Historias con temáticas distorsionadas donde t/n y Tanjiro Kamado se enamoran una y otra vez, siempre encontrándose y amándose en cada una de sus vidas y universos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov. T/N:
Estaba caminando hasta llegar a un valle lleno de flores, yo soy la protectora de estas flores, las he cuidado por tanto tiempo que no pude haber amigos o una familia, con mi edad seria normal ya tener un bebé y un esposo...
Riego las flores hasta que un ruido atrás de mi, agarro mi espada, la cual estaba en mi cadera, y la extiendo en dirección al ruido, no puede ser un animal, ya que el olor de las flores es muy fuerte para su olfato.
—¿Quien anda hay? —
Dije apuntando con mi espada, pero yo aún estoy en el suelo y con la regadera a un lado. El ruido se intensifica y acerca, me levanto con lentitud y miro fijamente al punto de donde sale el ruido. De las sombras sale una sombra, como la de un ¿Niño grande?
—ay... solo eres un niño, que susto me diste —
Dije aliviada, hoy no se mata a nadie, que bueno. Pongo mi espada en su mango, colgando en mi cintura. Me acerco pero siento como la flor que esta en mi cabello reacciona al chico y me alejo hacia la luz solar.
—¿Quien eres? ... No, ¿Qué eres?—
Dije, desenvaidando mi espada otra vez, tal ves hoy se tenga que matar a alguien otravez... él chico sonríe, pero su sonrisa hace que las flores se cierre, es por su aura, ya que su sonrisa es aterradora... no, no, no,no pienses en eso... es el enemigo.
–Eres una humana muy valiente, al intentar amenazarme a mi, al gran muzan—
Dijo, ¿Gran muzan? Ese deminio ya está muerto. Rió a lo bajo, enojado al chico enfrente mío.
— Je, el "Gran muzan" está muerto. Los pilares lo miraron o alho así. —
Dije poniéndome mi mano en mi cadera, mientras agitaba mi espada.
—Eres un chico muy raro,pero... no puedes estar aquí—
Dije mirándolo fijamente, él es más pequeño que yo haci que lo miro por debajo de mi pecho.
— Humana, que insolente. A pesar de tu cuerpo, no te dejaré vivir, por la gran ofensa que me has dicho.—
Dijo, yo alse una seja, me acerco y él párese prepararse para atacar, pero yo tengo brasos más largo y le pego en el estómago, el cae inconsciente. Soplo mi fleco con algo de sudor en mi frente, este niño podría ser una gran molestia pero tengo que examinar el porque las flores se cerraron por la risa de este chico... lo amaro con una raíz muy gruesa de un árbol y lo llego a mi casa, una idea algo arriesgada pero tengo que hacerlo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.