06. Mes y medio

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Alana se olvidó de su celular, de la llamada con Phil y de todo lo que había estado haciendo hasta ese momento, para caminar a paso rápido en dirección a Erling Haaland, antes de que fuera muy tarde

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Alana se olvidó de su celular, de la llamada con Phil y de todo lo que había estado haciendo hasta ese momento, para caminar a paso rápido en dirección a Erling Haaland, antes de que fuera muy tarde.

¿Qué mierda hacía él ahí? Seguramente había llegado para hacerle pasar un mal momento, para empeorar todo. Porque si él había volado desde Manchester a Paris, simplemente para estar en el mismo lugar que ella, era por algún motivo. Leo estaba ahí, su hermano mayor estaba ahí. Momentos antes ella había jurado que no tenía nada con él y ahora aparecía justo cuando menos lo necesitaban. Era un chiste malo, una broma que alguien tuvo que haberle hecho.

¿Acaso Erling la odiaba tanto, como para hacerle pasar un momento terrible? La respuesta era sí, él seguramente estaba disfrutando saber que le iba a causar una crisis nerviosa.

Llegando a paso rápido, la castaña se acercó al rubio, justo mientras Antonela le decía algo en inglés. Alana se interpuso en medio de los dos, sin ningún tipo de respeto y lo miró con odio.

—¿Qué haces acá?

—Lanita, yo estaba...— Anto empezó a hablar. Dios, Alana amaba a esa mujer, se conocían hace años y era algo así como su cuñada, pero tenía mucha bronca como para poder ser paciente.

Contesta. ¿Qué haces acá?— ella volvió a hablarle al noruego, ladrando cada una de sus palabras, como un perro rabioso que solo quería morder.

—No respondías mis mensajes y no me gusta cuando no me responden.— dijo el hombre, restándole importancia a la situación. Su sonrisa fue hartante, un balde de agua fría que no hizo nada para apagar el incendio que sucedía en el cuerpo de la castaña.

Cada vez que se preguntaba si podía odiarlo más, aparecía él con alguna actitud cuestionable, para hacerle saber que era posible querer verlo sufrir.

—¿Cómo mierda te enteraste que estaba acá?

Alguien se aclaró la garganta.— Yo lo invité.

—¿Qué?

Alana se giró para mirar a Ney, su hermano llegó cuando ellos habían estado en la conversación acalorada y no se dieron cuenta de su presencia. Ahora se sentía traicionada por su propia sangre, ¿Cómo era posible que Neymar había hablado con Haaland a espaldas suyas y lo había invitado? Esa era la traición más grande que había visto jamás. Traición a la patria, traición a la familia.

Los hermanos podían pelear, se podían enojar y tirar de los pelos, pero nunca se traicionaban.

Ney soltó un suspiro y se puso a hablar en portugués, haciendo que solamente ellos dos entendieran lo que estaban hablando.— Pensé que estabas mintiendo cuando dijiste que no tenías nada que ver con él, así que cuando recibí un mensaje suyo diciendo que era importante que hablaras con él, le dije que estabas en Francia.

Blank Space ⋆ Erling HaalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora