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Capitulo 4

Sex on the... house?

Nathalie y Thiago llegaron a la casa de los Ayers, Hall no estaba por ningún lado, la casa estaba vacía, ni siquiera Nathan había llegado.

Cuando casi estaban desesperados Halley llamó a Nathalie.

—Nath, estoy bien, fuimos al cine con Hera, entramos a dos películas seguidas y tenía el teléfono apagado. —Explicó.

—Casi nos infartamos Thiago y yo.

—No te preocupes, avísale a Thiago que llegaré tarde, comeré con Hera.

—Cuídate, te quiero

—Te quiero igual.

Ambos pudieron respirar al fin, Hall y Hera estaban bien, eso era lo único que importaba.

El "Te quiero igual" era más común de lo que parecía, te quiero igual significaba; Te quiero tanto como tú me quieras. Y llevaban toda su vida diciéndolo.

—Quieres comer conmigo? Es decir, tendría que comer solo y no es mi plan favorito — invitó Thiago.

Asintió —No tengo nada que hacer después, que sugieres?

—Da igual, lo que tú quieras está bien.

—Tú me ofreciste comer, Thiago. Es Justo que tú elijas.

—Comeremos... Pasta.

Nathalie asintió y Thiago llamó de inmediato a un restaurante, ordenó y supo que su comida tardaría casi hora y media.

Nathalie miraba su teléfono al lado de Thiago, compartían el sillón grande, cerca pero lo suficientemente lejos como para no tocarse.

Thiago hizo mueca de dolor, se quejó y frotó su ojo.

—Estás bien? —Cuestionó la pelirroja mientras lo veía.

—Creo que tengo una pestaña.. Dios, duele —Se quejó de nuevo.

—Déjame ver —Nath se volteó hacia él y abrió su ojo.

Observó que si, efectivamente tenía una pestaña dentro de su ojo, Thiago parpadeo varias veces y la pestaña estaba en un punto donde Nath podía tomarla, con su dedo y uña almendra con excesivo cuidado sacó la pestaña.

Sus rostros estaban cerca, sus respiraciones se sentían mutuamente, Thiago la miró de inmediato, y es como si por diez segundos el mundo se detuviera. Inteligentemente antes de que Nathalie pudiera reaccionar, se lanzó un poco hacia ella causando un beso. Nath tomó su nuca y lo trajo hacia ella, él se acercó tanto que los cuerpos eran separados por no más que escasos 5 centímetros.

—No sabía que querías hacer esto —Musitó la pelirroja.

—Desde el primer segundo.

—Thiago, esto está mal, Hall me dijo muy claro que con ustedes no.

Nathalie pegó su frente con la de Thiago.

—No me importa que dijo Halley, es decir, a quien le importa.

—Pero..

Thiago puso su dedo en los labios de Nathalie indicando que callara. Nath entendió y calló. Alzó su cabeza desde su mentón y la volvió a besar. Tras un par de besos, y que Nathalie terminara encima del chico gracias a la pasión del momento; hizo la pregunta.

—¿Quieres hacerlo? —Preguntó dudoso.

—Quiero hacerlo. —Respondió segura

Thiago y Nathalie no tardaron en hacer de las suyas, Thiago la hacía suya en el sofá de su casa, y faltaban palabras para describir como lo hacía.

Pero entrando en detalles, Thiago la besaba con suavidad, y lo hacía sin prisa. No era la forma de favorita de Nathalie, pero no lo iba a negar. Thiago era un sueño, su cuerpo era tan esbelto, y ni hablar del tamaño de su amigo, sus movimientos eran los precisos para Nathalie, y ambos disfrutaban del momento.

Thiago se vendría pronto, Nathalie fue advertida y pararon. Se arrodilló ante él y con su boca hizo que se viniera a chorros. El chico no era de masturbarse seguido ni mucho menos, esto hacía que cuando lo hacía se viniera en cantidades.

Se vistieron y finalizó su aventura, dos minutos después llegó su comida y comieron con un poco de incomodidad. Eran casi las dos de la tarde, la puerta se abrió, era Halley.

—Hola Nath, hola Thiago —Saludó con felicidad.

—Por que estás aquí tan temprano? —Cuestionó Thiago.

—Hera tenía un compromiso urgente con su hermano Hades.

—Ho, genial, hay comida de sobra, quieres comer?

—Ya Comí —Subió a su habitación sonriendo.

Nathalie terminó, agradeció a Thiago y subió corriendo donde Halley.

—Cuéntame qué pasó o iré con Hera

—Cállate! Te contaré yo misma.

Nathalie se sentó en su cama y comenzó a oír atenta.

Halley le contó lo que había sucedido, cuando salieron de clases en el pasillo Hera tomó su mano y la pegó a la pared, se besaron unos segundos y salieron de la institución. Para Halley era nuevo, ni siquiera la conocía, y no era lesbiana.

Fueron a un parque y comenzaron a hablar, no se habían besado más desde ese beso en el colegio, simplemente conversaron y se contaron una parte de sus vidas.

Eran tal para cual, aunque Hall se sintiera levemente confundida por su acto.