Shotaro tenía innumerables chicas corriendo detrás de él, pero sus ojos siempre estaban puestos en ti.
género: obscenidad contenido: fem!reader, college au, inocente!lector, dom!shotaro, torcedura de corrupción leve, torcedura de alabanza, oral (recepción f), digitación, sexo protegido número de palabras: 2.5k
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Nunca podrías entender por qué Shotaro estaba interesado en ti. Había muchas otras chicas arrojándose sobre él. Era uno de los chicos más populares del campus, varias chicas estaban sedientas en sus comentarios cada vez que subía a Instagram o publicaba otro video de baile. Tú, en cambio, no eras nadie. Ibas a tus clases, sacabas notas decentes y no estorbabas a nadie. Apenas saliste con alguien, nunca fuiste a ninguna gran fiesta universitaria y tuviste la suerte de tener, como, dos amigos cercanos.
Y, sin embargo, a pesar de ser prácticamente un fantasma, Shotaro siempre se fijó en ti. Siempre te sonreía cuando pasaba junto a ti en el pasillo. Siempre te saludaba y te preguntaba cómo estabas cada vez que tenía la oportunidad. Siempre fue un poco coqueto, pero no pensaste mucho en eso. Era coqueto y amigable con todos, pero tus amigos siempre parecían pensar que quería más contigo. Y tú, siendo el ermitaño ansioso e inexperto que eras, elegiste dejar de lado esa posibilidad.
"Te está mirando de nuevo". Sungchan tarareó, sus ojos mirando por encima de tu hombro mientras tomaba un sorbo de su batido.
"¿Qué más hay de nuevo?" Xiaojun se rió entre dientes, "Entonces, ¿cuándo le vas a dar un poco de ese cooch-?"
"¡Oh dios mío, cállate!" Gimoteaste, tu cara calentándose.
"Lo siento cariño." Xiaojun se rió mientras ponías los ojos en blanco molesto.
Shotaro era atractivo, e incluso esa palabra no era suficiente para describirlo. Había una razón clara por la que tanta gente estaba obsesionada con él. Entonces, que él te diera algún tipo de atención te dejaba atónito. Entonces no ayudó que Xiaojun te hubiera estado dando ideas que Shotaro quería desesperadamente meterse en tus pantalones. No podías aceptar eso y Xiaojun pensó que era lo más divertido del mundo.
