JingYi entrecerró los ojos y reflexionó sobre esta idea. Siempre había considerado a SiZhui su mejor amigo, su compañero inseparable, pero nunca había pensado en él de esa manera. Sin embargo, al recordar de nuevo el sueño y todos los momentos que habían compartido, lo sorprendió la certeza de sentirse completo cuando estaban juntos, sin duda indicaba algo más que una simple amistad.

Sin embargo, también estaba el temor de arruinar su amistad si confesaba sus sentimientos. Lan Yuan era su mejor amigo, y no quería perderlo ni causarle incomodidad. Además, si realmente era una sirena, ¿cómo podría estar junto a él... de esa forma?

JingYi suspiró y se hundió más en su almohada, sumergiéndose en un mar de pensamientos y emociones confusas. No sabía qué hacer o qué camino tomar en esta situación, pero sabía que tenía que ser cuidadoso y que necesitaba tiempo para entender y aceptar sus propios sentimientos antes de poder hablar con SiZhui al respecto.

Sin embargo, también se asustó ante la idea. ¿Qué pasaría si SiZhui no sentía lo mismo? ¿Destruiría su amistad si le confesaba sus sentimientos? JingYi no sabía si estaba dispuesto a arriesgar eso.

Se quedó acostado en la cama, perdido en sus pensamientos, hasta que escuchó la puerta abrirse y cerrarse suavemente. SiZhui había vuelto.

A-Yuan se acercó a la cama y miró a JingYi con preocupación. "¿Estás bien? No te vi en la cena y me preocupé, aunque HanGuang-Jun y el maestro Wei dijeron que estarías bien, y ZeWu-Jun dijo que te traerá algo de comer".

A-Yi trató de esconder su turbación y asintió. "Solo estaba cansado".

Aunque estaba agradecido por el apoyo de su padre, no quería ser una carga para él o para nadie más. Quería encontrar la forma de ser feliz y estar cerca de A-Yuan sin causar problemas ni poner en peligro su amistad.

SiZhui se sentó en el borde de la cama y miró a JingYi fijamente. "Si hay algo más que te está preocupando, sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad?"

JingYi sintió una mezcla de miedo y esperanza. "SiZhui, el maestro Wei tiene razón, soy una sirena", dijo, sintiendo el coraje fluir a través de él. "Siempre lo he sido, pero el cultivo espiritual me ha mantenido con forma humana. Pero últimamente, mi verdadera naturaleza se ha estado revelando. No sé qué significa esto para mí, para nosotros, pero quería ser honesto contigo".

SiZhui lo miró fijamente, procesando la información. Luego, lentamente, se acercó a JingYi, colocando una mano en su mejilla. "No importa lo que seas, Lan JingYi, siempre estaré a tu lado. Eres mi mejor amigo, no importa si eres una sirena o cualquier otra cosa, eso no cambiará".

JingYi se sintió abrumado por la ternura en las palabras de SiZhui y una sonrisa se extendió por su rostro. Pero ese momento fue interrumpido por la llegada, no sólo de Lan XiChen, sino también de Lan WangJi y Wei WuXian.

Tal como había dicho, Lan XiChen llevó la cena para JingYi, pero el segundo jade y su esposo se unieron al líder de la secta porque aún tenían algunas cosas qué informar a los chicos.

El primero en hablar, desde luego, fue ZeWu-Jun: "A-Yi, el maestro QiRen permitirá que faltes a clases estos días. Los cuatro estuvimos hablando de lo que encontramos respecto a las sirenas y tenemos un poco más qué contarte".

JingYi sólo sonrió y asintió, aunque estaba nervioso.

Wei Ying continuó: "A-Yi, debido a que tu cultivo se debilitó, tendrás que entrenar más duro o cambiar de método para reunir la energía espiritual suficiente, claro, si quieres mantener tu apariencia humana."

"Entiendo. Aunque con el cansancio que me provoca la falta de energía, no sé si pueda entrenar más".

Lan XiChen cerró sus ojos un momento antes de retomar la palabra: "También investigamos un poco más sobre las leyendas de las sirenas. En la mayoría, coinciden sobre que, si bien pueden dar buena suerte y ayudar a los humanos, es peligroso mantenerlas cautivas, al igual que escuchar sus cantos".

Eso desconcertó a JingYi: "¿Entonces, soy peligroso?"

"Son leyendas" contestó Lan WangJi, como si de esa manera quedara inmediatamente descartada tal posibilidad.

"Lo que quise decir, es que si otras personas se enteran de esto, podrían intentar dañarte, así que lo mantendremos en secreto, al menos hasta estar seguros de qué es lo mejor para ti. Y aún no descarto la posibilidad de que estés bajo una maldición. También hay un par de leyendas sobre humanos que se convirtieron en sirenas" explicó Lan XiChen.

Wei WuXian rascó la punta de su nariz, actuando distraídamente, pues él no creía lo mismo. En esas leyendas, los humanos que se habían transformado lo habían elegido por amor o protección, mas no había ninguna maldición mencionada. Pero eso lo diría cuando ZeWu-Jun no los acompañara, ya que aún estaba en negación.

Lan JingYi solamente asintió a las palabras de su papá y su tío. Respiró profundo y dijo: "Creo que debo pensar un poco mejor qué haré".

SiZhui se levantó, apartándose de A-Yi para dirigirse a Wei WuXian y Lan WangJi: "Voy a cuidar de JingYi, si me lo permiten. También me gustaría hablar sobre otra cosa más tarde... creo que es importante".

Los adultos se miraron entre sí, y asintieron a la petición de Lan Yuan.

JingYi sonrió ligeramente por eso, pero estaba sintiéndose cansado de nuevo, por lo que decidió apurarse a cenar para poder dormir un poco, y dijo: "A-Yuan, puedes hablar con HanGuang-Jun y el maestro Wei mientras termino de comer, mi padre estará aquí mientras tanto".

ZeWu-Jun asintió, y Lan WangJi, Lan SiZhui y Wei WuXian salieron de la habitación, sin olvidar despedirse por esta noche. Honestamente, A-Yi estaba muy curioso de saber qué quería consultar SiZhui con sus padres adoptivos, pero seguramente se lo contaría más tarde. Por ahora se sentía contento de tener tantas atenciones.

JingYi suspiró y comenzó a comer su cena mientras su padre se sentaba a su lado. Aunque todavía estaba confundido y preocupado por su situación, y también por la duda de sus sentimientos por SiZhui.

Después de terminar su cena, Lan XiChen recogió la bandeja que le había llevado. Antes de salir de la habitación, reiteró: "Estoy aquí para ti, A-Yi. Si hay algo en lo que te pueda ayudar, no dudes en decírmelo".

JingYi se sintió reconfortado y asintió. "Gracias, papá. Sólo necesito un poco de tiempo para entender todo esto".

Lan XiChen asintió comprensivamente. "Tómate todo el tiempo que necesites, hijo. Recuerda que te amamos y siempre estaremos aquí para ti, pase lo que pase".

JingYi sonrió ligeramente y se acomodó en la cama, sintiéndose seguro en los brazos de su padre. Había un largo camino por delante, pero al menos no estaba solo.

Mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por el cansancio, JingYi pensó en que tal vez no sabía qué camino tomar en este momento, pero al menos sabía que no estaba solo y eso, por ahora, era suficiente.

Una lluvia ligera comenzó a caer afuera, haciendo que el chico se relajara hasta quedar dormido, por lo que no se dió cuenta de cuándo volvió SiZhui a la habitación, así que al despertar a la mañana siguiente, se llevó una gran sorpresa al encontrárselo dormido y abrazado a él.

JingYi vino del aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora