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Advertencia: tengan presente que Taehyung es doncel en esta historia. .

•••

Jungkook

―¡Te odio! ―Jimin grita desde el asiento trasero, antes de girarse hacia Taehyung ―. ¿No lo odias también?

Taehyung asiente.

―Sí ―dice, antes de mirarme a través del espejo retrovisor, con la mirada desenfocada―. Te odio ―susurra, con la voz entrecortada.

Algo en la forma en que lo dice me golpea con fuerza, y un dolor sordo se extiende por mi pecho. Sé que ambos están borrachos, pero nunca había visto a Taehyung mirarme de esa manera.

―¿Y eso por qué, Cupcake?

Mira hacia otro lado y apoya su cabeza contra la de Jimin, los dos acurrucados en el asiento trasero. Suspiro y mantengo mi atención en el camino mientras conduzco a casa, confundido. Taehyung y Jimin en su mayoría pueden cuidarse a si mismos y la última vez que las atrapé borrachos o con resaca fue cuando estaban en la universidad. ¿Por qué demonios bebieron tanto esta noche? ¿Y qué diablos les hice para merecer su odio cuando fui yo quien las recogió a las tres de la mañana, sin una sola queja?

Estaciono mi auto frente a mi casa distraídamente, y no es hasta que los chicos salen corriendo del auto y se dirigen hacia la puerta principal que me doy cuenta de que debería haberlos llevado a la casa principal. Mierda.

―¡Abre! ―Jimin ordena, mientras sus ojos todavía brillan con ira.

―Si lo hago, ¿dejarás de estar enojado conmigo? ―Ni siquiera puedo recordar la última vez que mi hermano pequeño se enojó conmigo. Aunque soy diez años mayor que él, él y yo siempre hemos sido unidos. No estoy seguro de lo que está pasando hoy.

Taehyung se acerca a mí y coloca su mano en mi antebrazo.

―¿Por qué no nos dejas entrar? ―pregunta, su voz lleva un toque de agonía. Oh, mierda

―Lo haré, cariño. Por supuesto que lo haré.

Envuelvo mi brazo alrededor de su cintura y la jalo hacia la puerta principal, abriéndola con mi huella dactilar. Jimin lanza una mirada en mi dirección mientras entra corriendo a mi casa, quitándose los tacones antes de correr a la cocina.

―Vamos ―le digo a Taehyung, pero él niega con la cabeza. ―No quiero caminar ―me dice―. Llévame tú.

Me río, sorprendido por su linda voz y su expresión petulante. Taehyung nunca me ha pedido ayuda, y nunca ha actuado malcriado de esta manera, es algo entrañable.

―Okey, cupcake. ―Me agacho y coloco un brazo detrás de sus rodillas mientras lo levanto en mis brazos.

Él se ríe y apoya la cabeza en mi pecho mientras lo llevo al sofá. La forma en que me mira... ahora no hay odio en sus ojos, pero en el auto estaba seguro de que eso era exactamente lo que veía

―¿Por qué ustedes dos están tan enojados conmigo hoy?

Lo coloco en el sofá con cuidado y él niega con la cabeza.

―Es un secreto.

―¿Desde cuándo tú me guardas secretos?

T. W. B. | KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora