Ya no quedaba otra manera. Iban a haber muertos, no importaba que, pero la pregunta era ¿quiénes sacrificarían sus vidas para salvar la ciudad? Pues nada más ni nada menos de Nakajima Atsushi y Akutagawa Ryuunosuke, que ya estaban corriendo por las llamas y el fuego del edificio en busca de la bomba.
No hay mal que por bien mayor no venga. Solo era un daño colateral para la sociedad; tal vez levantarían estatuas en su honor, pero a nadie le importaría menos un par de pérdidas de dos huérfanos a la de toda una ciudad.
El menor corría en su semi forma de tigre, tratando de ganar tiempo, pero era su compañero el que debía de desactivar el explosivo, por lo que este, con su habilidad, lo tenía agarrado por la cintura.
No quedaba mucho como para que el temporizador llegase a cero. A Atsushi no le quedó de otra que levantar al mafioso para que alcanzara el dispositivo que estaba instalado en el tocho, antes que el fuego lo tocase, una vez alcanzado, ambos tendrían que apagarlo a la vez. Un trabajo de dos héroes.
No les tomó mucho tiempo cortar los cables que les indicaba Dazai por la radio e insertar el USB que les entregó la Mafia. El problema era que el edificio en llamas les caía encima, consumiendo la habitación y llenando sus pulmones con humo.
Akutagawa vio la expresión asustada de Atsushi, que buscaba la forma de salir, o de apagar el fuego. Era muy tarde para eso. Tomó su mano y lo obligó a mirarlo, tratando de hacerle entender que no quedaba de otra: ambos morirían.
Nakajima aseguró el agarre, se le humedecieron los ojos e intentó sonreír para el pelinegro.
—Supongo que este es nuestro final—Le dijo al mayor, desactivando su habilidad y acercándose más a él, sentándose a su lado—. No importa que hagamos, moriremos, ¿no? Por lo menos disfruté mi vida lejos del orfanato, aunque sea por poco.
Ryuunosuke acarició su mejilla con su mano libre, esforzándose por consolarlo.
—Jinko—lo llamó con suavidad—. Sé que siempre peleamos y discutimos, pero quiero que sepas que desde hace un tiempo he estado sintiendo cosas distintas cuando estoy contigo, ¿comprendes?—Tosió con brusquedad por la cantidad de humo que ingresaba a sus pulmones— Yo... creo que me enamoré de ti, tigre.
Atsushi comenzó a llorar en silencio, asintiendo constantemente y aferrándose al abrigo del chico, como si fuese un clavo ardiendo al rojo fuego.
—Yo también... Te amo, dragón.—Le intentó sonreír, siendo correspondido y abrazado con la poca fuerza que le quedaba al contrario.
Entonces se escuchó el clásico sonido distorsionado de una radio, dejando entrever por momentos la voz del mentor de ambos jóvenes, sonando desesperada y completamente asustada por no escuchar contestación.
—¿Dazai-san?—Dijo Atsushi con un hilo de voz cansada, tomando la radio y acercándola a ambos. No les quedaba mucho.
La voz de su tutor reverbó por el lugar, sonando aliviado y emocionado por su descubrimiento.
—¡Atsushi-kun! Mira, Kunikida encontró una salida de emergencia en el edificio, está a unos metros de donde están y pueden salvarse, ¿entiendes? Deben salir de ahí lo más rápido posible—Pero antes de que siguiese hablando, el albino lo cortó.
—Dazai-san, por favor dígale a Kyouka-chan que la quiero mucho y que todo el dinero que tengo se lo dejo a ella—Le dijo con voz rasposa y con un esfuerzo increíble—. Dígales a todos que los aprecio a ellos y a todo lo que pasamos juntos.
—¡No!—Vociferó del otro lado de la línea el castaño—Tú vas a sobrevivir, Atsushi-kun, tienes que hacerlo por todos nosotros. Hazlo por mí, eres joven y tienes toda una larga vida por delante y- —Akutagawa lo interrumpió esta vez.

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In Another Life [Akutagawa/Atsushi & Dazai/Chuuya]
FanficAtsushi y Akutagawa se sacrifican para evitar la destrucción de Yokohama. Unos segundos antes de consumirse por completo, entre el polvo y las cenizas, desean volver a conocerse, vivir en un lugar mejor y comenzar desde cero. "Prometo encontrarte en...