new year's day, 𝘵𝘢𝘺𝘭𝘰𝘳 𝘴𝘸𝘪𝘧𝘵

5, 𝘼𝙣 𝙚𝙮𝙚 𝙛𝙤𝙧 𝙖𝙣 𝙚𝙮𝙚

⋆⭒˚｡⋆ 𝘖𝘫𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘰𝘫𝘰
📍 :: NYC, nueva york.
🗓️ :: 18 de enero, 2017.

Cuando bajé a la cocina a desayunar, Taylor esperaba en la mesa con una taza caliente de chai en las manos. Me siguió con la mirada en silencio.

—Oye, ¿Ya no tenemos leche de almendra? —dije asomándome a la nevera.

—No. Le diré a Mina que compre más. —dijo de manera indiferente.

—¿Ya desayunaste? Pensaba hacer tostadas con aguacate, si quieres también te puedo cocinar un par.

—Estoy bien, iré a desayunar con Selena. —volvió a decir sin que le importara demasiado.

Fruncí el ceño —¿Estás bien, Tay?

No respondió —¿Taylor?

—¿Por qué no me dijiste acerca de Robert y tú anoche?

—Porque llegué tarde y no quise...

Me interrumpió —Seguía despierta cuando llegaste. Además te pregunté cómo la habías pasado. Me dijiste que nada interesante había sucedido. Me mentiste.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y se sintió como si el suelo se desmoronara bajo mis pies —Taylor, yo...

No sabía qué decir. Ella solo me miraba con los ojos rojos y yo esperaba que las palabras correctas simplemente nacieran en mi mente como por obra de magia.

La rubia bajó la mirada —Ya no importa, Daisy.

Me senté junto a ella —No, sí importa. Tú me importas.

—¿Si te importo por qué ya no siento que lo haga?

—Porque es mi culpa... lo siento. Sé que estos días he estado muy ocupada con Rob y eso... Eres importante para mí. En serio. Eres mi mejor amiga.

Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas y me dedicó una sonrisa tierna —Mejor amiga...

—Por supuesto que sí, en todo el mundo entero. ¿Me perdonas?

Ella se limpiaba las lágrimas —Sabes que sí.

Le rodeé los hombros con un brazo —Te quiero.

—También yo.

⋆⭒˚｡⋆

MAYO 15, 2016

—No lo sé, Quinn... me veo como una señora de los 40 que acaba de asesinar a su marido y huyó al campo. —arrugué la nariz mirándome al espejo.

Quinn rió a mis espaldas y se pasó una mano por su afro —Sí, pero te vez sexy.

Hice una pose y reí —Vaya, gracias.

—¿Daisy? La cámara está lista, cuando quieras. —habló uno de los chicos de producción.

Asentí —Gracias, Dave. —el rubio se marchó con mucha prisa— Bien... tengo que escoger un vestido.

—Voto por el de la esposa asesina.

—Me veo bien, ¿cierto? —Miré el armario a mi lado— Oh pero ese amarillo es tan lindo...

—Lo es, la falda te queda a la perfección.

—Hm... ¿qué opinas, John? —dije al estilista del set.