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* Gruvia *
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Una chica de cabello azul, esperaba ansiosamente en el parque donde el espacio era lo suficientemente grande como para poder conducir sin baches, y eso era lo que haría el día de hoy. Conduciría por primera vez, y Gray-sama sería su instructor. Estaba gritando silenciosamente de la emoción.
— ¿Juvia, estás lista? — llama Gray-sama .
Ella con leve corazones en sus ojos responde.
— Si. — asintiendo varias veces de la emoción.
(.....)
Juvia subió al auto, dónde Gray-sama le enseño lo básico de conducir. Así que ahora estaría al volante.
— Ven aquí, Juvia. — le señaló Gray sobre su regazo.
Y ella abrió sus ojos en grande y sonrojada, por esa propuesta.
— ¿Estas seguro Gray- sama? — hablo algo tímida y sonrojada.
El asintió, y Juvia no dudo en sentarse sobre el. Ella puso sus manos en el volante, Gray sobre las de ella. Le explico como acelerar, frenar. Luego de un rato de instrucciones. Ella finalmente, logro manejar y de la emoción salto encima de
Gray.
— Juvia me alegro que aprendieras, pero deja de saltar sobre mi. — dijo un tenso y con la voz ronca. El sentía tan avergonzado de tener esa reacción.
— Lo siento Gray- sama. — Juvia se dio la vuelta quedando cara a cara con Gray, ella le dio un beso largo y cálido que Gray correspondió. — Gray - sama Juvia quiere aprender más cosas con usted. — declaró en un suspiro enamorado, separándose de el.
El le sonrió con cariño y adoración.
— Claro que si. — dijo él besándola de nuevo con mas intensidad.
— Aunque porque usted se ha puesto....— Gray se avergonzó más al darse cuenta a qué se refería Juvia, y más cuando su mirada estaba en su entrepierna.
Ser instructor con Juvia no era para nada bueno.
