oo. Desayuno

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Alana se había despertado con un dolor de cabeza anormal

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Alana se había despertado con un dolor de cabeza anormal. Era probablemente el peor que había tenido en años, o por lo menos, así era como se sentía. Era la resaca pasándole factura por todo lo que había tomado la noche pasada. Abrió sus ojos lentamente y miró a su alrededor, tratando de reconocer su entorno. La habitación era demasiado blanca para su gusto, había algunos cuadros con diseños raros, que no terminaba de comprender (y tampoco le importaba). La brasileña se encontraba acostada en una cama grande, en una habitación que no le pertenecía y en la que jamás había estado. No le costó mucho trabajo sumar uno más uno.

—¿Con quién me acosté?

Por favor que no sea con Richarlison. Por favor qué no sea con Richarlison. Su hermano la iba a matar y con un buen motivo.

La brasileña se sacó las sábanas de arriba, revelando que, por lo menos, tenía ropa. Solo que, no era su ropa. Estaba usando una remera blanca que le quedaba demasiado grande como para ser suya y que probablemente le pertenecía a un hombre. Eso solo confirmaba sus sospechas de que había tenido sexo.

Alana no recordaba nada de la noche pasada, solo algunos recuerdos fugaces, como que tras haberse sacado una buena calificación en uno de sus exámenes más importantes, decidió salir con Phil a festejar su éxito. Salir con Phil significaba encontrarse con media Inglaterra, y por supuesto, con todo su círculo cercano. Había hablado con Jack Grealish y su novia, Sasha, bailaron un rato y charlaron sobre todo un poco, hasta que apareció Haaland con Isabel y arruinaron su noche. Bueno, Isabel no, a ella le chupaba un huevo la presencia de la novia de Erling. El problema era el noruego. Juraba que cada vez que lo tenía en frente era como si no pudiera aguantar su rechazo por él, y lo mismo pasaba con Erling hacia Alana.

Recordó que Haaland le había volcado el gintonic que ella estaba tomando y no se disculpó. Ahí fue cuando empezaron a argumentar por un buen rato y como consecuente, apareció Sasha para calmarla un poco. Alana también recordó haber ido al baño con Isabel y Sasha para sacarse la mancha de alcohol, las chicas la escucharon quejarse del rubio por lo que pareció toda una eternidad. Isabel trató de defender a su novio, pero era en vano, porque Alana solamente siguió insultando al rubio y a toda su familia.

Después, ella volvió y empezó a tomar como nunca. El resto era historia, porque ya no recordaba más. Solo sabía que Richarlison también había estado ahí en el boliche, ella había estado recházandolo en varias ocasiones. Ney no solía pedirle muchas cosas a su hermana menor, así que cuando le había hecho un único pedido, Alana decidió hacerle caso. El compañero de la selección de su hermano estaba prohibido en cualquier tipo de sentido. Alana tenía que evitar a los compañeros de equipo de su hermano, porque eso iba a hacer incómodas las cosas entre ellos.

La castaña se levantó de la cama y recorrió la habitación. Tenía una personalidad curiosa, así que no dudó en recorrer el cuarto. Entró a lo que parecía ser un vestidor y se encontró con una colección enorme de zapatillas Nike. Ah, bueno, el dueño de esas zapatillas tenía una gran obsesión por ese calzado porque con una simple mirada, vio al menos unos cincuenta. Sin pedir nada prestado, agarró unos pantalones grises que encontró por ahí y se los puso. Le quedaban un poco grandes, porque al parecer, el dueño de la ropa era un gigante. Sin embargo, no había rastros de su vestido por ninguna parte y no tenía ganas de andar semi desnuda por una casa que no conocía.

Blank Space ⋆ Erling HaalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora