Es momento de despertar

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Hace mucho tiempo atrás, el creador vio que todo lo que había hecho se mantenía en orden, pero conocía a sus criaturas y sabía que con el tiempo estas pedirían más de lo que se le brindaba, en un momento de conciencia decidido que necesitaba de ayuda y con eso se puso manos a la obra.

Fue por eso que con sus propias manos inicio una de sus mejores creaciones, necesitaba guerreros fuertes e inteligentes uno por uno fue creado, una vez terminado observo y admiro su creación.

Sobre una cama hecha de piedra y ramas descansaba "Dajan" o como en realidad se llamaba Dany el sería el encargado de cuidar la tierra aquella que proveería los alimentos necesarios para los seres humanos, además de brindar suelo y descanso a quien más lo necesitara, su principal función seria mantener la tierra limpia y bien trabajada.

Después de él, se encontraba Nasima o como en realidad se llamaba Xuan Lu, ella se mantenía dormida simplemente flotando por una suave brisa de aire que lograba mantenerla por arriba del suelo, ella sería la encargada de brindar el oxígeno y de permitir miles de procesos realizados desde la tierra y los cielos

Su penúltima creación se vio estropeada un poco por su desesperación, ¿cómo crear dos seres importantes?, pero al mismo tiempo ¿Cómo evitar que se volvieran enemigos?

Es por ello que observo bien a la persona que sobresalía del pequeño rio, en esa cueva el agua cristalina permitía verlo, él era Yohei o mejor conocido como Yibo encargado de los grandes mares, desconocidos para muchos extraordinario para otros, conocía todo acerca de lo que se le fue regalado se encargaría de brindar agua a las plantas animales y humanos y cuidar de ella para que en el futuro no muriera, solo que había un pequeño problema...

No se llevaba con Vukan mejor conocido como Alan, aquel hombre se encontraba dormido entre la hoguera, su cuerpo no se quemaba al contario ayudaba a avivar la llama que se mantenía tranquila-

¿Pero por qué no se llevaban bien aquellos dos hombres?.

Cuando Yohei fue creado la necesidad de mezclar ambos estados paso por la cabeza del creador, así que sin más le dio el poder de manejar tanto el agua como el fuego cosa que no resulto muy bien, gracias a eso aun dormido mantiene una parte de su cuerpo fuera del agua y aquella que sobresale arde en fuego.

Pero antes de que fueran mandados a dormir, Vukan expresó su molestia por enterarse que además de él, Yibo también tendría manejo del fuego, los elementos eran celosos hasta puntos máximos, así que cuando se le dijo que no había manera de cambiar aquel pequeño error no le quedo de otra mas que acostumbrarse a compartir.

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-No recuerdo cómo hacerlo eso fue hace años.- decía el anciano con el libro en las manos, se encontraban fuera de aquella cueva que estaba sellada.

-Hazlo, repítelo lo intentaremos necesitamos de su ayuda.

-Las puertas se abren al gran banquete de los dioses, llamados desde los cielos hasta la tierra los hijos que manejan la creación divina, y que en sus manos ponemos la necesidad de su pueblo, estas duras rocas se mueven y nos permiten entrar en la gran celebración pues después de mucho tiempo los veremos abrir los ojos.

Después de esperar un largo rato aquellas murallas que tapaban la cueva y que impedían el paso de cualquier humano comenzaron abrirse, ambos hombres entraron con miedo pues no sabían que esperar ahí adentro, se llevaron una sorpresa al ver a cada guardián completamente dormido.

-Que es lo que sigue?- pregunto su nieto

-Tengo que despertar a cada uno.- intento mantenerse derecho sin embargo era viejo y necesitaba sentarse un poco.

-¿Y qué esperas abuelo?.

-¿Acaso no ves que me muero del?- había un poco de verdad en esa frase

-Abuelo ya has vivido esto.- dijo rodando los ojos

-Fue hace mucho y hasta hace una semana me negaba a volver a pasar por lo mismo, espera solo un poco.

-Está bien, tomate tu tiempo solo recuerda que todos lo necesitamos.

-Si gracias- le soltó un golpe en la cabeza a su nieto- eso ayuda mucho con mis nervios.

-Auch lo siento, solo trataba de motivarte.

-Déjalo así- comenzó a caminar con dirección de cada guardián, estaba maravillado con el cuerpo y porte de cada uno, sabía que todo tenía un orden, así que primero comenzaría con el guardián de la tierra.

-Dajan, es momento de que despiertes pues las tierras que están bajo tu cuidado hoy en día sufren, las inmensas rocas caen y los cimientos bajo nuestros pies ahora son débiles, las cosechas escasean y el verde de cada una de ellas se extingue, vuelve a nosotros te fue ordenado- con ello aprovecho y de una de sus bolsitas saco un poco te tierra y la extendió por todo el cuerpo del guardián.

-¿Por qué no despierta abuelo?- estaba colocado detrás del hombre mayor, el aún no se consideraba lo suficientemente valiente para poder presenciar el despertar de cada uno

-Porque todavía no es momento, solo lo harán cuando tú y yo no estemos en la cueva, además ellos no despiertan aquí- prosiguió y se acercó a la guardiana del aire.

-Nasima, dulce y fresca brisa de la mañana, que con tu elegancia brindas aire y oxígeno a cada humano que produces grandes tormentos y que con tu simple presencia logras dar alivio en los días más difíciles, te pido despiertes pues tu tierra ya no produce más que lamentos y aclaman por tu regreso- saco una tela y la coloco sobre su cuerpo tapando desde el rostro hasta sus pies.

-Yohei, la belleza más grande del creador puro y cristalino como lo que se produce en los grandes mares pero vivaz y generoso con aquel que lo necesita, regresa a tu tierra y observa el nuevo mundo uno que necesita tu ayuda pues ahora las cosas han cambiado las aguas que controlas comienzan a revelarse y la llama que se encuentra en ti comenzara a morir.

Despertar a este guardián podía ser una de las tareas más difíciles de la vida, pues toda la parte del cuerpo que sobresalía del rio se encontraba en llamas, fue por ello que con despertar al guardián del fuego sería suficiente para que este despertara.

-Vukan guerrero y noble guardián del fuego, en aquellos tiempos difíciles cuidaste de la luz y el calor de todo tu pueblo, volviste a dormir con la esperanza de que nunca más te llamaríamos pero estamos frente a ti con la esperanza de que esa llama vuelva a encenderse y con esto te ordeno que abras los ojos.- recogió un poco de leña y la acerco a la llama y esta se expando en su totalidad,

-Es hora de irnos, no podemos quedarnos más tiempos.- recogió todas sus cosas y salió del lugar

Todo estaba escrito en el libro de la vida, los pocos que conocían sobre el trabajo de estos cuatro guardianes sabían que los tiempos que vendrían serian difíciles y más porque el despertar de uno de ellos no fue en el lugar adecuado.

"Cuando despierten de su largo sueño lo harán en su propio castillo, uno que me he dedicado a construir especialmente para su estadía, una vez concluyan con la tarea que se les fue asignada deberán volver a retomar su eterno descanso"

Los Guardianes de los 4 elementos (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora