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Inexplicable. 

—Volveré a decirlo— tomó aire y juntó más paciencia. —Lo que pasó ayer no puede volver a ocurrir. 

Inoue infló sus mejillas —lo mismo digo. 

Ulquiorra casi podía sentir como esta conversación le provocaria un tic nervioso. 

La mujer humana insistía en que su disgusto al ser rechazada como "amiga" de un arrancar tenía el mismo valor que el explosivo y voluble poder desconocido que emitía cuando tenía algún arrebato o un abrupto sentimental. Ya que sus poderes se manifestaban cuando ella entraba en sintonia con sus sentimientos vinculandola a este mundo.  

Ella  tomó su rostro con sus manos, sus suaves y pristinas manos tomaron sus mejillas frias y duras como una caricia. Coronó este cariño con una sonrisa. —Somos amigos, por favor dilo. 

Ulquiorra en este momento se sintió indefenso por el ridiculo que resultara para los de sus especie que un humano tan solo con sus palabras y pequeñas acciones desarmen a un poderoso Arrancar en el ranking de los espadas. Un mundo infinito de diferencias desaparecia entre ellos dos cuando Inoue acortaba su distancia como lo hacia ahora. 

Su tez blanca y sus labios carnosos rojizos que se curvaban suaves y naturales con la gracia y la luz de su calida mirada. Esto es malo. En vez de responderle se acercó a la humana hechizado. Su instinto animal le gritaba que se alejará y no se dejará engañar, ¡Apartala!

Seducido redujó la distancia entre ellos y le robó un beso en medio de la incapacidad de la humana de procesar lo que estaba ocurriendo, ella esperaba un par de palabras pero obtuvo una respuesta como esta. 

Ulquiorra por su parte se rehuso demasiado para este momento cuando estaba tan hambriento de ello. 

Desconectó todas las voces que bramaban en su interior. 

Inoue Orihime exploró por primera vez su primer osculo compartido de manera conciente, desconcertada se entregó saboreando un impulso ajeno como si fuese el propio. Generosa no se deshiso de su agarre más bien lo trasmutó, de sus mejillas se aferró a su cuello y se entrelazaron pidiendo un poco más de beso desconcertante. Su suplica de amistad se convirtió en esto. No lograba entender ¿Cómo fue que pasó?

¿Por qué aquí? ¿Por qué ahora?  y más severa al respecto ¿Por qué con él?

Su interior se sacudió ante la expectativa en vez del rechazó. Ella estaba ¿Aceptandolo? El Arrancar esperaba que ella lo tirará inutlmente a un lado, estaba preparado para ello pero hizo todo lo contrario se aferró a lo que le daba.

La fricción calida entre sus labios de pronto se detuvo esfumandose la magia que los unió ante el manifistación de sus anhelos. Ulquiorra retomó el control e Inoue despertó de su desconcierto. 

El instante se consumió con el letargo de una vida eterna que pasaba entre ellos. 

—No podemos ser amigos— entonces sus palabras adoptaron otro significado. Su reticencia cobró el matiz correcto para que Inoue dejará de presionarlo de esa manera. 

La humana tocó sus labios mientras el Arrancar volvía a su postura inicial. 

Asintió convencida esta vez. No podían ser amigos porque habían más sentimientos entrelazándose entre ellos. Su rostro ardió al notar que Ulquiorra no se sentía tímido como ella. Su corazón galopó sin control, el ritmo desbocado no parecía ir disminuyendo y sus labios se sentían ajenos, su boca se humedeció y el tacto de sus dedos sobre sus labios revivían el lento baile entre los dos. Mentiría si dijera que no quería otro, la sensación de sentir el amor y el interés de alguien más era seductor tanto que borraba de su memoria la idea de salir de aquí  y de volver con sus amigos.

¿Por qué has llegado tarde?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora