Era un agradable domingo. Único día en el Yun podía dormír hasta tarde. Y único día para su propia recreación.
Yun recogió la mitad de una fresa del plato puesto sobre la mesita y se la llevó a la boca. Tomó la botella de agua al lado y le dió un trago. Después tiró el resto sobre sí mismo.
Sacudió la cabeza y se acercó nuevamente a la cancha.
Recogió la raqueta y lanzando la pelota al aire inició otra vez una nueva partida.
Las gotas traslúcidas de agua se deslizaban de su frente a su barbilla, trazando un arco que continuaba su recorrido hacia abajo, dónde se ocultó tras la tela blanca de algodón.
El conjunto blanco y ajustado solo resaltaba lo bien proporciado del cuerpo.
Poco después de iniciada la partida, en la pantalla que marcaba la puntuación, números rojos parpadeaban cada vez que se anotaba un punto, y había una flecha que apuntaba que pronto se rompería un nuevo récord.
Unos minutos de juego después, los números cambiaron de color, marcando el récord que Yun acababa de romper. Aún así Yun no se detuvo, sino hasta después de unos segundos, fallando intencionalmente.
"Tu mirada me va a hacer un agujero en el cuello" dijo al aire. Se acercó a la mesa y tomó otra botella de agua. Se dió la vuelta y miró de reojo como Alec salía de detrás de la columna al lado de la entrada.
"Acabo de llegar" dijo el joven mientras se acercaba con las manos metidas en el bolsillo del pantalón.
Yun lo miró, no delatando su mentira. Yun llevaba sintiendo su mirada al menos durante 20 minutos. Obviamente lo había impresionado su juego. El joven tomó una botella de agua de la mesa y señaló la cancha con ella en la mano.
"Eres bueno" dijo mientras asentía con aprobación. Yun le sonrió amable.
"Suelo ser muy bueno en los deportes".
"¿En todos?"
"Si, por lo regular no hay excepciones" Yun respondió encogiendo los hombros restandole importancia "¿Quieres jugar una partida?"
"Si!" Respondió con entusiasmo como si hubiera estado esperando esa pregunta.
Después de que Alec se cambiara a un conjunto adecuado, regresaron a la cancha. Yun tiró la pelota al aire iniciando la partida.
El sol era perfecto para la ocasión, y la temperatura adecuada.
Sin darse cuenta habían pasado jugando toda la tarde. El joven al princio se había mostrado reticente a entablar conversación, pero en medio del juego, la competividad había hecho que se soltara, miestras mascullaba sobre ganar. Hasta cierto punto Yun lo complació, dejándolo ganar una partida de cinco que habían tenido. Abarcaron temas sobre diversos deportes y el como Yun era bueno en todo, así como planes sobre jugar otra cosa otro dia. En una sola tarde se había acortardo la distancia.
"...hablando seriamente, no puedo decir que lo odio. Mi madre decia que para odiar a alguien tienes que sentir algo por esa persona y honestamente no siento nada por el, a excepción de la molestia, pero eso no cuenta porqué una persona puede sentir molestia por una mosca, cosa que no involucra sentimientos, sino emociones, cosas distintas. Eh, no sé si me explico "
"Claro" Yun se hizo el loco. Pasando por alta el discurso que llevaba escuchando un juego entero.
"Por cierto, hermano. Tu voz se me hace conocida."
"Bueno, hablamos por teléfono antes"
"¿Ah?" Dijo, en medio de darle un sorvo a la botella de agua en su mano.
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Cuidar al Hijo y al Padre
RandomYun sabía que se iba a morir, y que mejor que vivir los últimos días de su vida en osio lujoso. Ajustó los anteojos de lectura sobre su nariz en su habitación VIP del hospital y leyó una novela, y para colmo de lo más cliché. Con el sabor amargo en...