...2...

212 15 1
                                    

|Al día siguiente|

*Narra Demián*

—Estamos perfectamente custodiados desde ahora, ya he dado indicaciones a mis subordinados, estarás bien. —solté áspero, visualizando por la ventana el sitio repleto de seguridad.

—Espero que con esto olvides tu estúpida idea de vigilar la ciudad. —soltó malhumorado para ponerse de pie.

—Sigue esperando. —solté con alcurnia para ponerme de pie, acomodando el abrigo azabache de cuello a botones que llevaba conmigo, dirigiendome a la puerta principal.

—sentí un jalón en mi antebrazo, quedando cara a cara con él. —¿Eres idiota?, me están cazando y vas a irte —, Estás perfectamente custodiado. —¿Piensas dejarme solo con estas personas?. —lo miré confuso, se largó hace años dejándome solo y ahora, ¿me reclama por hacer lo mismo?. —Pienso volver —¡No es suficiente!, aceptaste la responsabilidad, ahora hazte cargo. —sonreí ladino para fruncir el entrecejo. —Bien, me haré cargo.

[...]

—¡No me refería a esto!. —le di un pellizco en el hombro, escuchando el quejido que escapó de sus labios.

—Callate, pueden sorprendernos. —me dió un empujón, captando mi atención.

—Esto es peligroso y parece que lo tomas como un juego —, Relajate, solo busco información. —respondí sacudiendo la camiseta de tono oscuro que hacía juego con el pantalón y abrigo que llevaba conmigo. —Estás idiota —. Escúchame bien bastardo —lo señalé con molestia. —, te estoy haciendo un favor. —pretendía irme cuando jaló de nuevo mi abrigo, proporcionando un puñetazo en mi mejilla izquierda.

Maldito alien.

—escupí la sangre que se acumuló en mi boca para regresarle el golpe, sentí mis pupilas mióticas cuando mis manos comenzaron a temblar con fiereza, descendí la mirada cuando me percaté de lo débil que soy a su lado. Mordí mi labio para empujarlo lejos de mi camino, seguí con pasos firmes para acomodarme el abrigo, tratando de perderlo en el transcurso.

—¡Vuelve aquí!. —exclamó, siendo ignorado por mi, cuando iba a dar vuelta en una esquina sentí su cuerpo chocar contra el mío, reaccioné cuando mi rostro estampó contra el suelo.

—Maldición, quítate de encima. —solté cabreado, intentando apartarlo de mí con un par de golpes que no le hicieron un solo rasguño, la impotencia se apoderó de mí cuando de un puñetazo giró mi cuerpo, visualicé el cielo nublado, sintiendo el impacto de más golpes contra mi abdomen y tórax, estaba a nada de rendirme y oponer resistencia cuando mis iris chocaron contra la silueta de una persona que reposaba sobre el techo, fue ahí cuando todo encajó. Le proporcioné una bofetada, captando su atención. —Vámonos. —parlé forzosamente para sacar mi celular, con la pantalla quebrada ingresé el número de la única persona que podría ayudarme rápidamente. —Cariño —ejercí presión en mi abdomen. —necesito que me ayudes. —finalicé la llamada un par de segundos después. —Nos iremos de aquí, te explicaré todo después. —solté con un tono bajo, aparté mi mano de la zona herida para guiarlo por otro camino. —Es peligroso. —me siguió el paso, llegando hasta su residencia de nueva cuenta, tomamos lo indispensable junto con mis subordinados para dirigirnos hasta nuestro nuevo punto de encuentro.

—¿Me puedes decir qué demonios está pasando?. —cuestionó notablemente confundido.

—Sube al auto —ordené mientras uno de los tantos soldados nos abría la puerta del vehículo, ambos ingresamos mientras uno de ellos conducía. —, envié un equipo a la mansión para custodiar la kryptonita y ni siquiera se han aparecido en ese lugar, ya tendría una respuesta —suspiré agobiado. —. Querían esto desde un inicio para desviar nuestra atención y caímos en su trampa, uno de esos idiotas estaba vigilando lo que hacíamos desde un edificio.

"Inconveniente"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora