunciar aquello era extraño, pero se sentía bien.

— ¿Cancioncita?

Realmente era muy raro...

— De acuerdo... Te cantaré algo...

Comenzó a cantar la única canción de cuna que se sabía mientras lo arrullaba, supo que se quedó dormido por completo cuando escuchó un pequeño ronquido.

Parecía un niño pequeño y se veía demasiado en paz como para decir algo en ese momento. No diría nada, pero definitivamente en algun punto del día siguiente le preguntaría sobre aquello.

Mientras... Tal vez debería sentarse porque así se cansaría muy fácil. Caminó un poco hasta un poste donde se recargó para ir bajando lentamente para no soltar al pequeño ni caerse en el intento de sentarse.

Dejó tiernas caricias por la espalda de Seokie, le estaba dando mucha calma tenerlo entre sus brazos. Probablemente era por su respiración tan tranquila o porque estaba babeando un poco su uniforme y eso se le hacía tierno.

Agradeció tener un reloj para saber cuando despertarlo y nadie los encontrara de aquella forma.

Normalmente se quedaría dormido... Pero eso era muy peligroso y lo primero que pensó es que no quería que Hoseok se metiera en problemas por su culpa, aquel Sargento había sido demasiado bueno como para no cuidarlo.

Ahora que lo pensaba, tal vez por aquello sentía que debía cuidarlo. Era un pequeño muy en su interior. Sonrió ante aquello.

Las horas pasaron extrañamente muy rápidas y decidió que era momento de despertarlo. Lo movió despacio.

— Seokie... Despierta – dijo mientras lo movía más.

Se escuchó un suspiro de parte de aquel chico removiéndose para despertar. Una vez que Hoseok abrió los ojos se sorprendió mucho.

Se paró lo más rápido que pudo con sus manos tapando su boca por sorpresa.

— Oh, por dios... ¿Qué hice...? – fue lo primero que preguntó.

— Nada, solo te quedaste dormido – respondió Jungkook.

— Pero... Yo... – balbuceó

Jungkook pudo ver un poco de miedo y culpa en sus ojos. Se paró quitándose cualquier rastro de pasto o tierra que pudiera ver.

— No diré nada, puedes explicarme si gustas o puedo hacer como si no hubiera visto nada si eso es lo que quieres. Pero no tienes porqué tener miedo ni vergüenza – aseguró sonriendo para agregar — De hecho... Eres muy lindo, pero dejas laguitos de baba.

— Lo siento... – dijo Hoseok sonrojado y riendo un poco con pena.

— No hay problema, espero hayas descansado un poco.

— Más de lo que he descansado en una semana – admitió como echándole la culpa.

— Bien... Creo que he saldado un poco mi deuda – siguió el juego Jungkook.

Hoseok volteó a ver su reloj.

— Aún quedan dos horas... Ve a descansar... Es una orden.

Jungkook asintió y se dirigió a aquella cabaña donde ahora vivía.

Aquel día el Sargento Jung fue menos estricto, gritó menos y sobretodo... No hubo castigo de noche, así que no hubo tiempo a solas...

Parecía que estaba evitándolo. Y eso se sentía feo... Pero no se le ocurría por el momento como arreglar todo, la milicia era un lugar difícil para los secretos.

El sargento Jung [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora