Un chico de cabellos en tonalidades blanquecinas y grises (que, dicho sea de paso, tenía un corte de pelo hecho por un niño) corría esquivando a la multitud, con sus preciosos ojos bicolor buscando al grupo de su clase, que había salido a recorrer los puntos culturales de la ciudad.
Y pronto de encontró cerca de una fuente de agua bastante concurrida en Yokohama (se decía que ahí pasaban a menudo los de la Agencia Armada de Detectives, pero nunca los había visto en esa partede la ciudad).
—¡Masaru-kun! ¡Amai-chan!—Gritó levantando y moviendo su mano cuando divisó a los mellizos de cabellos púrpura y ojos verdes cerca de lo que era un mapache bebé.
—Kotarou-kun, ¿dónde habías estado metido?—Le preguntó la chica, sacando su libreta y anotando y un par de cosas, para una nueva historia, seguramente.
El albino sonrió con pena, rascándose la mejilla y mirando a otro lado con disimulo, ignorando por completo la pregunta de sus amigos y preocupándose más en acariciar al pequeño animalito.
—Perdiste de vista a Dazai-chan, ¿verdad? Y estuviste buscándola por las calles para devolverla a sus padres, ¿no, Hashimoto-kun?—Le dijo el chico de ojos verdes, acomodándose sus lentes recién puestos.
El albino no pareció sorprendido por la deducción de su amigo, así que asintió con algo de vergüenza y un leve sonrojo en las mejillas.
—No es justo, Poe-kun, tú tienes la ultra-deducción de tu lado. Pero sí, me volví a encontrar con Hikaru-chan y tuve que recorrer mitad de Yokohama para regresarla a Nakahara-san—Suspiró con pesadez, observando con curiosidad al mapache—. Pero, en fin, ¿saben dónde está Ryuuji?
Los hermanos Poe-Edogawa señalaron al mismo tiempo una tienda de dulces, de la que salía un joven pelinegro de puntas blancas cargando con una bolsa de plástico y portando una bufanda de color salmón.
El albino sonrió ampliamente al verlo, corriendo a abrazarlo. Cualquiera que conociera a Nishikawa Ryuuji no se atrevería a hacerlo, a menos que tuviese deseos suicidas de por medio, pero el chico y él se conocían desde siempre, así que el derecho de abrazarlo era solo de Hashimoto Kotarou.
Se separaron por un segundo para sonreírse (cosa que a muchos de sus compañeros les parecería en extremo aterradora, viniendo del pelinegro) y saludarse apropiadamente, compartiendo ese tenue color rosa en sus mejillas, para después darse un corto beso.
—Tora—lo llamó el pelinegro, haciendo uso de su apodo—. Te había estado buscando, porque pronto comenzará la explicación de Dazai-san y ya sabes que nos quiere ver juntos.—Estiró suavemente las mejillas del menor, reprochándole su tardanza y deformando la sonrisa que tenía en una mueca.
—Ryuu~—Respondió con la voz trastornada por la manipulación de su rostro—. Es que Hikaru-chan se enteró que íbamos a estar acá y se separó de Nakahara-san, así que tuve que convencerla de volver con él.
Su novio bufó con fastidio y celos, porque desde que conocían a la pequeña castaña de ojos azules, esta solo paraba pegada al bicolor llamándolo "Byakko" y "futuro esposo". Ella ya tenía 14 años, así que tenía que madurar y aceptar que Kotarou llevaba saliendo con Ryuuji desde hace 2 años.
El albino se rio con ternura e inocencia, calmando rápidamente al pelinegro, que sólo le quedó suspirar y depositar un beso en la nariz de su pareja, haciéndole cosquillas y soltándolo con pereza.
—Vamos con el grupo, ya deben estar esperándonos y dudo que quieras hacer esperar a tus padres, Tora.—lo último lo dijo haciendo referencia al matrimonio Dazai-Nakahara, que lo trataban como a un hijo desde que se conocieron en una feria de su colegio.
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In Another Life [Akutagawa/Atsushi & Dazai/Chuuya]
FanficAtsushi y Akutagawa se sacrifican para evitar la destrucción de Yokohama. Unos segundos antes de consumirse por completo, entre el polvo y las cenizas, desean volver a conocerse, vivir en un lugar mejor y comenzar desde cero. "Prometo encontrarte en...