Los Guardianes de los 4 elementos (En Pausa)

Visita al psiquiátrico

Zhan comenzó a sobarse la cabeza había caído sobre un arbusto, lo más raro que le había pasado, ya no llovía y parecía ser que ahora podría regresar con sus compañeros, solo había un pequeño problema.

¿Cuál era el camino?, no reconocía nada todo se le hacía parecido.

-Estúpido grandulón, estúpida cabaña, estúpido día de acampar- dijo pateando una piedra que esta fue a dar de bruces contra alguien.

-¡¡POR LOS GRANDES DIOSES DEL UNIVERSO QUE TE HE HECHO!!- grito una voz ronca

-Lo siento, no quería yo..- guardo silencio cuando pudo ver la peculiar forma en la que estaba vestido aquel hombre frente a él.

Pantalón azul rey botas café, lo que parecía una armadura color plata a eso sumándole que su cabello era largo dos mechones sobresalían de su frente y su cabello era una parte blanca y la otra negra, en esa cabellera colgaban pequeños adornos a los cuales no les hallaba forma.

-¿Quién eres?- dijo a la defensiva el sujeto medieval delante de Zhan.

-No, más bien ¿quién eres tú y por qué estas vestido así?- dijo señalándolo de arriba abajo.

-¿Cómo que vestido así?, tu ropa, donde la conseguiste- desenfundo su espada y la extendió apuntando sobre el pelinegro.

-¿Enserio te vas a burlar de cómo me visto?- vio que no generaba ninguna reacción en el desconocido- está bien, mi mamá la mando de china pero no estamos como para burlarnos de la vestimenta de nadie, tu pareces que vas directo a una convención.

-¿China?, ¿Convención?, ¿de qué me estás hablando?.- su ceño se frunció, este sujeto hablaba extraño

-Espera responde a mi pregunta, ¿Dónde estamos?.

-¿Acaso me ves cara de que se dónde estoy?.

-Un momento- dijo dándose la media vuelta y comenzó a hablar- traspase ese cuadro y de pronto dejo de llover, y ahora está frente a mí un muchacho de la guardia real ¿acaso estoy en un mundo de fantasía?- abrió completamente los ojos.

Zhan se volteo y justo cuando lo hizo la espada de aquel hombre toco su vientre.

-De que cuadro hablas y yo no soy ningún "muchacho de la guardia real" yo soy el guardián del agua y fuego.

-Es imposible, y amigo aléjate un poco ¿acaso no conoces el espacio personal?.

-Deja de jugar conmigo, ¿Quién eres y quien te mando?.

-Muchas preguntas y tengo pocas respuestas no sé, no sé.

-Entonces te voy a matar- estuvo a punto de clavar la espada, pero se asustó con el grito que dio el pelinegro.

-NO POR FAVOR NO ME MATES, SOY MUY JOVEN PARA MORIR- cayo hincado con las manos en forma de súplica- YO NISIQUIERA HE TERMINADO LA UNIVERSIDAD, SOLO IBA POR LEÑA LA MAESTRA ME VA A REGAÑAR, NO ME TERMINE NI MI LONCHE PERO NO ME MATES.

-No sé de qué me hablas, pero deja de llorar y guarda silencio vas a atraer a las sombras de la noche.

-¿Pero no me vas a matar?.- se levantó de inmediato limpiándose las lágrimas.

-No, no te voy a matar guarda silencio, ¿de qué maestra hablas?

-Estoy confundido, fui al museo encontré un cuadro de los cuatro elementos y el anciano de intendencia desapareció, después fuimos al campamento y nos mandaron a buscar leña, estaba lloviendo entre en una cabaña estaba el cuadro del museo y pude entrar en el o más bien alguien me jalo.

-La mitad de las cosas de las que me hablas no las entiendo, ¿seguro de que no te pegaste en la cabeza? Hace mucho en los libros de los maestres encontré que un golpe en la cabeza puede producir algo así llamado...

-No por favor, mi hermana está estudiando medicina y créeme sé que puede llegar a ser.

-¿Tu hermana?.

-Si mi hermana, hija de mi mamá y de mi papá, ¿tú tienes hermanos?.

-Los tengo.

-Aja y cuantos tienes.- pregunto cuando se dio cuenta de que él no pensaba seguir hablando

-Son tres y conmigo cuatro, somos enviados por órdenes de mi padre para iniciar una balanza entre lo creado y lo que en un futuro se creara.

-Hablas muy gracioso.

-Con esa expresión ¿a qué te refieres?.

-Olvídalo, te parece si me dices como puedo volver a mi casa

-¿Dónde es tu casa?

-Italia.

-¿Qué es Italia?

-No es momento de bromas, ¿este es un pueblo o algo parecido?, ¿Cómo se llama aquí?

-No lo se

-Dios, hablar contigo es imposible.

-Nunca digo mentiras, el tiempo de despertar llego, solo que no desperté en el lugar correcto debí despertar en mi castillo ahora no sé cómo llegar, tengo que encontrar la forma de llegar ahí y cumplir con mi misión.

-¿Y después de eso?

-Después de cumplir con mi trabajo, volveré a dormir.

-A no pues mira que trabajador, normalmente eso lo hago todos los días- ya no sabía si ese tipo le hablaba enserio o se estaba burlando de él.

-Por lo que veo no eres de este mundo, cualquiera se podría dar cuenta frente a quien esta.

-¿Y cómo puedo volver?- dijo ahora con miedo, ¿Cómo regresaría a su hogar?, más bien ¿volvería a ver a sus padres?.

-Hagamos un trato

-Por favor, uno en el que no me implique a mi muriendo o yendo a una guerra, yo vi las películas de Narnia y otras más y no estoy dispuesto a pasar por eso.

-¿Narnia?,

-Sí, Narnia el león y....- miro la cara de confusión del hombre- olvídalo no lo entenderías.

-Volviendo al trato, me ofrezco a ayudarte a regresar a tu hogar siempre y cuando tú me ayudes a mí a encontrar el mío, una vez lo hayamos hecho prometo por mi padre- hizo una reverencia que mantuvo hasta que terminaron sus palabras, mientras las decían las decoraciones en su pelo comenzaron a brillar-que tu volverás al lugar que te vio nacer sano y salvo.

-Bien es un trato, no necesitas ser tan formal solo con tomarnos de la manos era suficiente.

-En mi mundo así se hacen las promesas- dijo mirando la mano del joven, no sabía qué hacer con ella.

-Tienes que tomarla- expreso desesperado porque el otro no pensaba en tomarla

-¿Tomarla?- su propia mano tomo la parte del dorso y la movió como si de arrullar a un bebe se tratara.

-No, así no- decidió ayudarlo y colocar sus manos encontradas como un saludo- así y no es como una cuna sino de arriba hacia abajo

El guardián lo miro fijamente, la mano del pelinegro era suave y cómoda, también lo era la manera de hablar del chico, ya tendrían mucho tiempo para saber sobre el lugar de donde el provenía.