Tranquilamente se adentró en el lugar, observando y analizando la ambientación de este mismo.
Este lo decoraban elegante pisos de mármol, muebles en piel, una pequeña chimenea detrás del gran escritorio de caoba y las paredes pintadas con tonalidades verdes claras difuminadas en un blanco marfil, igual que las de la sala de espera, pero decoradas con múltiples diplomas y reconocimientos.
Supuso que todos ellos le pertenecían al especialista, sorprendiéndose al saber lo destacado que era en su área. Llegó a la conclusión de que el lugar era cautelosamente perfecto. Especulando rápidamente que esto estaba planeado así especificamente debido a la naturaleza de la profesión del doctor.
La tranquilidad que emanaba junto con el olor a café que bailaba libremente en el aire, lo volvía todavía mejor.
Caminó hasta quedar frente al escritorio del doctor, dejando este de escribir al notar su presencia frente a su persona.
Se puso de pie y arregló su traje antes de extender su gran y venosa mano hasta el pequeño blanquecino, brindándole una mirada que denotaba que lo estaba analizando con profundidad de pies a cabeza.
—Un gusto conocerlo señor Yaksha. Soy Baizhu, psicólogo especialista en sexología —era un joven de no más 28 años, le ganaba por tres cabezas en estatura, de complexión tonificada, y con un lacio y trenzado cabello verde un poco despeinado, luciendo muy atractivo acomodando sus lentes en el puente de su nariz.
Era realmente atractivo. Definitivamente. Tanto, que siendo un hombre devoto a su matrimonio, logró ponerlo algo nervioso.
Se estrecharon las manos y Baizhu lo invitó a sentarse en el gran sillón de piel, ofreciéndole una humeante taza de café, la cual recibió gustoso.
—Bueno Xiao, cómo ya has de saber, mi trabajo aquí consiste en escuchar tu problema y poder darte una posible solución. Aunque eso esté claro, necesito que seas sumamente sincero conmigo. Todo se tratará con extremo profesionalismo, y ten por seguro que nada de lo que se comente aquí, será divulgado.
—Entiendo —dijo Xiao, dando un pequeño asentimiento ante las palabras del profesional.
—Ahora cuénteme, ¿Por qué está aquí? —interrogó el contrario cruzando sus piernas.
—Yo estoy casado hace ya dos años con el hombre que amo, y es un matrimonio agradablemente estable —Suspiró— Nos queremos mucho, hay bastante confianza de por medio y llevábamos una vida sexual activa —hizo una pausa para mirar fijo al doctor, siendo su mirada devuelta con intensidad—. Pero... Hace uno o dos meses aproximadamente, tenemos problemas en el ámbito sexual.
Cerró sus labios haciendo una pequeña pausa, en la cual el doctor solo se mantuvo callado, dándole ánimos para que continuara hablando.— Antes lo hacíamos unas tres veces a la semana sin contar los días en que surgía de imprevisto porqué alguno de los dos tenía muchas ganas o estaba muy estresado, pero todo eso se ha reducido a literalmente nada. Ya no nos tocamos o siquiera nos besamos acaloradamente como solíamos hacerlo —dijo, acariciando con suavidad su anillo de matrimonio. —No me malinterprete, aunque claramente deseo carnalmente a mi esposo, no soy ningún adicto al sexo. Pero, mi mayor temor es que Aether ya no se sienta satisfecho en la cama y busque una aventura temporal, o permanente. Lo amo demasiado, y quedaría destrozado si eso llegara a pasar.
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Bottom ✦ Aexiao
FanficXiao al ver que Aether ya no está mostrando el mismo interés que unos meses atrás en el ámbito sexual, decide visitar un sexólogo, y este le recomienda un cambio. Ser el pasivo había sido la mejor idea que pudieron haberles dado en años... ★ Adapta...