Donde Hyunjin quiere que Félix se encargue de satisfacer sus más bajos y oscuros deseos. Pero cuando llega el momento de compartirlo no puede permitirlo, no que te que nadie más toque lo que es suyo.
Porque todo de ese lindo omega es de su propiedad...
La comida estaba muy deliciosa, sin embargo Félix consideraba que era muy cara pero la carne y su ensalada sabían muy bien por lo que no se negó a comer lo que estaba comiendo.
Mientras que el alfa lo miraba comer con una una expresión divertida en el rostro por lo tierno que se veía el pecoso con sus mejillas sonrojas y llenas de comida.
El realmente parecía un cachorro mientras comia, como si fuera un niño pequeño. Comiendo a un ritmo lento y malditamente tierno y excitante para Hyunjin.
—Deverías verte precioso, te ves sexy pero más cuando estas debajo de mi— le sonrio mientras que el pequeño omega se sonrojaba y dejaba su comida.
Mientras que Hyunjin se acercaba a Félix poco a poco y el parecía encojerse en su lugar a medida que el Alfa lo rodeaba con sus feromonas.
—Te quisiera comer aquí mismo..— gruñio mientras que Félix sólo lo seguía cuando Hyunjin lo tomo de la cintura y caminaron a la salida del restaurante. —Todos tienen sus ojos sobre ti bebé, pero eres mío—
Dijo emitiendo un fuerte gruñido mientras el omega bajaba la mirada al suelo completamente ruborizado. Se sentia muy vulnerable ante la presencia del alfa.
Todas las sensaciones y reacciones de su cuerpo eran extrañas cuando estaba cerca de el rubio. Algo en su interior cambiaba cuando el alfa lo miraba directamente a los ojos y era cuando no podía hacer otra cosa.
Hyunjin era algo que siempre tomaba el control sobre el.
—L-lo siento... no es mi i-intención— murmuró el omega cuando el alfa le abrió la puerta del automóvil.
El mayor nego con la cabeza y le dejo un beso cerca de los labios. Mientras le acariciaba el cabello con lentitud. Mirando lo con detenimiento porque su rostro era aún más hermoso cuando estaba todo sonrojado.
—No te disculpes, tu belleza es algo que debe de admirarse.— dijo bajando su mirada al lechoso cuello y clavículas del menor, que estaba adornado de marcas rojas que el hizo la noche anterior. —Sin embargo detesto que otros deseen lo que es mio .porque tu eres mio— gruñio.
Liberó feromonas mientras que Félix también liberada sus dulces feromonas involuntariamente porque quería que el mayor se tranquilizara.
El Alfa no dijo nada más mientras conducía. Porque realmente no estaba entendiendo lo que pasa con el cuando el pecoso estaba cerca de el.
Lo que era claro es que nunca podía detenerse, necesitaba mas. Porque no era suficiente, siempre deseaba tenerlo debajo de el gimiendo su nombre el deseo que sentía por Félix era uno que jamás había sentido por alguien más.
El era como una droga para el, lo deseaba a cada momento cerca de el.
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