Historias con temáticas distorsionadas donde t/n y Tanjiro Kamado se enamoran una y otra vez, siempre encontrándose y amándose en cada una de sus vidas y universos.
—!oh! Eres tu...— Dije volteando a ver a Zenitzu, este esta arecostado a la puerta, creí que era Tanjiro. Tantas veces viéndolo... ahora debe estar prestandole atención a otrs cosas.
—¿Quien más seria?— dijo acercándose y poniéndose a la par mía. —¿Acaso él que te dijo "hermana mayor"— Dijo repitiéndose mis palabras susuradas.
—Aveces odio que tengas tan buen oído.— dije para parrame del suelo, agarrando mi bolsa de mano para irme al pueblo con los demás.
—Créeme, aveces yo también lo odio.— Dijo caminando a mi lado para ir hasta la pierta, donde ya están los demás.
—Yaestamos todos.— Dijo Aoi, para comensar a caminar, acompañada de Inozuke.
Otra ves está sensación... debería hacer algo con esta sensación tan horrible. Es como estas enferma, pero mucho peor, una enfermedad se va con medicina, pero este sentimiento no se puede ir tan fácil.
Camino, atrás de todos, los miro platicar... quiero tener a alguien con quien hablar... como antes, cuando estaba con Shinobu o Usui, pero ella murió y Uzui tiene que ser un padre responsable... tal ves Tanjiro tenga razón, si voy donde Sanemi puede que etse sentimiento se valla, además Sanemi siempre fue alguien amable... ¡Si! Mañana iré a ver a Sanemi y estaré con él.
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Caminamos por las calles de tierra del pueblo, este parecía tener una fiesta, talves porque ya casi es verano y el Sol aparecerá más brillante que otras estaciones. Camino lejos de ellos y me dirijo a las tiendas donde había apartado las cosas para los demás, estos serán mis regalos para despedirme de ellos cuando me valla mañana. Sonrió y guardo los regalos en mi bolsa.
Luego me dirijo al restaurante del niño de la mañana, algo apresurada, estoy algo emocionada.
Al llegar puedo ver que casi todo está vacío, raro, pero no le doy importancia, intro diciendo un "permiso",el niño llaga corriendo hasta donde estoy yo y con energía me recibe, me lleba a una mesa, cerca de la cocina y me ciento y él se sienta a mi lado.
—Me alegra que allá llegado, hermana mayor— Dijo sonriendo mientras mueve sus piernas de arriba a abajo, la silla es muy grand epara él... aun.
—Es un placer estar aquí.— Dije y el niño sonríe.
—Eres muy respetuosa, hermana mayor.— Dijo poniendo unos palillos en mis manos, le agradezco.
