Una declaración de amor (Final)

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Estaban listos, el momento había llegado y no sabían como iba a resultar todo pero se encontraban en aquel foro.

Todos los de la milicia susurraban los rumores que se habían formado e incluso algunos traían discretamente sus celulares por si había algo importante para grabar.

El Jefe de Brigada se encontraba sentado con cara de satisfacción, el ambiente en general era tenso.

Min Yoongi dio un paso al frente, nervioso, tragó saliva. Ya no había marcha atrás una vez que comenzara a hablar. Hoseok, quien estaba a su lado asintió para darle animo.

— Estamos aquí, para dar una declaración pública de la razón de nuestra baja. Sin embargo, no voy a decir lo que me han impuesto. Vengo a decir la verdad porque es una injusticia que nos den de baja con deshonor cuando lo único que hicimos fue amarnos – dijo tomando la mano de Hobi y sonrió — De acuerdo con el Jefe de Brigada Jeon, nuestro amor nos hace indignos de estar aquí. Pero ¿qué clase de ejercito sería este si el honor se midiera por a quién decides amar?

El silencio que siguió a sus palabras fue abrumador, nadie se atrevió a decir nada aunque tenían sus celulares grabando el momento. El Jefe de Brigada se paró, estaba rojo de furia e iba a comenzar a hablar cuando Hoseok intervino.

— No vamos a tolerar que nos expulse como si fueramos criminales, todos deben saber la verdadera razón. Usted ha sido cruel con nosotros, su odio e intolerancia lo cega y busca destruir todo aquello que no encaje en su visión limitada – lo acusó con voz un poco temblorosa pero determinada.

— ¡Esto es alta traición! – gritó aquel hombre comenzando a dirigirse hacia ellos.

— La única traición es la tuya, padre – la voz de Jungkook sonó lo suficientemente fuerte para que todos lo escucharan, se paró de su lugar y subió al foro junto con Yoongi y Hoseok — He vivido tu homofobia toda mi vida, me has golpeado y cortado mi cabello en contra de mi voluntad para inscribirme a la milicia sin importar lo que yo quería. Y ahora aquí adentro tu traición es con ellos, porque por tu culpa varias personas que deberían confiar en ti tienen miedo de que descubras su verdadero ser y hagas lo que estás haciendo en este momento con Yoon y Hobi... Por eso también yo me voy el día de hoy.

El Jefe de Brigada estaba indignado, trabado de la ira. No podía gritarle a Jungkook en ese momento cuando las miradas estaban concentradas en él.

Fue entonces que Seok-min también se paró de su lugar y subió al foro.

— Yo también me retiro, fui enviado aquí por paadres que comparten la mentalidad del Jefe de Brigada Jeon. Pero el día de hoy... Quiero decir que estoy orgulloso de tener tres novios que admiro y son lo mejor que me han pasado.

Los murmullos entre los de la milicia comenzaron, algunos asentían con la cabeza. Lo que estaba ocurriendo era un desafío directo contra la autoridad, pero también una poderosa declaración de amor.

Entre los murmullos, el Coronel Kim Namjoon se levantó y comenzó a aplaudirles. El Mayor Kim le siguió y le dio un beso en la mejilla a Namjoon. Todos comenzaron a aplaudir también y gritar vitores por aquel enfrentamiento.

Los cuatro se despidieron y tomaron sus cosas, mientras que el Jefe de Brigada solo pudo quedarse pasmado ante su propia impotencia. Sabía que lo ocurrido en ese momento iría más allá del cuartel, más allá de la base militar. Probablemente lo ocurrido sería viral en todo Corea del Sur.

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Yoongi y Jungkook fueron juntos a su casa para ir por el resto de sus cosas. Kook le había pedido que se quedara en el coche por si su madre estaba en casa.

Entró con un poco de duda, pero se relajó al ver que no había nadie adentro. Fue directamente a su cuarto y comenzó a sentir una nostalgia muy grande.

Recuerdos de su infancia comenzaron a inundar su mente, pero también los momentos en los que se esforzó por complacer a su padre y las peleas continuas...

Comenzó a poner toda su ropa en una maleta y mientras lo hacía encontró una foto. Su padre portaba el uniforme militar y él, apenas un niño de 4 años, llevaba su gorro militar que le quedaba enorme.

Suspiró y volvió a poner aquella foto en su lugar, no la llevaría consigo. Ya no quería regresar a aquello que alguna vez fue.

Salió de la casa con su maleta, a lo lejos vio a su madre que llegaba de hacer compras. Lo vio con sorpresa pero no hizo nada para acercarse, Jungkook se despidió de ella con la mano y subió sus cosas al coche para luego subirse él.  Era su momento de comenzar una nueva etapa.

Mientras tanto Hoseok había ido con Seok-min por sus cosas. Aquello iba a ser definitivamente muy difícil... Podía sentir como su novio se movía con preocupación. 

— ¿Seguro que no quieres que entre contigo? – preguntó de nuevo Hoseok al estacionar el coche.

— No, creo que será mejor si voy solo. Por favor, no importa lo que oigas... Esperame aquí afuera – le pidió Seok-min.

Fue entonces que salió y se paró frente a la puerta de su casa. Tomó aire y entró.

Sus padres estaban en la sala viendo la tele y platicando sobre su programa. Cuando vieron a Seok-min abrieron los ojos sorprendidos.

— ¿Qué haces aquí? – preguntó su madre.

— Ahora no nos avisaste que tenías vacaciones – siguió su padre con un tono serio.

La presión en su pecho se hizo más grande, tenía que decirlo y ser rápido para recoger sus cosas.

— Dejé la milicia, solo vine por mis cosas y me iré – soltó mientras caminaba a su cuarto.

Sus padres fueron detras de él.

— ¿A qué te refieres con dejar la milicia, Seok-min ? – preguntó su madre.

— Me di de baja, no regresaré a ese lugar – contestó guardando su ropa y abriendo más cajones para ver que más podía llevar con él.

— ¿Después de todo lo que hice por ti abandonas la milicia y ahora te vas de casa? – dijo su padre furioso, podía escuchar que pronto iba a comenzar a gritar.

— Ustedes no han hecho nada por mí. Han hecho todo para ustedes – siguió diciendo Seok-min viendo si le faltaba algo o si ya podía largarse de esa casa.

Una cachetada cruzó su mejilla en ese momento. Aquello había sucedido muy pronto...

— No seas un mal agradecido. Hemos hecho todo por tu bien – insistió su padre.

Aquello hizo enojar a Seok-min bastante, cerró su maleta y se paró frente a su padre.

— ¿Por mi bien? ¡Me metieron a centros de conversión como si fuera algo que tuviera que ser arreglado! – gritó mientras se le quebraba la voz — Y ahí adentro no hicieron nada más que destruirme una y otra vez... ¿Saben si quiera lo que me hicieron? 

— Hicimos lo mejor para ti, Seok-min. Porque nos preocupamos por ti, pero parece como si no quisieras ser ayudado. – su madre había comenzado a soltar lágrimas.

— No seas hipócrita, mamá. Sabes que no es así.

Fue está vez un golpe el que fue hacia él, su padre le había abierto el labio de aquel puñetazo.

— No le hables así a tu madre. Eres un insolente – lo regañó.

— Me alegra que entonces este insolente se vaya de sus vidas – declaró Seok-min caminando hacia la puerta de la casa.

— ¡Si te vas ahorita no te atrevas a regresar mas adelante!

Con aquella frase Seok-min continuó su camino. Subió sus cosas al coche y luego él se subió.

Hoseok lo observó por un momento y tomó su mano.

— Estoy aquí, nos tienes a todos nosotros – lo consoló antes de arrancar el coche.

Era un comienzo difícil para todos. Habían dejado muchas cosas atrás y ahora les esperaba nuevas cosas por vivir ahora juntos.

El sargento Jung [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora