Resumen: Sabías que unas vacaciones con tu mejor amigo Ten serían una locura... simplemente no esperabas enamorarte de él.
Género: Amigos de los amantes AU
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"Ten, ¿qué estás haciendo? ¡Te empaparás!
Observaste con horror cómo tu mejor amigo Diez salía corriendo de debajo del puente hacia la tormenta.
Ten se encontraban en medio de la carretera vacía, con los brazos extendidos y el rostro levantado hacia el cielo.
Gotas espesas y cálidas de lluvia monzónica lo empaparon en un instante. La lluvia se deslizó por su cuerpo, oscureciendo su ropa y haciendo que su camiseta se pegara a su cuerpo delgado y musculoso.
Ten se volvió para mirarte, sus ojos oscuros brillaban con picardía.
Te señaló con dos dedos.
"Ven aquí", dijo, sonriendo.
"¡De ninguna manera! ¡No quiero resfriarme!
Ten simplemente sonrió y volvió la cabeza hacia el cielo una vez más. Su hermoso rostro era suave y feliz. La lluvia empapó sus labios regordetes.
Tus ojos rastrearon las gotas que bajaban por su nuez y se acumulaban en sus clavículas. Verlo provocó escalofríos por tu espalda. No podías apartar los ojos. Ten nunca se había parecido menos a tu adorable mejor amigo. Parecía un hermoso extraño.
Ni una sola gota de lluvia había tocado la impecable camisa blanca y la falda de negocios. Podías sentir tu sostén clavándose en tu piel y tu moño apretado hacía que tu cabeza palpitara.
Querías ser despreocupado como Diez. Querías que él lamiera tus heridas y besara tus preocupaciones. Una extraña sensación se estaba hinchando dentro de ti. Te diste cuenta de que Ten era la respuesta a cada pregunta que había llenado tu cabeza desde que llegaste aquí.
Darte cuenta de que estabas enamorado de tu mejor amigo te golpeó como un camión.
Te sacaste el moño y dejaste que tu cabello cayera más allá de tus hombros.
Luego, respiraste profundamente y saliste de debajo del puente.
La lluvia empapó tu cuerpo. Era cálido, calmaba tus músculos tensos y provocaba un gemido en tus labios.
La cabeza de Diez se giró hacia el sonido.
Caminó hacia ti. Su sonrisa astuta se transformó en una amplia sonrisa cuando llegó hasta ti.
"Mira quién finalmente se soltó el cabello", bromeó Ten, haciendo girar un rizo empapado de tu cabello entre sus dedos.
Agarraste la mano de Ten y la presionaste contra tu pecho, esperando que pudiera sentir los atronadores latidos de tu corazón bajo su palma.
Las cejas de Diez se arquearon.
"Quiero... quiero ser libre como tú", dijiste, tragando saliva. "Quiero... ser apasionado como tú. Deseo..."
Tus palabras murieron en tus labios. ¿Qué querías?
Ten te observó con frío interés. "¿Eso es todo?"
"Te quiero", dijiste finalmente.
Ten tarareó, fingiendo pensar.
"Sólo tienes que hacer una cosa", dijo, tratando de no sonreír.
"Lo que sea", jadeaste.
"Cierra tus ojos."
Dejaste que tus párpados se cerraran. Todo tu cuerpo se sentía vivo, cada célula latía.
Al principio no pasó nada. Lo único que podías sentir era la lluvia salpicándote la cara. Te quedaste quieta, esperando, rezando...
Entonces, de repente, sentiste unos labios cálidos y regordetes presionando los tuyos.
Jadeaste. Nunca antes habías besado a tu amigo. Ni siquiera pensaste que eras su tipo. Pero cuanto más besabas, más bien se sentía. Era como si algo hubiera faltado en tu relación todos estos años, y eso era todo. El cuerpo de Ten contra el tuyo – eso era lo que habías estado anhelando.
Gemiste contra los labios de Ten, extendiendo tus manos para tirar de su suave cabello teñido.
La cabeza de Ten se inclinó hacia atrás y una lenta y sexy sonrisa se extendió por sus labios.
"Te tomó bastante tiempo", dijo Ten, con ojos oscuros recorriendo tu cuerpo.
Dejaste escapar una carcajada. Tiraste de Ten hacia ti, sintiendo sus brazos rodear tu cintura.
"Cállate y bésame de nuevo".
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