La huida de SiZhui dejó sin palabras a Lan XiChen y JingYi.
Sobre todo al joven, pues se empezó a preocupar, ¿A-Yuan habría creído que ZeWu-Jun podría sugerir que fuera el compañero de cultivo de JingYi? Porque él sí hubiera aceptado, pero temía que SiZhui no quisiera de ninguna manera.
Aunque realmente era muy poco probable que hubiera pensado algo así... Seguramente había olvidado algo y fue a buscarlo.
Lan XiChen puso la mano en el hombro de JingYi, intentando tranquilizarlo, y cambió de tema: "También pensé que te llevaré a dar paseos por los jardines. Así no te aburrirás de estar encerrado en tu habitación".
El joven asintió, intentando no preocuparse más por su amigo.
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Lan SiZhui corrió sin saber bien a dónde dirigirse. No quería escuchar más de cultivo dual, aunque fuera solamente una opción para JingYi, pero no le gustaba siquiera imaginar la posibilidad de que aceptara, porque entonces tendrían que buscar una pareja para él y no podía imaginar estar sin su constante compañía. Ni siquiera era algo muy posible, pero le dolía que no fuera imposible.
El muchacho estaba tan abrumado por su imaginación que la presencia de Wei WuXian lo sorprendió: "¿A-Yuan, qué tienes? Te ves estresado. ¿Le pasó algo a JingYi?"
"Maestro Wei... A-Yi está bien" balbuceó SiZhui. Miró nerviosamente a su alrededor, percatándose de que había llegado al jardín de los conejos detrás del Jingshi.
Wei WuXian estaba jugando con los pequeños animalitos, dándoles zanahorias, y también llevaba manzanas para su burro. Pero cuando SiZhui llegó, los conejos brincaron hacia él, aunque no los notó hasta que el maestro de túnicas negras le habló.
Lan Yuan se sentó en el pasto y acarició a los conejos, tratando de mantenerse tranquilo. Wei Ying dejó la comida frente a Manzanita y se sentó al lado de su hijo. "¿Quieres hablar conmigo?"
SiZhui apoyó su cabeza en sus rodillas y respondió bajito: "Creo que me gusta JingYi".
El mayor sonrió y le dió palmaditas en la espalda. "Lo sospechaba. Te pareces mucho a Lan Zhan, pero más pequeño y más expresivo".
El joven rió sin muchas ganas y preguntó, angustiado: "¿Qué debo hacer, papá?"
"Pues, díselo. No te quedes esperando a que pase el tiempo" contestó WuXian. Lo sabía por experiencia, y no quería que su pequeño A-Yuan pasara por lo mismo que Lan Zhan.
"¿Pero qué pasa si A-Yi no me quiere de la misma manera? Además, no me gustaría ser una presión para él, está tranquilo ahora que sabe que es una sirena, y no quiero que crea que debe quedarse como humano solo para que estemos juntos".
Wei Ying pensó por un momento antes de hablar: "Tu intención es muy noble, A-Yuan, pero no deberías sufrir por ocultar lo que sientes. Al final, es decisión de JingYi, no por fuerza tiene que quedarse como humano para estar contigo; encontrarán la manera de hacerlo funcionar, sin importar las complicaciones", continuó Wei WuXian.
SiZhui asintió lentamente, pensando en las palabras de su padre. Tal vez JingYi no lo correspondería de la misma manera, pero era mejor saberlo y seguir adelante.
"Gracias, papá. Creo que tienes razón", dijo SiZhui, sintiéndose un poco más animado.
Wei WuXian sonrió y le dio un abrazo a su hijo. "Estoy orgulloso de ti, A-Yuan. Recuerda, siempre estaremos aquí para ti, pase lo que pase".
SiZhui se acurrucó en el abrazo de Wei WuXian. Permaneció así por un buen rato, hasta que el mayor se movió para saludar a Lan WangJi, quien llegó acompañado por Lan QiRen.
El joven rápidamente se apartó y se levantó del suelo, saludando a los dos Lan con una reverencia. Se sentía un poco avergonzado por ser encontrado en una situación tan íntima con su padre, pero Lan QiRen simplemente hizo un gesto con la mano como si no fuera importante. En cambio, sacó de sus mangas unos libros, al igual que Lan WangJi, y se los dieron a Wei WuXian.
"Estuvimos investigando a fondo, pero todo lo que encontramos sólo confirma tu teoría. Por desgracia para XiChen, no cabe duda de que JingYi es una sirena" admitió Lan QiRen, con más pesar por tener que darle la razón a Wei WuXian que por otro motivo.
Lan WangJi asintió con la cabeza, aunque a diferencia de su tío, él estaba orgulloso de la deducción de su esposo, aunque no por eso no le preocupaba cómo podría reaccionar su hermano ante la noticia.
SiZhui no dijo nada. Sus ojos viajaron discretamente en dirección a los libros, y suspiró para sí mismo. Para su sorpresa, Wei WuXian le entregó algunos de los libros y le hizo seña de que entrara al Jingshi, a lo que obedeció, suponiendo que los maestros tendrían que hablar seriamente y no podrían hacerlo con su presencia.
Ya dentro de la habitación de HanGuang-Jun, Lan Yuan dejó los libros con cuidado sobre el escritorio. En GusuLan podría decirse que hasta la curiosidad estaba prohibida, pero al ver los títulos de los libros, SiZhui no pudo evitar tomar uno de ellos y leerlo.
El que escogió era un volumen de enciclopedia sobre distintas criaturas relacionadas con el agua, algunas ya conocidas por él al ser temas recurrentes en las clases, como los ghouls acuáticos o los dragones guardianes de los ríos y lagos, y otros de los que ni el nombre había leído o escuchado. Por supuesto, SiZhui se detuvo al encontrar la sección donde hablaba de las sirenas.
La primera página junto a la descripción tenía una ilustración donde aparecían dos ejemplos, una sirena femenina y una masculina. La primera era como una chica humana, con la cara bonita y el cabello suelto y largo, pero con unas orejas parecidas a las aletas de los peces. El pecho parecía funcional para amamantar a sus bebés, y los brazos tenían mucho parecido también con los de las humanas, sólo que con escamas y manos palmeadas. Las branquias en el cuello eran finas líneas, exactamente como habían comenzado a aparecer las de JingYi. La cola de la sirena era larga, parecida al cuerpo de una carpa dorada, pero con las aletas largas y elegantes de un pez japonés.
Y la sirena masculina tenía casi las mismas características, excepto porque el pecho plano y los hombros más anchos delataban la estructura típica de un varón humano, junto con las aletas que eran más parecidas a las del pez beta. Ambos tenían las gónadas ocultas entre las escamas, pero en una altura un poco más baja que la que les correspondería si fueran humanos.
SiZhui pensó por un momento que si pronto JingYi se vería parecido a la sirena masculina, entonces se volvería más alto que él y que los otros juniors, probablemente incluso rebasaría la estatura de Lan WangJi. Sus aletas de pez beta sin duda lucirían hermosas tanto dentro como fuera del agua.
Dándose un golpe mentalmente para concentrarse, A-Yuan dejó el dibujo por un momento y leyó la información en la página contigua: La especie de las sirenas, a diferencia de otras en esta enciclopedia, es de bajo peligro para la gente común, por lo que no suelen considerarse dentro de los estudios para preparar a los cultivadores. Catalogadas entre los yaos, las sirenas suelen ser criaturas pacíficas y hasta cierto punto indiferentes. Es difícil verlas interactuar con humanos, pero no suelen huir si se encuentran con uno. Otorgarán buena suerte en la pesca y navegación mientras no se intente su captura, pues en ese caso será todo lo contrario. Sus lágrimas, que se convierten en perlas, tienen valor por sus propiedades para la práctica de la magia, pero de igual manera, deben ser recolectadas sin el uso de la fuerza. Los pocos pueblos que intentaron cazar y capturar ejemplares padecieron de las nefastas consecuencias, por lo que desde hace mucho es sabido por los pescadores que si llegan a cruzarse con una sirena no deben dañarla.
La información de esa enciclopedia terminaba allí, pero SiZhui aún tenía preguntas en su mente, y al ver que los mayores aún no terminaban de hablar, se armó de valor y tomó otro de los libros.
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JingYi vino del agua
FanfictionLan XiChen había regresado con los libros que había podido rescatar de la anterior biblioteca de la secta. Sin embargo, había sorprendido a todos cuando también trajo consigo un bebé. ¿De dónde lo había sacado? Ni la más remota idea. Con el paso de...